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Desciframos las claves del 'efecto wow' de Miriam Alía, la interiorista del momento
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ARQUITECTURA E INTERIORISMO

Desciframos las claves del 'efecto wow' de Miriam Alía, la interiorista del momento

El 'efecto wow' es aquel que se desata al transitar por un espacio diseñado por Miriam Alía. Al poco, la imperiosa necesidad de subir una foto a Instagram se apoderará del sujeto.

Foto: Innovador y rupturista, así es el trabajo de Miriam Alía, la arquitecta e interiorista del momento. (Cortesía)
Innovador y rupturista, así es el trabajo de Miriam Alía, la arquitecta e interiorista del momento. (Cortesía)

Dos son los arquitectos e interioristas españoles de apellido Alía, el gran Tomás y Miriam, nuestra protagonista. “He coincidido con él muchas veces, sobre todo en eventos y presentaciones. Tomás le preguntó a su madre, doña Pepita, y así nos enteramos de que mi abuelo era primo segundo de ella. Tomás sería entonces como un tío tercero mío. Al final todos venimos de Oropesa. No tenemos relación familiar, pero nos llevamos muy bien”.

La creación de varias viviendas —como la realizada para la actriz y modelo Paula Echevarría—, la distinción como Mejor Interiorista del Año otorgada en 2019 por una revista del sector y cinco Casa Decor después han sido necesarias para que las innovadoras propuestas decorativas, ciertamente rupturistas, de Miriam Alía brillen con luz propia y color, mucho color.

Nos encontramos con Miriam en los previos a la presentación de su colaboración con la marca danesa de alta fidelidad Bang & Olufsen, mítica firma para la que ha repensado la imagen de una de sus máquinas más bellas y poderosas, el altavoz Beoplay A9, que en estos días cumple diez años. Su estudio, un antiguo almacén de techos altísimos en la calle López de Hoyos de Madrid, es un espacio lleno de alegría y una bien entendida —y más que estudiada— ingenuidad.

placeholder Miriam Alía en su estudio madrileño. (Cortesía)
Miriam Alía en su estudio madrileño. (Cortesía)

¿Cómo se manifestó la diseñadora que venía dentro de ti? ¿Qué tipo de niña eras? ¿A qué jugabas?
Fui una niña que se pasaba todo el día cogiendo cajas para hacer casas. Cuando iba a las casas de mis amigos o de algún familiar no hacía otra cosa que cuestionarme la decoració:, ¿pero por qué han puesto ese sofá ahí?, ¿por qué no pintan ese armario?, ¿por qué no cambian la mesa de sitio? En casa no me dejaban tocar nada. Mi madre también estudió Arquitectura de interiores, pero nunca llegó a ejercer por ocuparse de nosotros. De mi madre he aprendido muchísimo.

Podemos afirmar que tu irrupción en el exclusivo club de los grandes decoradores españoles ha sido como una especie de boom, casi casi un ‘de cero a cien’ en tiempo récord. ¿Miriam Alía ha llegado para quedarse?
He tenido una proyección superrápida, es verdad. Mi primer año en Casa Decor, hablamos 2016, llamó mucho la atención porque todas las propuestas se basaban en colores muy sobrios —gris, topo, beige… todo muy ‘engamado’– y de repente aparecí yo con mi locura, con mis colores y mis rayos, y todos se fijaron en mí. Al año siguiente volví a Casa Decor junto a la firma Westwing, una marca que se mueve fenomenal en redes sociales, y gracias a eso surgieron muchos proyectos, varios de ellos internacionales.

¿Las redes sociales son imprescindibles en una profesión como la tuya?
Totalmente. Gracias a ellas proyectarse es mucho más fácil y rápido. La verdad es que mi trabajo es muy visual y funciona muy bien en redes; con Westwing, precisamente, ganamos el premio al espacio más fotografiado y compartido en redes sociales de Casa Decor. Hay que aprovecharse de todas estas herramientas. Yo llevo mis propias redes, y que conste que me encantaría delegar porque, en sí, ya es todo un trabajo. Ir a eventos es un trabajo, llevar las redes, otro, y ser diseñadora, otro más.

placeholder Ideas que bajan al papel para, poco después, concretarse en objetos de deseo tangibles. (Cortesía)
Ideas que bajan al papel para, poco después, concretarse en objetos de deseo tangibles. (Cortesía)

¿Cuáles serían las tres columnas que sostiene el ADN de tu trabajo, esas tres características que sirven para identificar una propuesta de Miriam Alía a la primera?
La luz, el color y lo que yo llamo el ‘efecto wow’, que no tiene por qué ser algo estridente, no es lo que pretendo. Busco resultados elegantes, armónicos. Me gusta producir sensaciones nuevas cuando alguien transita por alguno de mis espacios.

