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Rigoberta Bandini: luces y sombras de 'Jesucrista Superstar', un disco inclasificable
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Rigoberta Bandini: luces y sombras de 'Jesucrista Superstar', un disco inclasificable

La suya es, sin duda, una mente privilegiada a la hora de componer canciones con mensaje y alcance instantáneo, virtud cada vez más escasa. Su flecha de fuego genial ha vuelto a apuntar alto para, una vez más, hacer pleno en el pebetero

Foto: Rigoberta Bandini durante su actuación en los Goya, donde cantó 'El amor', canción no recogida en 'Jesucrista Superstar'. (Europa Press)
Rigoberta Bandini durante su actuación en los Goya, donde cantó 'El amor', canción no recogida en 'Jesucrista Superstar'. (Europa Press)

En la carrera de todo cantante que empieza —bien desde cero, bien en una nueva etapa— son vitales las cinco primeras reseñas y las cinco primeras entrevistas. Luego, la mayoría de los artistas, cuando alcanzan la notoriedad soñada —esa que alivia el ego, alegra cuentas corrientes y garantiza libertad creativa—, tienden a olvidarse de esos primeros críticos musicales que ensalzaron sus desconocidas canciones y de esos primeros periodistas que asentaron la base literaria de su leyenda.

No es el caso de Paula Ribó (Barcelona, 1990), el talento que insufla vida a la imparable Rigoberta Bandini, genio y figura que vimos venir de lejos en el pandémico 2020 con ‘In Spain We Call It Soledad’, su segunda canción, tras la debutante ‘Too Many Drug’ y predecesora de ‘Perra’.

Ecléctica como nadie, original, valiente, divertida, provocadora… Rigoberta Bandini es, sencillamente, una compositora genial envuelta en la bandera de un nuevo feminismo que —según el color del cristal con que se mire— podrá resultar constructivo, blando o incómodo. En cualquier caso, estamos ante ‘Jesucrista Superstar’ —segundo álbum publicado este viernes—, un disco genial e inclasificable.

Hablamos de 22 canciones dispares e inconexas que, sin embargo, obran el milagro durante 67 minutos: no puedes dejar de escucharlas. En verdad, Paula Ribó, en su empeño por ser aceptada en nuestros corazones, se desnuda en cada canción. Un striptease emocional con mayúsculas gracias al que, cada vez más, obtenemos el fidedigno retrato robot de esta mujer única.

placeholder Rigoberta, más en forma que nunca. (EFE)
Rigoberta, más en forma que nunca. (EFE)

‘Jesucrista Superstar’ —editado por ella misma— bucea sin complejos en el océano de referencias de Paula Ribó para, a través de su filtro creativo, acabar ofreciendo algo nuevo, genuino y genial. Esa es su constante desde ‘Too Many Drugs’ —publicada el 28 de febrero de 2020—, canción en la que hablaba de sus coqueteos con las llamadas drogas recreativas. “A ver, no he estado en un centro de desintoxicación ni nada de eso —nos contó en una de esas primeras cinco entrevistas—. Casi todos los de mi generación hemos crecido con las drogas de diseño de forma bastante normalizada. Las probé, hasta que me cansé. Las drogas me abrieron muchísimas puertas y mundos, pero pasaron a la historia”.

Rigoberta Bandini se desnuda en cada canción, puro striptease emocional gracias al que obtenemos el fidedigno retrato robot de una mujer única

Con 6 años, Paula Ribó entró en el coro del colegio. Fue así como descubrió que estar sobre un escenario desencadenaba una serie de emociones que la satisfacían por completo. Empezó a componer de forma natural, instintivamente, sin darse importancia, hasta que comprendió que no todo el mundo tiene esa habilidad, que lo suyo era algo muy especial, sobre todo a la hora de canalizar y ordenar sus pensamientos. Cabe añadir que nunca ha estudiado música, es completamente autodidacta.

Además de haberse dedicado durante un tiempo al doblaje —su hermana era parte del elenco de voces de la serie de animación ‘La banda del patio’ y Paula no paró hasta que consiguió que le hicieran un casting: “Por pesada me lo hicieron y me dieron la voz de Caillou y la canción de la serie. Muy fuerte todo”—, formó parte, con 20 años, de The Mamzelles, banda que cantaba en catalán, con la que publicó tres álbumes y con la que descubrió lo que es el éxito. “Aprendí los entresijos del mundo musical y que todo lo que sube… baja”.

placeholder Rigoberta Bandini durante la última gala de los Goya en Granada. (Europa Press)
Rigoberta Bandini durante la última gala de los Goya en Granada. (Europa Press)

Hoy, Paula Ribó nos regala un nuevo episodio de Rigoberta Bandini en el que disecciona su alma en 22 canciones, algo absolutamente impropio de estos tiempos veloces, tan de usar y tirar. No hablaremos aquí de ‘Si muriera mañana’, ‘Pamela Anderson’, ‘Kaimán' y ‘Aprenderás’, los cuatro temas que han ejercido de eficaz rompehielos para este álbum. Nos fijaremos en las dieciocho (o casi) nuevas restantes. En conjunto, ‘Jesucrista Superstar’ es otro gran disco sin complejos de una artista que reniega del purismo. Sus canciones vuelven a ser collages en los que cuela lo que necesita contar en pos de su equilibrio y su verdad.

