David de las Heras, director de Teatro Kapital: “El ocio prémium de Madrid es el más asequible y el mundo se ha dando cuenta”

David de las Heras (Madrid, 1977) es abogado, tiene su propia empresa de seguridad y durante años aplicó su expertise en cuestiones de protocolo y ceremonial para el Estado. Cuando terminó de estudiar en la Escuela Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores, unos de sus profesores, director general de protocolo del Ayuntamiento de Madrid, le contrató al instante.

En paralelo, mientras afrontaba su último año de carrera, abrió su propio club, Hoyo 19 —en el 81 de la calle Alcalá—, que rápidamente se convirtió en el previo a Gabana. “Una aventura muy bonita en la que hice muchos amigos que hoy siguen cerca de mí”, recuerda.

Luego llegó Bisou, su segunda discoteca, hasta que Luis Miguel López, CEO de Grupo Kapital, “mi hermano mayor”, le fichó para que se incorporase al proyecto de terraza de Kapital en el recinto ferial de la Casa de Campo de Madrid. Se quedó para mucho más.

Hoy, David de las Heras es el director general de Teatro Kapital que, junto a esta mítica discoteca del 125 de la calle Atocha, también rige el destino de toda una institución de la música electrónica en nuestro país: Fabrik, en Fuenlabrada.

¿Cómo conoces a Luis Miguel López?

Lo cierto es que nos conocemos desde siempre porque los dos somos hosteleros centrados en la noche. Estrechamos lazos esquiando en Aspen, en Colorado. Coincidimos e hicimos buenas migas. Un buen día me ofreció incorporarme a esta empresa que tanto quiero, admiro y respeto. Luis Miguel, para mí, es muy importante.

Kapital acaba de cumplir sus primeros 30 años y el pasado septiembre lo celebrasteis con la fiesta de las fiestas. ¿Qué es Kapital? ¿Cuál es su esencia?

En verdad, somos mucho más que una preciosa discoteca, somos Grupo Kapital, que este año cumple 55. Tras Grupo Kapital está el trabajo de dos familias que han llegado a tener 17 macrodiscotecas en la Comunidad de Madrid. A día de hoy, cuentan con una superdiscoteca en Portugal, Lick, en el Algarve; Teatro Kapital y Fabrik. En los tres casos son propietarios de los inmuebles, trabajan los negocios, y, lo mejor de todo, los cuidan y los miman. En otras palabras: los aman.

Luis Miguel empezó en Kapital siendo muy joven. Él siempre cuenta como, con 16 años, formó parte de la reconversión del antiguo Cine San Carlos de la calle Atocha en una de las mayores discotecas de Europa. La empresa la funda nuestro presidente, José Román López, el hermano mayor de Luis Miguel. La discoteca se llamó primero Titanic, hasta que en 1994 la rebautizaron como Kapital.

La cara visible de la compañía siempre ha sido Luis Miguel, sigue siéndolo, si bien a partir de mi incorporación ha delegado en mí todo lo que es el día a día. Hay que tener en cuenta que este grupo no solamente tiene las mejores discotecas, también tienen ganaderías, granjas, tierras, empresas de construcción… Aquí trabaja muchísima gente.

Volviendo a Kapital, somos una discoteca con siete plantas que equivale a un centro comercial con, digamos, siete negocios, uno por planta. Tenemos un equipo de profesionales de primera, que van del personal de administración y oficina a los porteros, los encargados de la seguridad, la limpieza, camareros, cocineros, artistas, mantenimiento… Tenemos un montaje muy grande.

En un fin de semana estándar somos unas doscientas personas trabajando in situ; pero la cifra se eleva a quinientas si tenemos en cuenta a todos los externos que contribuyen a que todo funcione. Doscientas personas equivalen a doscientas historias diarias, algo que puede llegar a ser muy intenso. Afortunadamente, somos una máquina muy bien engrasada.

¿Cómo es tu día a día?

Un no parar. Duermo a ratos, porque conciliar el día con la noche es difícil. Estoy aquí prácticamente todas las noches. Hay que estar, es nuestra filosofía de empresa. El equipo quiere verte, comentar problemas, encontrar soluciones. Y, sobre todo, hay que darles cariño. Para mí, la clave del éxito está en el cariño que le transmites a tu equipo y que ellos trasladan a los clientes. Puedes cocinar muy bien, puedes tener un gran show, puedes tener al mejor DJ, pero si no eres capaz de hacer feliz a tu público, hacer que recuerden la experiencia con emoción, lo más probable es que nunca vuelvan. La oferta de Madrid, ahora mismo, es brutal, y cada cliente, un tesoro.

Hablemos de ese Madrid consagrado al ocio en imparable expansión. ¿Qué está pasando?

Madrid se ha convertido en la capital de Europa gracias a muchas cosas buenas. Creo que Madrid gestionó especialmente bien la salida de la pandemia y eso nos posicionó en un mapa en el que antes no estábamos.

En tu trayectoria en Kapital hay un paréntesis en el que te fuiste a Ibiza, ¿por qué?

Precisamente porque con el cierre de las discotecas durante la pandemia tuve que reinventarme por un tiempo. Hoy lo recuerdo como una especie de Erasmus de dieciocho meses. (Risas). Me fui a dirigir Vivir Descalzos, el grupo que creó Beso Beach y otras marcas como Roto. Entré en el grupo con una unidad de negocio en funcionamiento y lo dejé con diecisiete en un año y medio. Esa aventura me ayudó a superprofesionalizarme, sobre todo en cuestión de números. Dimos vida a dos beach clubs, a dos restaurantes y a discotecas a las que venían los mejores DJ del mundo. Una gran experiencia.

