Rocío Carrasco: esperanzas rotas y una amenaza que acobardó a Rocío Jurado
En los episodios dos y tres de 'Rocío, contar la verdad para seguir viva', la hija de Rocío Jurado sigue desvelando momentos vitales de enorme intensidad emocional
"Estoy bien, aquí en mi casa con los míos, un pelín desbordada (...). Estoy tranquila y serena (...). Tengo fuerza para seguir contando mi historia". La emisión comenzaba con unas declaraciones de la propia Rocía Carrasco pasadas las 22:00 h. del domingo con Carlota Corredera tomando el relevo de Jorge Javier Vázquez, que se ha tomado unos días de vacaciones para reponer fuerzas antes de emprender la nueva y exigente edición de 'Supervivientes'. Minutos más tarde, la presentadora conectaba con el fotógrafo Antonio Martín, Chori, quien aseguraba haber sido testigo de un episodio de malos tratos de Antonio David Flores, en el que el ex guardia civil había pegado una bofetada a Rocío Carrasco.
Un testimonio que vendría a sustentar las manifestaciones de la hija de Rocío Jurado en el episodio 0, en el que ponía sobre la mesa los hilos emocionales de los que irá tirando en los doce previstos, que, en principio, irán emitiéndose en tandas de dos a la semana. De momento, el abogado del ex guardia civil, Iván Hernández, ha manifestado que solamente van a demandar a la "cabeza pensante" que está detrás de esta serie documental, pero habrá que esperar a la emisión completa del mismo para determinar si cambian de criterio y amplían las personas susceptibles de acabar en los tribunales.
El episodio 2 de 'Rocío, contar la verdad para seguir viva', titulado 'Se nos rompió el amor', como aquella célebre canción compuesta por Manuel Alejandro que popularizó 'la más grande', arranca en febrero de 1996 cuando se queda embarazada de su hija Rocío. Acaba en pleno embarazo de su segundo hijo, David, cuando descubre que su marido le estaría siendo infiel con Sonsoles, una camarera que trabajaba en uno de los locales de moda de la localidad gaditana. Un hecho que, según sus palabras, era vox populi en Chipiona, que les llevaba a algunos que regresaban después de una noche de marcha a gritarle desde la calle cuando ella se encontraba en casa que era "una cierva embarazada".
Rocío Carrasco, con gran minuciosidad, hace un relato de cómo se da cuenta de que está embarazada, con un retraso de un solo día, y cómo el propio Antonio David, de la impresión, se cayó de una escalera y se hizo una herida en la frente. Según el relato de Rocío, él le dice que "no puede ser", algo que ella interpreta (quizás con la perspectiva del tiempo) como una manera de conseguir que el embarazo siguiera adelante. A su entender, el ex guardia civil sabía que por rebeldía ella podría hacer justamente lo contrario de lo que le estaban pidiendo y de esta forma, manifestando estupor, "se aseguraba el resultado".
Antes de comunicarle esa noticia, Rocío Carrasco había contado con la complicidad de su amiga Cristina Cárdenas, para confirmar mediante un test de orina el primer positivo. Su amistad se rompió de manera drástica cuando esta vendió la noticia a la prensa. Se sembraba entonces en ella la semilla de la desconfianza, lo que a su juicio es algo que utilizaría su ahora exmarido para hacerle ver que solo podía confiar en él.
El siguiente escollo era compartir la buena nueva con los padres de ambos. Rocío Jurado lo adivinó en cuanto vio entrar a su hija en su camerino en Murcia, donde se encontraba para cumplir con un compromiso profesional. "Estás preñada, ¿a qué sí?", le dijo la artista y quizás, con estoicismo, le respondió que "a su casa viene", para subrayar que el bebé sería bien recibido.