​Otro gran disco sin complejos

‘Centro de gravedad permanente’ es la canción que acompaña, oficialmente, el lanzamiento de este disco doble y toma su título del clásico de Franco Battiato, si bien el tema no pretende parecerse en nada al del dios italiano. La canción habla sobre aceptar que, quizá, el ansiado equilibrio nunca llegará. Arreglos de rock sinfónico y synthpop del bueno.

placeholder Portada de 'Jesucrista Superstar'. (Cortesía)
Portada de 'Jesucrista Superstar'. (Cortesía)

A punto de cumplir 35 años, ‘Jesucrista Superstar’ se generó en torno a los 33 de Paula Ribó, ese momento de la vida en el que todos —chute de ego— pensamos que nos íbamos a morir a la edad del mismísimo Jesús de Nazaret. El álbum arranca con ‘Star’, una intro que suena a vals y a nana dedicada al complejo arte de ser mujer en una sociedad donde la aprobación la marcan las redes sociales; “qué asco”, dice la canción.

En ‘Simpática, pero problemática’ Rigoberta juega a revivir una época que no le tocó: los 80 del pop español; puro Vicky Larraz en el primer Ole Ole. No es el único territorio musical ajeno que Bandini visita en este disco.

‘Enamorados’ podría ser otra bonita canción de Amaral hibridada con Mocedades y un toque de Mecano. En ‘Canciones alegres para días tristes’, Ribó vuelve a sus nostalgias ‘marca de la casa’ y nos regala la divina y siempre maravillosa voz de Luz Casal. Una colaboración preciosa, pelín triste, pero positiva.

“Basta ya de terapias que no aporten nada más. Una fiesta de día y medio cura más”, Rigoberta Bandini

‘VuelaaaAAaa’ es otro viaje al pop clásico ‘made in Spain’ con más flow Larraz y una pizca de La Oreja de Van Gogh; sin más.

‘Amore, Amore, Amore’, nuestra primera favorita entre las nuevas, es hilarante y divertidísima, una impura y ácida ranchera mexicana que sorprende. “Basta ya de terapias que no aporten nada más. Una fiesta de día y medio cura más”.

placeholder Rigoberta Bandini, en el pasado Benidorm Fest. (Europa Press)
Rigoberta Bandini, en el pasado Benidorm Fest. (Europa Press)

Todo sobre el disco 2

Pasamos al segundo disco, que se abre con ‘La pulga en el sofá’, una macarrada ravera de lo más divertida, perfecta para reventar las paredes de los vecinos. “Con 14 me besaste en un sofá, me dejaste tantas babas que te tuve que chutar. ¡Puaj!”. Nuestra segunda favoritísima entre las nuevas.

‘Soy mayor’ habla de la Rigoberta ya famosa, a la que entrevistan cada día —“Cortan, pegan, colorean… Periodismo de ‘Art Attack’”—, y de todas las demás cosas aburridas que sobrevienen con la edad.

‘JAJAJA’ es una electrocumbia que cuenta una historia tóxica (o liberadora) relacionada con alguna adicción. Musicalmente, resulta superdivertida, pero el mensaje… a saber. ‘Spaghettis al sol’ es una canción intrascendente que nos traslada al idílico Brasil de Astrud Gilberto; un tema de relleno, quizá.

‘Todas tienen ganas de jaleo’, con la cantante Juliana Gattas, es otro single en potencia; pura ironía dedicada a todos los gallitos del corral, dioses vikingos, amantes cliché y hombres estereotipados. ‘Mi niña’ es una preciosa y protectora canción dedicada a alguien que lo ha pasado mal, con una grabación, al final de la canción, que suena al revés (o eso parece, ¿tal vez contenga un mensaje oculto?).
'Los milagros nunca ocurren al salir de un after' describe, en clave sonora barroca y mucho misticismo, lo que parece ser un mal viaje por culpa de algún psicotrópico discotequero; otra canción enigmática a descifrar con tiempo.

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‘Brindis!!!’ es una canción con una rima de lo más acertada que bien puede llevarse la etiqueta de la más inclasificable de todo el disco, y suena muy en la onda sesentera británica. ‘Cada día de la semana’, dúo con el cantante Rémi Fa, es lo más parecido a un homenaje a Manu Chao que te puedas imaginar; un diálogo, casi improvisado, sobre la amistad con derecho a roce. Perfecta para cerrar el disco, pero no. El punto final lo pone ‘Abraxas’, un himno positivo y alegre para mayor gloria de esta ‘Jesucrista Superstar’.

Hablábamos al principio de las luces (ya expuestas) y las sombras de este álbum. Pocas hay, pero, por poner una, quizá, cierto abuso de risitas en pistas destinadas al descarte que han acabado indultadas; una vez vale, Rigoberta, más de tres aburre. Pero, oye, que todo muy bien. ¡Te alabamos, Bandini!

En la carrera de todo cantante que empieza —bien desde cero, bien en una nueva etapa— son vitales las cinco primeras reseñas y las cinco primeras entrevistas. Luego, la mayoría de los artistas, cuando alcanzan la notoriedad soñada —esa que alivia el ego, alegra cuentas corrientes y garantiza libertad creativa—, tienden a olvidarse de esos primeros críticos musicales que ensalzaron sus desconocidas canciones y de esos primeros periodistas que asentaron la base literaria de su leyenda.

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