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Las redes de Anna Ruiz, la mujer de Alberto Garzón: una ventana a la intimidad del ministro
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POLÍTICA Y PERSONAS

Las redes de Anna Ruiz, la mujer de Alberto Garzón: una ventana a la intimidad del ministro

Médico de familia, la malagueña cuenta con miles de seguidores en su perfil de Instagram, donde comparte su filosofía 'slow life', habla de su salud mental y hasta de la falta de sexo con el titular de Consumo

Foto: Alberto Garzón y Anna Ruiz, el día de su boda. (Gtres)
Alberto Garzón y Anna Ruiz, el día de su boda. (Gtres)

En España, la comunicación política no suele incluir a los cónyuges. Ese elemento tan poderoso en culturas como la estadounidense se suele obviar en nuestro país, donde se reclama la intimidad del político como un derecho casi sagrado. Un ejemplo lo tienen en Begoña Gómez. Su papel en la carrera de Pedro Sánchez ha ido variando a lo largo de estos años de vida pública. Todo el mundo recuerda aquella icónica imagen de la pareja en el debut de Sánchez como candidato, allá por 2015. Cogidos de la mano sobre el escenario, con el pulgar levantado en señal de triunfo, ella de rojo fuego con una inmensa bandera de España a la espalda. Aquella puesta de largo presidencial de Sánchez, absolutamente a la americana, incluía irremediablemente a Gómez en el paquete. Igual que Barack Obama no podía entenderse sin Michelle. Hoy por hoy, la experta en el tercer sector ha preferido ser más anónima y desarrolla su carrera profesional al margen de la de su marido.

Tímidamente le ha ido ganando por la izquierda una joven médico de familia, Anna Ruiz. Es la esposa del ministro más polémico de los últimos días, Alberto Garzón, titular de Consumo. Pero también se ha ido convirtiendo poco a poco en influencer (tiene 18.300 seguidores) de un estilo de vida sencillo, saludable y pegado al ritmo de la naturaleza, a pesar de no ser muy constante. Ruiz comparte su día a día, sus preocupaciones por la conciliación, sus problemas de salud mental e incluso la falta de sexo provocada por el cansancio de la maternidad. Desde el altavoz que le ha brindado Instagram, proclama una filosofía eco y 'slow life', la maternidad salvaje y el feminismo.

Las declaraciones del político sobre las macrogranjas y cómo llevan a que, en su opinión, España exporte "carne de mala calidad" aún colean. El propio presidente ha lamentado estas palabras públicamente, soliviantando al espacio de Unidas Podemos, que hubiera preferido una defensa cerrada del ministro. Su esposa le ha apoyado en redes, donde ha compartido un storie con algunas de las palabras de Garzón sobre el asunto.

El ministro ha utilizado los medios y sus perfiles para reafirmarse y abundar en la idea que ha protagonizado la polémica de las navidades. "Hay dos tipos de ganadería: la ganadería familiar, social, extensiva, la del ganado pastando, que da un producto de mucha calidad. Y luego hay una ganadería que tiene su expresión máxima en las macrogranjas, con efectos ecológicos y medioambientales altamente perversos, que expulsa la población de sus territorios y que deja a la España Vacía más vaciada. Hay que defender la primera y hay que frenar la segunda". En opinión del ministro, "el mundo rural necesita médicos, agua potable, ganadería sostenible... y no contaminación de macrogranjas".

No hay impostura. El titular de Consumo desde el Gobierno y su esposa desde las redes sociales han defendido siempre una economía más respetuosa con el medioambiente. El púlpito de Ruiz es más discreto, pero en su perfil de Instagram explica que le apasiona "la naturaleza, los ciclos naturales y las celebraciones que se hacen en torno a ellos". "Mis ratos de #celebracionespaganas son un bálsamo en mi día a día. Me encantan los tés e infusiones. En mi casa la tetera está siempre llena", afirma.

Como ella misma cuenta, Anna es la tercera de cuatro hermanas. Actualmente está dedicada a la maternidad, aunque es médico de familia y está estudiando un máster en anticoncepción y salud sexual. Tuvo un largo noviazgo con Alberto Garzón, con el que se casó en 2017 y tienen dos hijas. Un año más tarde, la familia cambió el piso que compartían con el hermano del ministro en el centro de Madrid por un piso en Rivas Vaciamadrid que les costó, según se publicó, 200.000 euros.