Volviendo a Madrid, la capital se ha posicionado como un destino seguro, muy cómodo, muy bien comunicado y con un tiempo excelente. Pero, sobre todo, Madrid cuenta con una oferta prémium, una oferta de lujo, con un tique muy por debajo de París, Londres, Milán o Berlín. El ocio prémium de Madrid es el más asequible y el mundo se ha dando cuenta. Comparándonos con otras capitales del mundo, ofrecemos una oferta excelente y el precio más interesante.

Varios empresarios han identificado este nicho de mercado y han llevado a cabo sus planes de negocio. Veremos cómo evoluciona todo esto. Hay una frase que para mí es clave: lo que el éxito te engaña, el fracaso te enseña. Hay que ser prudentes.

Hablemos de Quintoelememte, el restaurante de Kapital que capitanea el gran Juan Suárez de Lezo en la azotea del edificio.

Durante la pandemia decidimos transformar en restaurante el espacio que en su día había sido un cine al aire libre con capacidad para mil personas. Antes, la última planta se usaba para que la gente de la discoteca subiese a fumar sin tener que salir a la calle. Juan Suárez de Lezo está haciendo un trabajo gastronómico fantástico, en especial en la zona de la barra de ónix, donde ofrece su espectacular omakase.

Contáis con una red de relaciones públicas apabullante, probablemente la mejor de todo Madrid. ¿Cómo construyes este mecanismo infalible de comunicación?

Con mucho esfuerzo. Tenemos un gran equipo, pero también hay que contar con la transitoriedad del personal. Por aquí pasan muchas personas que no siempre quieren dedicarse profesionalmente a la hostelería. Hay estudiantes y gente de cualquier profesión que puedas imaginar, pasan un tiempo aquí y luego se van en busca de sus sueños. Conseguir personal que se ilusione con tu marca, que la prescriba, que te recomiende, es un regalo. En Kapital tenemos muchos productos: tres pistas de baile, un karaoke, dos coctelerías, un restaurante… Es muy importante que el cliente sepa adónde va y qué se va a encontrar.

Nuestra red de comerciales, relaciones públicas y embajadores tiene una gran capacidad —además de para prescribir e informarte de las fiestas— para mimarte cuando estás aquí. Cuando se van los clientes siempre preguntamos, ¿te lo has pasado bien? Su feedback es vital para nosotros. Contamos con un ejército fluctuante de unos quinientos relaciones públicas, obviamente la mayoría no está en nómina, pero sí disfrutan de los privilegios de Kapital.

¿Cuál es el ritmo de este negocio? ¿Una fiesta por semana? ¿Cómo mantenéis viva la electricidad del ambiente?

Nuestro ritmo se explica fácilmente: no se puede parar. Somos un buque muy grande con mucha tripulación a bordo. Todos los días tienen que pasar cosas nuevas, por el público y por nosotros, para no aburrirnos. Estamos terminando una fiesta y ya estamos con la siguiente. Tenemos un departamento artístico superpotente, contamos con unos grandes residentes y dedicamos mucho tiempo a pensar cómo sorprender más y mejor. ¿Cuáles son las nuevas tendencias? ¿Qué va a pasar con el festival que llega? ¿Qué ofrece el restaurante que acaba de abrir y del que todo el mundo habla? No paramos.

¿Sois una discoteca de tribus urbanas?

Ya casi no quedan tribus urbanas, si nos referimos a los grupos que se vestían de igual forma. Más bien somos una discoteca que acoge distintos tipos de edades, lo cual es más sano. Estamos muy segmentados y ese es otro de nuestros aciertos.

Reggaetón, funky, electrónica…

Sí, abarcamos un espectro amplio en el que, por encima de todo, prima la calidad de la música. Estamos absolutamente al día.

Hablemos de la sumisión química y otros peligros. ¿Cómo se detecta a una persona con malas intenciones?

Tengo un equipo en el que confío plenamente, especialmente hábil para que no se nos cuele ni un indeseable, pero, si aun así pasase, ten por seguro que no va a estar dentro más de cinco minutos. Tenemos un instinto hiperdesarrollado para detectar personas problemáticas. Pero, insisto, nuestro personal de puerta es superriguroso y profesional. Aquí se viene a disfrutar. Nuestra responsabilidad es garantizar atmósferas protectoras.

La música en Kapital suena de lujo, ¿tenéis también un ejército de técnicos de sonido?

La música tiene que estar muy bien dimensionada. No es lo mismo el sonido del centro de la pista, que el de un reservado o el de una mesa de Quintoelemento. El sonido tiene que estar bien repartido y no molestar nunca. Debo decir que nuestro mejor ingeniero de sonido es Luis Miguel, no se le escapa una, no en vano fue DJ de Kapital durante muchos años.

Háblanos de Fabrik.

Si Kapital es un parque de atracciones, Fabrik es un gran festival con capacidad para 15.000 personas. Tenemos todo un sistema de autobuses lanzadera que salen desde Pintor Rosales, trayectos de ida y vuelta. Tenemos también un parking enorme gratuito y el Hotel Fabrik, por si alguien no se encuentra en condiciones para conducir. La última incorporación es una carpa para eventos de exterior con capacidad para 8.000 personas. Fabrik es, sin duda, uno de los mayores motores de económicos de Fuenlabrada.

Cerremos volviendo al David de las Heras emprendedor. ¿Cuál es tu próximo gran proyecto?

Ser padre, por primera vez, en siete días. (Ya lo es).