Ni migas ni carne de ciervo: este es el plato típico que no debes perderte si visitas Toledo
De apariencia sencilla, es un plato con una gran historia y un sabor tradicional que no podremos olvidar
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Toledo, con su imponente patrimonio y sus calles empedradas que parecen sacadas de un cuento, también guarda un secreto bien sabroso entre sus murallas: las carcamusas. Si estamos planeando una escapada a esta joya manchega, vamos a olvidarnos por un momento de las tradicionales migas o la típica carne de caza. Porque hay un guiso que resume como ningún otro la esencia de la cocina toledana: humilde, sabroso y con alma de taberna.
Las carcamusas son un estofado de carne magra de cerdo cocinada a fuego lento con tomate, guisantes y un toque de guindilla que le aporta ese punto ligeramente picante tan característico. La clave está en su sencillez, en el uso de ingredientes locales y en el cariño con el que se prepara. No es un plato de grandes florituras, pero sí de sabor profundo y reconfortante.
El origen del nombre también tiene su gracia. Se dice que en los bares tradicionales de Toledo se reunían hombres mayores, apodados “carcas”, acompañados de chicas más jóvenes, las “musas”. De esa curiosa mezcla nació el nombre de “carcamusas”, aunque hay otras versiones menos pintorescas que apuntan simplemente a la evolución del lenguaje popular. Más allá de las leyendas, lo cierto es que este guiso se ha convertido en una auténtica institución local. Y no solo por su sabor, sino porque representa una forma de entender la cocina como un acto de memoria y tradición. Las carcamusas se sirven habitualmente en cazuelitas de barro, como tapa o como plato principal, acompañadas de pan crujiente para no dejar ni rastro de la salsa.
Si estamos en Toledo, podemos probarlas en bares emblemáticos como El Ludeña, el cual está especializado en este plato, El Trebol o en espacios con encanto como el Cigarral del Pintor, donde este plato cobra una dimensión aún más especial al servirse con vistas al Tajo. También hay quienes las versionan con ternera o incluso con un toque de vino tinto en la cocción, pero la receta tradicional sigue siendo la favorita de locales y visitantes. Por último, un consejo: debemos dejarnos llevar por el ritmo lento del lugar, sentarnos en una terraza o en una barra con historia, y disfrutar de unas carcamusas como manda la tradición. Es el sabor de Toledo en su forma más auténtica.
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