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Mario Vargas Llosa: el día que se declaró a Isabel Preysler ante todos sus amigos
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Mario Vargas Llosa: el día que se declaró a Isabel Preysler ante todos sus amigos

El premio Nobel cumple hoy 85 años y lo celebrará con su grupo de convivientes. Lejos queda aquella fastuosa fiesta con la que celebró su llegada a los 80...

Foto: Isabel Preysler y Vargas Llosa, en la fiesta por el 80 cumpleaños del escritor. (Getty)
Isabel Preysler y Vargas Llosa, en la fiesta por el 80 cumpleaños del escritor. (Getty)

Mario Vargas Llosa cumple 85 años en perfecto estado de revista. La única complicación aparente es su problema de rodilla, y de ahí que cuando sale a la calle utilice un bastón que además tiene historia porque fue un regalo de Isabel Preysler. Su salud es perfecta y mantiene un régimen de vida muy estricto. No solo de ahora, sino de siempre.

Él mismo contaba su rutina: “Me levanto a las seis de la mañana, hago ejercicio, desayuno y leo la prensa, y a continuación me dedico a escribir”. La gimnasia la combina con la natación, según explicaba Tamara Falcó, que admiraba la capacidad del novio de su madre para no romper sus hábitos físicos. Y si no hay cambios en su agenda cotidiana, tampoco los hay a la hora de celebrar su cumpleaños.

placeholder Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, en un acto de Mensajeros de la Paz.
Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, en un acto de Mensajeros de la Paz.

Por las restricciones sanitarias en la mansión de Puerta de Hierro solo pueden estar los convivientes. El grupo familiar está formado por el escritor y la dueña de la casa, su madre Beatriz Arrastia, de 98 años, y Tamara. La celebración no dista mucho de la del año anterior. Una comida a mediodía rematada por la tarta de chocolate, especialidad de Ramona, la cocinera que se hizo popular gracias a los comentarios públicos de la marquesa de Griñón. En principio, no hay previsto que la cena sea fuera de casa.

Foto: El escritor y su hija, en 2013. (EFE)

Echando la vista atrás, la reunión más espectacular, la que tuvo más repercusión mediática y social, fue la celebración de sus 80 años, que sirvió para la presentación oficial de su novia a los amigos del mundo literario. Una cena organizada en el hotel Villamagna a la que acudieron expresidentes de Chile, Perú y Colombia, políticos en ejercicio y jubilados, empresarios, editores, personajes de las revistas del corazón y, por supuesto, escritores. A los postres, Vargas Llosa, micrófono en mano y ante un público expectante, declaró su amor a su novia.

“Esta personita que me hace feliz. Cada día que paso contigo es mejor que el anterior. Y ya sé que la palabra felicidad tiene un nombre y apellido: Isabel Preysler”. Esa mañana había recibido como obsequio un cachorro gran danés al que bautizó con el nombre de Celine. El nombre de la mascota también tuvo un significado especial. El nobel definía a Louis-Ferdinand Céline como “el último escritor maldito" y para Isabel era una de las firmas de lujo francesas con más arraigo entre las mujeres ejecutivas. En ese cumpleaños solo estuvieron presentes su hijo Álvaro y su mujer, Susana, que le regalaron una escultura de piedra de un hipopótamo. El nobel considera que estos mamíferos traen suerte y tiene más de tres mil.

Los otros dos hijos, Gonzalo y Morgana, no se hablaban con su padre en esa época al considerar que había gestionado muy mal la ruptura matrimonial, y por lo tanto no hubo felicitación. Con el tiempo, la relación filial se recuperó y tanto el año pasado como este los hijos y nietos se comunican con el escritor a través de FaceTime y WhatsApp. Este fin de semana le cantarán el cumpleaños feliz al abuelo. Su nieta, Anais, es un portento de voz y participa en audiciones y festivales de música, y es la encargada de festejar musicalmente al escritor.

Foto: Isabel Preysler, en una imagen de archivo. (Gtres)

Para Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler no poder celebrar un cumpleaños con amigos y familia no supone un drama. Ya vendrán tiempos mejores, cuando los dos reciban la vacuna y puedan volver a retomar las actividades cotidianas y festivas como el resto de los ciudadanos.

Mario Vargas Llosa cumple 85 años en perfecto estado de revista. La única complicación aparente es su problema de rodilla, y de ahí que cuando sale a la calle utilice un bastón que además tiene historia porque fue un regalo de Isabel Preysler. Su salud es perfecta y mantiene un régimen de vida muy estricto. No solo de ahora, sino de siempre.

Mario Vargas Llosa