Coral Bistuer, del taekwondo a la política y un feliz matrimonio

Actualmente, podemos deleitarnos con el talento de muchas y distintas mujeres deportistas. Ana Peleteiro, Garbiñe Muguruza o Alexia Putellas son solamente algunas de ellas. Sin embargo, hasta hace no muchos años, no era tan habitual ver a las mujeres competir en determinadas disciplinas, convirtiéndose en auténticos referentes como lo hacen hoy en día. El caso de Coral Bistuer da buena muestra de esto, pues comenzó su trayectoria en el taekwondo en la década de los 70, cuando acababa de llegar este deporte a nuestro país, y gracias a su talento ha logrado consagrarse como una figura histórica dentro y fuera de nuestras fronteras.

Nacida el 16 de noviembre de 1966, Coral Bistuer tiene ahora 55 años, pero contaba con 16 cuando comenzó a practicar taekwondo con asiduidad. De hecho, fue poco tiempo después, cuando obtuvo sus primeros triunfos: cinco medallas en el Campeonato Europeo de Taekwondo entre los años 1982 y 1992, igual que ganaba dos medallas en el Campeonato Mundial de Taekwondo en los años 1987 y 1991. Un éxito que marcaría su vida para siempre y la mantendría ligada al deporte.

Los premios y reconocimientos que le han otorgado a lo largo de su vida así lo avalan: Premio Reina Sofía a mejor deportista española, Medalla de Oro de la Real Orden del Mérito Deportivo por el Consejo Superior de Deportes, Medalla de Honor en oro de la Unión Europea de Taekwondo por el máximo número de títulos obtenidos (5 títulos) por un competidor, en 1992, Deportista homologada en el Libro Guinness de los Récords, de 1992 a 1999, entre muchos otros, y es que ser cinturón negro 7º dan de taekwondo no es algo que pueda conseguir todo el mundo.

Llegada a una edad, Coral Bistuer vio bien retirarse y comenzó a ejercer de maestra nacional, así como de árbitra con categoría mundial. No obstante, su afán por impulsar el deporte y pasar al ámbito de la gestión la acercó al mundo de la política y, este verano, Isabel Díaz Ayuso la situaba al frente de la Dirección General de Deportes de la Comunidad de Madrid. Trabajo que desempeña con mucho orgullo, tal y como podemos observar a través de su biografía de Twitter, donde presume del cargo.

Más allá del deporte, lo que llena su vida es el tiempo en familia. Una familia que ha formado junto a Javier Valero, con quien contrajo matrimonio hace ahora dos décadas en segundas nupcias, tras divorciarse de Alejandro, entonces miembro de seguridad del Partido Popular. Con Javier ha tenido dos hijos, y es este quien la apoya en todos sus compromisos públicos, en los que podemos ver lo feliz que se encuentran, tras veinte años juntos, derrochando la misma complicidad que el primer día.

Muy comentada fue su aparición con motivo del Día Internacional de la Mujer, cuando la Comunidad de Madrid entregó un premio a Coral Bistuer como mujer pionera del taekwondo en España. Acompañada de su marido, no fue su amor lo que acaparó los focos, sino el espectacular cambio físico de la deportista, que se dejó ver mucho más delgada y estilizada que en otras ocasiones, así como con un corte pixie del que presume desde entonces.

Eso sí, pese a tener una sólida y fructífera carrera, así como haber logrado construir una bonita familia, no todo ha sido un camino de rosas en la vida de Coral Bistuer. Ella misma ha contado en distintas entrevistas que, pese a haber sido campeona de España, ha luchado durante toda su trayectoria contra la dislexia. "Con 16 años empecé en el taekwondo, con 17 soy campeona de Europa, pero yo no sabía cuál era la derecha o la izquierda de mis contrincantes", contaba en conversaciones con 'Nius'.

Algo que tuvo que superar poco a poco, haciendo frente a las críticas de numerosas personas que trataban de ridiculizarla. "Lo que pasa es que yo lo compensaba con otras cosas, porque era muy líder. Pero aunque seas muy líder, en el momento que muestras tu flaqueza, la gente se ríe. Lo peor es que no sabes lo que te pasa, y por qué los demás leen bien y tú no, aunque te lo trabajes muchísimo", explicaba sobre la forma que tuvo de superarlo. Lejos quedan ya esos complicados momentos y ahora saborea las mieles del éxito, tras mucho esfuerzo y constancia.