20 años sin Paco Rabal: su gran amor, su pasión por las mujeres y un hijo 'secreto'

"Sí, le gustaban mucho las noches y pingonear con las mujeres. Las mujeres de la compañía presumían de ser novias de Paco Rabal: todas se enamoraron de él". Así describía el carácter de su marido en una entrevista con 'El Mundo' Asunción Balaguer, fallecida a los 94 años el 23 de noviembre de 2019. Una muerte que dejó una enorme tristeza a su familia y que llegó después de que viviera una segunda juventud profesional, pues fue muy requerida para trabajar en teatro, cine y televisión; y, sobre todo, sin un solo día en el que no recordara a su idolatrado marido, de quien siempre habló maravillas públicamente.

"Él vivió muy bien, le gustaba conocer tanto a un taxista como al más rico, y le han gustado las mujeres y tenía mucho sex appeal”, manifestaba la actriz, que se dio el 'sí, quiero' con él en 1951, tan solo un año después de conocer al que fuera uno de los actores más importantes de todos los tiempos de nuestro país gracias a títulos como 'Los santos inocentes', por el que ganó el premio de mejor actor en Cannes, compartido con su compañero Alfredo Landa, o 'Viridiana' y 'Nazarín', de Luis Buñuel.

Títulos emblemáticos

La carrera de Francisco Rabal fue muy brillante y no tuvo la proyección internacional de la de su gran amigo Fernando Rey porque no hablaba inglés con la suficiente fluidez, lo que le llevó a este a protagonizar 'The French Connection', su espaldarazo en Hollywood. Aun así, dejó interpretaciones memorables en películas como 'Las largas vacaciones del 36', 'La colmena', 'La hora bruja', 'Divinas palabras', 'Tiempo de silencio' o 'El disputado voto del señor Cayo'. Y no podemos dejarnos en el tintero '¡Átame!', de Pedro Almodóvar, 'Pajarico' o 'Goya en Burdeos', ambas a las órdenes de Carlos Saura.

El propio intérprete de la emblemática serie 'Juncal' había contado que Asunción empezó siendo amante, luego hermana y después madre. Y, como ya contábamos en Vanitatis cuando falleció Asunción, cuando ella perdió ese primer estatus, buscó fuera de casa esas amantes. Resulta cuando menos curioso que la empresa que compartían ambos, dedicada a las 'actividades de las agencias de colocación", se llamara Picaflor SL. Ironías al margen, Paco Rabal siempre adoró a su mujer. Quien firma este artículo presenció cómo en plena promoción de 'El palomo cojo' (1995), de Jaime de Armiñán, en el Festival de San Sebastián, trataba de ocultar a la actriz que se iba a fumar un cigarrillo, pues, efectivamente, ella cumplía con ese rol vigilante de una madre que velaba por su salud.

Mientras Asunción, que fue una gran actriz y una mujer de gran sensibilidad artística, renunciaba a la vida pública para cuidar de su familia, Paco se dedicaba a triunfar. En el cine y entre las mujeres, algo que nunca ocultó, pero de lo que tampoco hizo ostentación. Una de sus 'amigas especiales' fue la duquesa de Alba. El actor decía sobre ella que era una mujer pasional que vivía todo con mucha intensidad. A Cayetana también se le atribuyó un amorío con otro de nuestros galanes patrios, Arturo Fernández, que nos dejó el 4 de julio de 2019. Aunque, como ocurre con este tipo de asuntos que ahora nos parecen un tanto pretéritos, a veces cuesta dirimir entre la realidad y la leyenda.

Aunque Asunción Balaguer asumía o aceptaba las aventuras de su marido con mayor o menor estoicismo, había algunos límites que no hubiera estado dispuesta a tolerar, que su marido tuviera un hijo con una de sus amantes. “No quiero hablar de este tema porque me duele”, confesó Balaguer en una entrevista con 'XL Semanal'. “Me enteré cuando había pasado todo. Menos mal, porque si me entero entonces, yo me voy”.

Sobre la posibilidad de que ella hubiera tenido alguna aventura extramatrimonial, ella manifestaba que "ni en los malos momentos me ha gustado otro hombre. No he sido coqueta. Además, seguro que Paco no me habría perdonado una infidelidad; me hubiera dejado”.

Dos hijos artistas

Sea como fuere, Paco y Asunción estuvieron juntos hasta el final y, pese a las adversidades, formaron una pareja sólida de la que tuvieron dos hijos: Benito, que dirigió a su padre en 'El hijo bastardo de Dios' y es padre a su vez de Liberto Rabal, y Teresa Rabal, eternamente vinculada a los niños por sus grandes trabajos televisivos y en el circo, y una notable actriz también.

Quizás por eso sean tan relevantes las palabras de su última entrevista antes de morir, concedida al diario 'Abc', a propósito de la familia: "Para mí es muy importante. No soy un hombre institucional, pero la institución de la familia me agrada. Dentro del carácter español hay algo anarquista. Yo no soy institucional porque me parece más hermosa la libertad, no estar condicionado a reglas. Yo también soy una especie de comunista muy sui generis. Soy de la idea. No soy asambleario ni nada eso. Lo que me preocupa es la justicia social. Se puede decir que soy un humanista".