La colección de papelería de Zara Home que hace más llevadera la vuelta a la realidad

La nueva colección de papelería de Zara Home se despliega bajo un principio claro: la función guía la forma. Libretas de encuadernación limpia, archivadores que ordenan con sobriedad, lápices de líneas precisas y accesorios de escritorio que devuelven la importancia al gesto cotidiano de escribir y organizar. Son piezas pensadas para acompañar la rutina con una estética esencial, donde cada detalle responde a una utilidad concreta sin renunciar a la elegancia.

La sesión de fotografías tuvo lugar en la Maison-Atelier Ozenfant, un edificio construido entre 1922 y 1924 por Le Corbusier y Pierre Jeanneret para el pintor Amédée Ozenfant. Esta casa-taller, ubicada en el distrito 14 de París, es considerada la primera obra que Le Corbusier levantó en la capital francesa y una de las semillas de la modernidad arquitectónica. Su diseño integra vivienda y espacio de creación artística en un concepto pionero que respondía a las necesidades de Ozenfant: amplitud, racionalidad, volúmenes limpios y, sobre todo, un protagonismo absoluto de la luz natural.

Le Corbusier, que por entonces comenzaba a perfilar su estilo, encontró en este encargo la ocasión perfecta para materializar su idea de que la arquitectura debía ser un 'juego de volúmenes bajo la luz'. Los grandes ventanales del taller proporcionaban al pintor una claridad constante, imprescindible para un creador obsesionado con la pureza visual. Ozenfant, teórico y cofundador junto al propio Le Corbusier del movimiento purista, defendía que el arte debía reducirse a formas simples, despojadas de ornamento, un lenguaje que se trasladó a la arquitectura de este edificio y que hoy conecta con la nueva propuesta de papelería de Zara Home.

El vínculo entre espacio y colección no es casual. Pierre Jeanneret, primo y colaborador de Le Corbusier, participó en la concepción del proyecto aportando esa visión de integración entre vida doméstica y función práctica que tan bien dialoga con la esencia de esta colección de papelería. Situar estos objetos en un escenario tan cargado de modernidad histórica es una declaración editorial: lo cotidiano puede ser extraordinario cuando se concibe desde la precisión y la claridad.

Más allá de su dimensión funcional, la papelería ha sido a lo largo del tiempo una fuente de fascinación íntima y literaria. En su obra 'Ex Libris', la ensayista Anne Fadiman confiesa su devoción por los lápices recién afilados y los cuadernos vírgenes, considerándolos fuentes indispensables de placer. Esa pasión silenciosa por el papel y los objetos de escritorio convierte a la papelería en algo más que un simple conjunto de utensilios: es un refugio cotidiano, un punto de partida para la creatividad.

En la Maison-Atelier Ozenfant, los cuadernos y lápices no son solo accesorios, sino herederos discretos de un legado moderno donde la funcionalidad y la belleza conviven en equilibrio. Una invitación a redescubrir la escritura, el orden y la luz como ingredientes clave en el camino hacia la paz absoluta.