Pedro Carrasco, que había roto su comunicación con su hija desde que decidiera contravenir su opinión de que no se marchara a Argentona con Antonio David, tuvo una reacción más brusca que la de su exmujer cuando Rocío se reunió con él para comunicárselo. "Me dio un bofetón, que la cabeza me daba vueltas como a la niña del exorcista". Aun así, el mítico boxeador, posiblemente con resignación, le dijo a continuación: "Te ha arruinado la vida, te lo dije (...). Ha conseguido lo que quería".
El relato de Rocío es, en líneas generales, mucho más sereno que en los capítulos precedentes, pero vuelve el desconsuelo cuando habla o ve imágenes de sus hijos y asegura que que el día que le pusieron a su hija recién nacida sobre su pecho sintió "lo más maravilloso que puede experimentar una mujer o un hombre, es lo mismo". Y cuando le preguntan si fue el más feliz de su exmarido, acuña una de las frases más demoledoras del episodio: "No sé si fue el día más feliz, pero el día que se aseguró su futuro sí".
Rocío Carrasco tampoco hace un retrato halagador de los padres de Antonio David y quizás la frase más extemporánea y más comentada en las redes sociales se produjo cuando en una conversación sobre el nombre que pondrían a su primer hijo si fuera niño o niña. Ella sugiere que se llamara Pedro Juan, como su padre (el de Antonio David se llama Juan). A lo que su suegra habría replicado: "O Juan Pedro, porque el hijo te lo ha hecho mi hijo, no te lo has hecho tú con un dedo".
Atrás quedaba ya su boda, en la que las riendas de los preparativos las habían llevado su madre y sus tíos, Amador y Gloria, y una luna de miel en Isla Mauricio que no pudieron disfrutar como les hubiera gustado porque habían vendido su exclusiva y su agenda estaba mediatizada por las sesiones de fotos para el reportaje. Un acontecimiento organizado por el director de la publicación y su tío Amador Mohedano, en el más estricto de los secretos, por el que habrían cobrado más de 30 millones de pesetas para sufragar los gastos de su enlace "y lo que no fue la boda, la persona intermediaria tuvo sus beneficios". Se empezaban entonces a bifurcar los caminos de sobrina y tío, a quien señala por la filtración a un fotógrafo que logró hacerles en la paradisiaca isla un robado que vio la luz en esas fechas.
El episodio tres, titulado como una de las canciones más reivindicativas de Rocío Jurado, 'Ese hombre', se adentra en los capítulos más traumáticos de la relación de Rocío Carrasco con Antonio David, que coinciden con el embarazo de su segundo hijo. Unos meses marcados por una frase que repite una y otra vez, "vas a malparir a mi hijo". Son diversos los momentos de inmenso dolor y angustia que describe Rocío, que podríamos sintetizar con la descripción descarnada que esboza de los comportamientos que atribuye a su exmarido: "La actitud era de desprecio absoluto, de humillación, de crueldad. Esta palabra (la crueldad) lo engloba todo".
Son unas fechas en las que Rocío ya ha decidido que su matrimonio se ha terminado, pero tiene claro que no será antes de que nazca su hijo. Pese a diversos episodios en los que la violencia tomó carta de naturaleza. Especialmente, uno en el que la habría agarrado por el camisón y sacado medio cuerpo por la ventana en la casa familiar de Rocío Jurado en Chipiona. Fue entonces, según su relato, cuando ella le dijo: "Procura que cuando llegue abajo me haya matado". Entonces, siempre según sus palabras, él recapacitó, "tomó conciencia y soltó". Unos hechos que él había negado en una portada de 'Lecturas', alegando que había una verja en esa ventana. Una versión que ella desmonta con un documento firmado por el cerrajero que la instaló en 2010, una década después de su ruptura.
El momento de materializar esa ruptura estaba mediatizado por la trascendencia pública de su relación y por su nueva maternidad: "No iba a permitir que mi hijo naciera y su padre no estuviera presente", manifiesta Rocío, quien de alguna manera se sentía "un poco esclava en los valores que fui educada". La llegada al mundo del bebé, que tuvo que ser trasladado al hospital 12 de octubre a las pocas horas de nacer, "no a La Paz como él ha dicho", aclara y matiza, lo vivieron con gran inquietud y preocupación y la propia Rocío pidió que le dieran el alta, aunque su médico estimaba que no era lo adecuado en ese momento, para estar al lado de su hijo en el otro centro médico.
