Adelgazar con ejercicios isométricos, ¿qué son y cómo te ayudan a perder peso?
Ponte en forma y trabaja tu cuerpo en cualquier parte gracias a los ejercicios isométricos
Cuando tomamos la decisión de mantenernos en forma, debemos encontrar el ejercicio que mejor se adapte a nuestras necesidades. Dependiendo de los resultados que quieras conseguir, será mejor optar por un tipo de ejercicio o por otro.
Entre ellos, uno de los más desconocidos son los ejercicios isométricos, aquellos que someten al músculo a tensión y la mantienen durante un rato. Son habituales para recuperarnos tras una lesión, ya que fortalecen los músculos pero no dañan las articulaciones.
Pero también son efectivos a la hora de mejorar nuestro nivel físico. En los ejercicios isométricos se somete al músculo a una tensión pero sin realizar movimiento y sirven para aumentar la fuerza, fortalecer los músculos y quemar grasa, lo que nos ayuda a perder peso.
Hay de dos tipos. Por un lado, encontramos los isométricos activos, en los que nosotros ejercemos fuerza sobre algo, como empujar una pared o tirar de un elemento anclado al suelo. Por otro, los pasivos, en los que resistimos un peso o mantenemos una posición.
Algunos ejercicios isométricos
Uno de los ejercicios isométricos más conocidos es la plancha. Para realizarlo correctamente debemos colocarnos boca abajo sobre el suelo, apoyándonos sobre las puntas de los pies, y las manos o los antebrazos.
Ahora ya solo hay que mantener la postura, con la mirada hacia el suelo y la espalda recta. Para ello es clave mantener el abdomen contraído. Si te resulta muy complicado, apoya los antebrazos y las rodillas. Si por el contrario es demasiado sencillo, hazlo con los brazos extendidos.
Una versión de la plancha es la plancha lateral. En esta ocasión los puntos de apoyo serán el antebrazo y el pie de uno de los lados. Así, con las piernas juntas, el otro brazo extendido sobre el tronco y el core activo, mantendremos el cuerpo recto.
Si quieres probar a añadir algo de peso, puedes hacer elevaciones laterales de hombros con mancuernas. Así, con una en cada mano y con las piernas ligeramente separadas, eleva los brazos, completamente estirados, hasta la altura del hombro. Mantén unos segundos, bajalos y repite.
También puede hacer elevaciones de talones, que consisten en ponernos de puntillas y que ayudan a trabajar los gemelos. Con las piernas abiertas a la anchura de los hombros, eleva los talones y mantén la postura unos segundos.
Las sentadillas también tienen una versión isométrica y para hacerla de forma correcta necesitarás apoyarte en una pared. La postura será la misma que en las sentadillas habituales, como si te sentaras en una silla imaginaria. Tus rodillas deben formar un ángulo de 90º.
Estos entrenamientos aumentan la presión sanguínea, por lo que no están indicados para personas hipertensas. Si no es tu caso, no tendrás problemas porque además no necesitas ningún material especial, así que son ideales para practicarlos sin tener que salir de casa.
Cuando tomamos la decisión de mantenernos en forma, debemos encontrar el ejercicio que mejor se adapte a nuestras necesidades. Dependiendo de los resultados que quieras conseguir, será mejor optar por un tipo de ejercicio o por otro.