La ruptura amistosa de Dulceida en cifras: dos empresas y una casa en Barcelona
Con sus inversiones perfectamente delimitadas, nada parece que vaya a convertirse en un verdadero escollo. Sobre todo teniendo en cuenta que, aunque celebraron su boda, nunca llegaron a formalizar los papeles
“Alba y yo no estamos pasando un buen momento en nuestra relación. Hemos decidido pasar este mes separadas. Yo voy a estar en Ibiza y ella va a hacer sus cosas. No sabemos qué va a pasar, creo que es algo muy nuestro”. Con estas palabras, Dulceida (Aída Domenech) ponía punto y final a la polémica suscitada en redes respecto a su crisis sentimental. La pareja, una de las más solventes de Instagram, anunciaba a través de este canal un parón en su vida en común tras más de siete años de relación. Un punto y seguido durante este verano tras el que pretenden que las aguas vuelvan a su cauce.
No obstante, tal y como ellas mismas confirmaron la tarde del lunes, cada una va a pasar el verano en una parte de la geografía española. Aída, en la recién inaugurada Casa In, en la que pasará el próximo mes en compañía de todos los talents a los que representa a través de su agencia, In Management, en Ibiza. Alba, por su parte, parece que estará estos días rodeada de los suyos, probablemente en la casa que comparte, al menos por ahora, con la influencer.
Una separación temporal y amistosa que de hacerse efectiva tendrá una fácil resolución económica. Con sus inversiones perfectamente delimitadas, nada parece que vaya a convertirse en un verdadero escollo. Sobre todo teniendo en cuenta que, aunque celebraron su boda hace ya cinco años, nunca llegaron a formalizar los papeles pertinentes en el Registro Civil, tal y como pudo confirmar Vantitatis en exclusiva. Sin divorcio de por medio, de no retomar la relación, será todo más sencillo de lo que parece.
Su casa en Barcelona
Alba y Dulceida viven desde 2017 en un coqueto apartamento de unos 150 metros cuadrados ubicado en una de las zonas nobles de Barcelona. Completamente reformado, el inmueble lo compró la influencer en diciembre de 2016 y lo escrituró a su nombre, tal y como hemos podido constatar desde este medio.
Con un amplio salón, tres dormitorios (uno en suite, uno transformado en el vestidor de Dulceida y otro como salón anexo), dos baños y una decoración cuidada al detalle en tonos neutros, la influencer presumió de su nueva casa en sus redes sociales a través de un completo vídeo en YouTube en el que mostró cada metro.
Un orgullo para ella que, de separarse, no tendría que dividir. Al no estar casadas, no se enfrentaría a la división de los gananciales (la casa se compró después de su supuesta boda). No obstante, no es un régimen que se estile demasiado en Cataluña, donde lo normal (y automático si no se decide lo contrario) es casarse en separación de bienes.
En ese mismo apartamento, la pareja de influencers pasó la cuarentena junto al también influencer Luc Loren, uno de sus íntimos amigos y cuya presencia durante los tres meses de confinamiento despertó los primeros rumores respecto a una posible crisis en la pareja.
Empresas por separado
En cuanto al patrimonio empresarial, tampoco tendría que haber ningún tipo de problema a la hora de disolver su relación. Aída Domenech, tras más de 10 años dedicada en cuerpo y alma al mundo de las redes sociales (primero como bloguera, luego como youtuber e instagramer), constituyó en junio de 2016 Dulce Week End SL, empresa de la que es administradora única y que gestiona los tres pilares sobre los que ha edificado su éxito tanto dentro como fuera de Instagram.
Gracias al buen consejo de su madre, Ana María Pascual, que ejerce de apoderada, esta microempresa dedicada a las actividades recreativas y de entretenimiento con sede en Badalona tiene tres ramas: DulceidaShop, su propia marca de ropa, que salió al mercado hace unos años; Dulceweekend, el festival que reúne a marcas, influencers y cantantes durante dos días non-stop, y, por supuesto, la joya de la corona, In Management, su agencia de representación. “Es un sueño, una lucha y un esfuerzo”, aseguró la propia Dulceida en un vídeo publicado en su canal de YouTube en el que explicaba con detenimiento los entresijos de la empresa que tantas alegrías le ha dado y que gestiona además toda su actividad publicitaria, con la que obtiene la mayor parte de sus ingresos.
Su expertise en las redes hizo que hace unos años apostara por dedicar gran parte de sus esfuerzos y recursos a crear escuela y representar a otros rostros conocidos (como Nagore Robles, Carlos Sadness o Trendy Taste), entre los que, por supuesto, se encuentran su hermano y su pareja, Alba Paul. Este es el único vínculo empresarial que a día de hoy las une.
Alba Paul, por su parte, además de dedicarse profesionalmente al mundo de las redes y el marketing digital como su pareja durante los últimos siete años, el pasado 12 de marzo constituyó una empresa para comenzar a volar en solitario. Lejos de abrir un negocio relacionado con la moda y la belleza, como suele ser habitual en estos círculos, junto a su amiga Lucía Medrano puso en marcha Thefeathervan SL, una compañía dedicada a la venta de automóviles y vehículos de motor ligeros en la que ambas socias son administradoras solidarias.
Con más de 65.000 seguidores en Instagram, su servicio consiste en camperizar furgonetas y alquilarlas para “vivir una experiencia única con nosotros”. Aventuras adaptadas a todo tipo de planes a bordo de estos vehículos que tanta fuerza han cogido durante la pandemia.
En su página web tienen disponibles tres furgonetas que alquilan por un precio que parte de 110 euros la noche. Cuidadas al detalle, sin duda proponen un plan de ocio alternativo al tradicional optando por una manera nueva de hacer camping a bordo de una furgo de lo más instagrameable.
Asuntos perfectamente separados para que, en caso de que las aguas no vuelvan a su cauce tras este descanso en su relación, la ruptura económica no sea tan dura como lo será sin duda la emocional.
“Alba y yo no estamos pasando un buen momento en nuestra relación. Hemos decidido pasar este mes separadas. Yo voy a estar en Ibiza y ella va a hacer sus cosas. No sabemos qué va a pasar, creo que es algo muy nuestro”. Con estas palabras, Dulceida (Aída Domenech) ponía punto y final a la polémica suscitada en redes respecto a su crisis sentimental. La pareja, una de las más solventes de Instagram, anunciaba a través de este canal un parón en su vida en común tras más de siete años de relación. Un punto y seguido durante este verano tras el que pretenden que las aguas vuelvan a su cauce.