Otro de los momentos clave en el desmoronamiento de una relación de pareja ya herida de muerte fue cuando Rocío constató por una factura telefónica que Antonio David hablaba con una frecuencia inusitada con Sonsoles, a quien conocía su prima, Rosario Mohedano. Una traición que confirmaría llamando a ese teléfono que le facilitó la cantante y de lo que no se muestra orgullosa. Contestó la que posiblemente era la madre de la joven y ella le dijo: "Soy la mujer del novio de su hija. Que vaya preparando una habitación en su casa".
Hablamos de unas infidelidades que él habría negado categóricamente y que atribuye a imaginaciones suyas, con un comportamiento similar al desplegado en la célebre película 'Luz que agoniza', de George Cukor, por el personaje de Charles Boyer con el de Ingrid Bergman, a quien hace creer que está loca al jugar con su estabilidad psicológica con la luz de gas que ilumina la casa. "Eres una enferma, los celos te van a volver loca", son las afirmaciones que atribuye al ex guardia civil, a quien en el coloquio posterior repudió Kiko Hernández, quien manifestaba su satisfacción de que ya no fuera su compañero en 'Sálvame'.
Uno de los momentos más escalofriantes, que Rocío narra de una manera muy visual, casi cinematográfica, es cuando Rocío Jurado escucha por casualidad decir a Antonio David a Rocío Carrasco "te vas a cagar", después de que esta le informara de que se llevaba a los niños a Chipiona y que a su vuelta, en septiembre, iba a poner la demanda de separación. "Mi madre subió las escaleras como un caballo de carreras" -recordemos que la pareja se había establecido en la casa de la artista en La Moraleja, tras dejar Argentona definitivamente-. Y Antonio David le habría dicho a la intérprete de 'Como alas al viento': "Tú te callas, Rocío Jurado, tú no conoces a Antonio David Flores". La artista se quedó en shock: "Ahí la acojonó, se dio la vuelta y se fue (...). Él sabía el pánico que le tenía mi madre a cualquier escándalo. No se quería ver metida en nada de esto. Subió muy valiente, pero supo callarla, supo acojonarla".
En este cúmulo de capítulos llenos de dolor y angustia, la ternura y el amor son también protagonistas cuando Rocío Carrasco habla de sus dos hijos y de la relación que tienen entre ambos: "Siempre intenté que tuvieran un vínculo fuerte. Hoy lo tienen, parte del que yo les inculqué, pero a Rocío le han hecho hacerse responsable de demasiadas cosas que no tendría que serlo". Y se le iluminan los ojos, también anegados de lágrimas cuando habla de David: "Es la ternura personificada, esa ternura, esa bondad y ese morir con su madre. No te podía ver triste. Le encanta la música, las canciones de su abuela y de las de quienes no son su abuela. Mi madre diría que es un ser de luz, que era como un ángel".
"Estoy bien, aquí en mi casa con los míos, un pelín desbordada (...). Estoy tranquila y serena (...). Tengo fuerza para seguir contando mi historia". La emisión comenzaba con unas declaraciones de la propia Rocía Carrasco pasadas las 22:00 h. del domingo con Carlota Corredera tomando el relevo de Jorge Javier Vázquez, que se ha tomado unos días de vacaciones para reponer fuerzas antes de emprender la nueva y exigente edición de 'Supervivientes'. Minutos más tarde, la presentadora conectaba con el fotógrafo Antonio Martín, Chori, quien aseguraba haber sido testigo de un episodio de malos tratos de Antonio David Flores, en el que el ex guardia civil había pegado una bofetada a Rocío Carrasco.