¿Cómo es tu relación con los objetos? ¿Hablas con ellos, te responden?
Hay una frase de Charles Eames que preside este estudio que dice: “Los detalles no son detalles. Ellos hacen el diseño”. Más que dialogar con los objetos, lo que busco es que produzcan música al relacionarse entre ellos, que haya subidas y bajadas, que todos tengan su momento y que proporcionen armonía.

Eres una apasionada de las antigüedades, antigüedades que luego revisitas.
En el diseño contemporáneo, en lo nuevo, hay objetos maravillosos, pero detrás de cada objeto antiguo siempre hay una historia maravillosa que habla de cómo fue concebido y fabricado. Ante una antigüedad no imagino cómo fue su vida ni quién su propietario y el uso que le dio, prefiero imaginar cómo será su vida a partir del momento en el que pase por mis manos y cómo lucirá en un espacio totalmente diferente.

placeholder El proyecto de casa para Paula Echevarría fue uno de los primeros impulsos en la carrera de Miriam Alía. (Cortesía)
El proyecto de casa para Paula Echevarría fue uno de los primeros impulsos en la carrera de Miriam Alía. (Cortesía)

De todos los materiales que el planeta pone a tu disposición para crear: ¿cuál es tu preferido y cuál el que más se te resiste?
Ahí está parte de la clave de mi trabajo. Me interesa especialmente trabajar con materiales atípicos y poco convencionales que los diseñadores no suelen usar. Darle una nueva vida a, por ejemplo, una tela pensada para ser un vestido. Antes de que se pusiesen de moda los tejidos iridiscentes, yo ya los buscaba en los sitios más insospechados. Lo mismo que las telas de lentejuelas tornasoladas, con las que tapicé —por la parte de atrás— butacas compradas en un mercadillo para conseguir un efecto pez. Viajo mucho y en cada viaje hay mucha labor de investigación en busca de materiales diferentes. Soy de esas personas que miran más al futuro que al pasado.

¿Cómo llega a tus manos el encargo de reinventar la apariencia del Beoplay A9, sin duda, el altavoz más reconocible y vendido de Bang & Olufsen?
Llevo tanto tiempo ya en este proyecto que me cuesta recordar como empezó. Me llegó un correo de Marta Armijo, responsable de marketing y relaciones públicas de la firma para España y Portugal, comentándome que tenían en mente que varios diseñadores y artistas internacionales personalizasen los A9 para celebrar su décimo aniversario. Me lo propuso directamente y, la verdad, me pareció una idea superinteresante, sobre todo por formar parte de un proyecto global junto a una marca tan importante, y también por poder plasmar en un objeto icónico uno de mis diseños.

¿Qué desafíos te planteó este proyecto?
Trabajar sobre una pieza ya creada es, de por sí, complicado. El gran desafío era producir un diseño que encajase y que fuese fácilmente reconocible como un trabajo de Miriam Alía, que proyectara mi sello, mi imagen. Me rompí mucho la cabeza tratando de sintetizar los elementos que caracterizan mi diseño en un elemento como la esfera de este altavoz.

placeholder El proyecto Art of the A9 ha reunido a creativos de diferentes disciplinas y países para plasmar su arte al reinterpretar la mítica cubierta de Beoplay A9. (Cortesía)
El proyecto Art of the A9 ha reunido a creativos de diferentes disciplinas y países para plasmar su arte al reinterpretar la mítica cubierta de Beoplay A9. (Cortesía)

¿Es un homenaje a David Bowie?
No, la verdad es que no. A simple vista puede parecer relacionado, pero si lo piensas no es más que la síntesis de mi filosofía de trabajo. Yo quería reflejar luz y color, y qué mejor forma de hacerlo que a través de un rayo que entra en el altavoz; gracias a un efecto de degradado y otro de rayado sobre la tela conseguí introducir muchos colores. Ha sido un proceso complejo, con infinidad de pruebas de calidad para garantizar que el sonido no se desvirtuase. Ahora que veo el resultado estoy feliz.

En la agenda 2023 de Miriam Alía se acumulan proyectos de viviendas, diseños de producto y unos dedos cruzados que conjuran el que sería su primer hotel. Seguro que sí: la luz y el color están con ella.

Dos son los arquitectos e interioristas españoles de apellido Alía, el gran Tomás y Miriam, nuestra protagonista. “He coincidido con él muchas veces, sobre todo en eventos y presentaciones. Tomás le preguntó a su madre, doña Pepita, y así nos enteramos de que mi abuelo era primo segundo de ella. Tomás sería entonces como un tío tercero mío. Al final todos venimos de Oropesa. No tenemos relación familiar, pero nos llevamos muy bien”.

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