Uno de los secretos del éxito de Ruiz en redes está en la honestidad con la que habla de sí misma. En un momento en que habla de sus rarezas, reconoce: "Siempre he odiado mis tetas (me parecen enormes), lucho en mi fuero interno por quererlas como son y no terminar operándomelas, pero tengo esa duda siempre ahí. Pero me gusta mucho la zona de mis clavículas y mis piernas. ¡No todo va a ser malo!". Precisamente fue su pecho desnudo el que escandalizó a algunos cuando compartió una imagen amamantando a sus dos hijas.

También ha hablado sin miedo de la salud mental y de cómo la psicoterapia le ha "salvado la vida" literalmente. "Hice mi primera sesión de psicoterapia con 16 años, por problemas de alimentación y familiares. Lo dejé al poquito y fui arrastrando atracones de comida y vómitos, junto con una dependencia emocional y una necesidad constante de validación. Hace unos años decidí volver a empezar terapia. Antes de eso pensaba que yo podía con todo. Enterraba mis problemas y seguía hacia delante sin darme cuenta de que me estaba ahogando. Mis psicólogas me han salvado la vida. Así que hoy, día de la #SaludMental, doy GRACIAS, así en grande, a todas las profesionales que se dedican a este área tan importante, tan necesaria y que tantas veces se ha desprestigiado y ridiculizado. Gracias a quienes acompañáis, tratáis, medicáis. Y gracias a quienes compartís vuestras historias porque con vuestra sanación sanamos todas".

Foto: Alberto Garzón y Anna Ruiz, el día de su boda. (Gtres)

Las redes de Anna se han convertido también en una ventana a la intimidad de Alberto Garzón, que aparece de vez en cuando. En octubre, por ejemplo, Ruiz acompañó un bonito retrato de ambos de una anécdota, cuando se conocieron: "Recuerdo la primera vez que te vi. En un curso de verano, en Ronda, me perdí una revisión de examen por ir a verte. Ya no recuerdo la nota que saqué en ese examen de trauma que quería revisar. Pero sí recuerdo, perfectamente, el terremoto que sentí cuando nos miramos. Y recuerdo con nitidez, pensar 'madremíademivida ya nunca voy a poder mirar a otro hombre sin compararlo con él'. Desde ese día han pasado muchas, muchísimas historias. Pero tú sigues siendo incomparable a nadie".

También fueron muy emotivas unas palabras que le escribió en verano, junto al primer selfie juntos en meses: "Tras el terremoto de la ma/paternidad es importante reencontrar a la pareja. Me hace gracia cuando me dicen que 'lo más importante debe ser la pareja y no debe cambiar nada con la llegada de las criaturas'. Y me hace gracia porque es absolutamente falso, creo que sería un problema si todo permaneciese exactamente igual. Así que doy las gracias por tener un compañero que ha sabido adaptarse a este gran cambio tanto como yo, con sus meses de no querer sexo, sus días de agotamiento total, sus momentos de rabia por necesidades no atendidas... hemos evolucionado y cada día te quiero más y más".

La 'popularidad' de la médica en redes se ha resentido en el último mes. Estos últimos 30 días, según la herramienta Social Blade, sus seguidores han bajado en torno a un 129%, aunque en general tiene un buen índice de engagement. Quizá tenga algo que ver con las declaraciones de Garzón, o quizá sea por su falta de constancia, ya que pasa largos periodos sin publicar nada.

En España, la comunicación política no suele incluir a los cónyuges. Ese elemento tan poderoso en culturas como la estadounidense se suele obviar en nuestro país, donde se reclama la intimidad del político como un derecho casi sagrado. Un ejemplo lo tienen en Begoña Gómez. Su papel en la carrera de Pedro Sánchez ha ido variando a lo largo de estos años de vida pública. Todo el mundo recuerda aquella icónica imagen de la pareja en el debut de Sánchez como candidato, allá por 2015. Cogidos de la mano sobre el escenario, con el pulgar levantado en señal de triunfo, ella de rojo fuego con una inmensa bandera de España a la espalda. Aquella puesta de largo presidencial de Sánchez, absolutamente a la americana, incluía irremediablemente a Gómez en el paquete. Igual que Barack Obama no podía entenderse sin Michelle. Hoy por hoy, la experta en el tercer sector ha preferido ser más anónima y desarrolla su carrera profesional al margen de la de su marido.

Alberto Garzón