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Reyes Vázquez de Castro, el incondicional apoyo de Carlos Sainz y gran amor de su vida
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DETRÁS DE UN GRAN HOMBRE

Reyes Vázquez de Castro, el incondicional apoyo de Carlos Sainz y gran amor de su vida

Llevan casados 28 años, pero sus vidas se cruzaron hace casi cuatro décadas, prácticamente el mismo tiempo que ha estado el piloto entregado a su gran pasión

Foto: Carlos Sainz y Reyes. (Getty)
Carlos Sainz y Reyes. (Getty)

Carlos Sainz y Reyes Vázquez de Castro cruzaron sus vidas cuando eran muy jóvenes, todo lo joven o adulto que se puede ser a los 18. Casi al mismo tiempo que sus caminos convergían, el piloto decidía abandonar los estudios para dedicarse de lleno a lo que se ha convertido en su pasión, su motivación y la fuente de sus éxitos: la velocidad.

El madrileño es bicampeón del mundo de rally en 1990 y 1992, además de haber logrado otros cuatro subcampeonatos y cinco terceros puestos. Todo esto le valió el título de mejor piloto español de rally de la historia y el mejor piloto del campeonato mundial en el momento de su retirada. En el año 2004, cuando decidió dejar el mundo competitivo, afirmó: "He decidido dar un cambio en mi vida y poderme dedicar un poco más a mi familia". Y no le faltaba razón: durante su etapa como piloto, la ausencia de Sainz en el hogar familiar era una constante. Mientras él competía, Reyes Vázquez de Castro, la mujer que siempre ha estado a su lado, en la enfermedad y la salud, en las victorias y las derrotas, en los podios y los abandonos, cuidaba del hogar y los tres hijos que han tenido juntos: Blanca, Carlos y Ana.

Ausencias continuadas

«Durante mucho tiempo pasé trescientos días al año fuera de España. Es muy duro. Solo la pasión por los rallys me permitía aguantarlo. Renuncias a muchas cosas. A tu familia, a tus amigos. Es indudable que podía haber disfrutado más de la infancia de mis hijos, que pasa una vez en la vida y no vuelve más. Pero estaba tranquilo, porque siempre tuve el apoyo de Reyes, una persona muy equilibrada. En 2004, tras 18 años, decidí dejar el Mundial. Quería estar más en casa y vivir la última parte de la infancia de mis hijos", reconocía el piloto en una entrevista publicada en 'El Norte de Castilla' hace años. En el momento de su retirada reconocía en una charla con 'El País': "Hoy me ha dicho mi hija que no sabe montar en bici... y tiene seis años. Imaginaos".

Aunque el madrileño no pudo alejarse demasiado del mundo del motor sí que lo hizo de una manera diferente: cambió una competición que le obligaba a pasar temporadas enteras fuera de casa por otra que le ausentaba puntualmente. El Dakar se convirtió en su siguiente objetivo y no se le dio nada mal: ganó en su categoría en 2010, 2018 y 2020. Por el camino ha logrado medallas, condecoraciones y reconocimientos, incluido el Premio Influential por su trayectoria profesional otorgada por El Confidencial y Herbert Smith Freehills.

La primera vez

Y de nuevo, como siempre a su lado, la mujer que conoció cuando apenas rozaba la mayoría de edad y había decidido cambiarlo todo por un volante: “Conocí a Reyes a los 18 años, cuando comenzaba a competir, y ella siempre vivió mi pasión por el motor. La primera vez que nos vimos corría con un Seat Panda... Y hasta hoy. Ha vivido toda mi progresión en primera persona, sufriéndola, apoyándome en todo momento. Ha sido una clave de los éxitos que haya podido alcanzar. Sin la ayuda de la familia es imposible ser un ganador en un deporte”, explicaba el piloto en la misma entrevista. La pareja se casaría años después, en 1992, año olímpico.

placeholder Reyes, junto a Isabel Preysler en Valencia. (Getty)
Reyes, junto a Isabel Preysler en Valencia. (Getty)

Todos estos años pensando que el copiloto natural de Sainz era Luis Rodríguez Moya y no sabíamos que la que ha sabido realmente llevar al piloto a la meta y a la victoria de la vida ha sido Reyes Vázquez de Castro.

Carlos Sainz y Reyes Vázquez de Castro cruzaron sus vidas cuando eran muy jóvenes, todo lo joven o adulto que se puede ser a los 18. Casi al mismo tiempo que sus caminos convergían, el piloto decidía abandonar los estudios para dedicarse de lleno a lo que se ha convertido en su pasión, su motivación y la fuente de sus éxitos: la velocidad.

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