El calvario de Diego Torres, exsocio de Urdangarin: sin permisos y sin vender la casa
El Supremo ha ratificado el segundo grado al exsocio de Urdangarin, que no logra salir de prisión siquiera en fiestas. Ha rebajado el precio de su casa y tampoco logra venderla
Como Sísifo, que subía cargado a la montaña una y otra vez para volver a empezar siempre. Parece que Diego Torres tendrá que subir sin descanso, ver como le deniegan permisos carcelarios, ver como no vende su casa, ver como, cuando está a punto de lograrlo, tiene que comenzar de nuevo. Así, ¿eternamente? Desde el entorno del exsocio de Iñaki Urdangarin se muestran muy descontentos por la forma en que se desarrollan los hechos en la vida de este preso.
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Entró el mismo día que Urdangarin y ha pedido poder salir en varias ocasiones, como ha hecho su exsocio. Condenado a cinco años y ocho meses (Urdangarin tiene dos meses más de condena), Torres no consigue su objetivo. Ni le conceden permisos ni encuentra comprador para su casa, un chalé en Sant Cugat al que le ha rebajado el precio en varios cientos de miles de euros.
El exsocio del Instituto Nóos tiene hasta una oferta de trabajo, un contrato laboral indefinido sobre la mesa. Por eso pidió, en marzo de 2019, poder salir con algún permiso. Estuvo varios meses sin recibir respuesta, y cuando se le notificó, en octubre de este año, fue para comunicarle que su petición era rechazada.
Todas las peticiones denegadas
Además, en septiembre, en un escrito remitido a los juzgados, el abogado de Torres, Manuel González Peeters, pedía que a su defendido le aplicaran el mismo artículo del reglamento que a Urdangarin, el 117, que permite salidas puntuales para realizar tareas solidarias, tal y como confirmó en su momento Vanitatis. En la misma reclamación, Peeters pedía que si no era el 117, que le aplicaran el artículo 100.2, que permitiría a Torres salir de prisión del mismo modo que ha hecho Oriol Pujol Ferrusola. No lograron nada.
Es más, la semana pasada, el Tribunal Supremo ratificó el segundo grado a Torres, con lo que rechazaba de este modo el recurso presentado contra el auto de la Audiencia de Palma de Mallorca que confirmaba el del juzgado de vigilancia que le impedía salir de la cárcel de Brians 2, donde está preso.
Atletismo y yoga
Allí, en prisión, Torres, un tipo hiperactivo, ha colaborado en todo. Participar en “la publicación de la revista Módulo”, en un “campus de atletismo y yoga, gestor cultural, gestor medioambiental, cine fórum, documentales, programa de género y debates en el módulo”. También es “presidente del Consejo del Módulo y representante de internos en el consejo laboral de la escuela de adultos”. Ninguna de estas aptitudes le ha servido para salir de la cárcel.
Como tampoco le ha servido rebajar el precio de su vivienda para venderla. La casa, colgada en la web de una inmobiliaria local de Sant Cugat, sigue en el mercado. Primero la intentaron vender por 1,6 millones de euros, al cabo de un tiempo, ante la falta de ofertas, la rebajaron a 1,5 y ahora, más de un año después, la casa se oferta por 1,4 millones de euros con posibilidad de negociar.
Se trata de una casa a los cuatro vientos de 507 metros cuadrados, con cinco habitaciones y tres baños, que se anuncia de manera muy discreta, sin que se vea la fachada, muy conocida por la mayoría de periodistas que han seguido en algún momento las aventuras y desventuras del matrimonio. La pareja tiene también propiedades en Mahón (Menorca), de donde es Torres, y en Palma de Mallorca.
Permiso del juez
Para poner en venta sus propiedades, todas, Torres pidió permiso al juzgado, que se lo otorgó. De este modo podía saldar sus deudas. La casa de Sant Cugat está a nombre de Torres, de su mujer, de Intuit Strategy Innovation Lab SL y de Torres Tejeiro Consultoría Estratégica SL. Tal como consta en la nota registral, pesa un embargo del 40% en favor de la Hacienda Pública. Por ese motivo tuvo que pedir permiso al juez en un proceso que se ha alargado meses.
Nada que ver con la situación de los Urdangarin. El exduque de Palma y su mujer, la infanta Cristina, también tuvieron que pedir permiso para vender su casa de Pedralbes puesto que los bienes de Urdangarin estaban embargados. También rebajaron el precio, sí, pero lograron vender la propiedad y en estos momentos ya vive otra familia.
Como Sísifo, que subía cargado a la montaña una y otra vez para volver a empezar siempre. Parece que Diego Torres tendrá que subir sin descanso, ver como le deniegan permisos carcelarios, ver como no vende su casa, ver como, cuando está a punto de lograrlo, tiene que comenzar de nuevo. Así, ¿eternamente? Desde el entorno del exsocio de Iñaki Urdangarin se muestran muy descontentos por la forma en que se desarrollan los hechos en la vida de este preso.