La separación económica de Elena Tablada y Javier Ungría: nada que repartir

La publicación en la revista 'Semana' de que Elena Tablada y Javier Ungría habían pasado el verano separados desató en un principio las especulaciones. Algunas personas de su entorno no daban crédito a lo publicado, pensando que se trataba de una circunstancia temporal. Otros ya lo sospechaban por la ausencia de fotos compartidas de la pareja en los últimos meses. La empresaria zanjó rápidamente el asunto y salió al paso en sus redes sociales confirmando la información y dando, además, alguna clave de las razones que les habían llevado a tomar esta decisión.

"Después de 6 años de una preciosa relación, a pesar de que ninguna es un camino de rosas, hemos decidido dar un pare para así poder respirar y ver en qué consiste realmente la felicidad", comenzaba escribiendo la diseñadora, insinuando que no se trataba de una decisión definitiva y que aún había opción de dar marcha atrás, dejando una puerta abierta de este modo a una hipotética reconciliación en el futuro. Su aún marido, por su parte, tiene su perfil de Instagram en modo privado, por lo que no sabemos si se ha pronunciado al respecto.

La confirmación de su separación llegó en una efímera story que ya ha desaparecido, pero en la que se mostraba positiva a pesar de todo. "Confío en el plan que tiene Dios para mí, para mi familia y en que el tiempo nos haga valorar lo afortunados que somos", continúaba antes de apuntar con bala y explicar su auténtica prioridad en este momento: "Quien me conoce sabe que mis hijas son lo más importante que tengo en mi vida, y si me veo en la posición de ponerlas en una balanza siempre pesarán más ellas".

El hecho de que ambos estuvieran pasando las vacaciones por separado –él en Grecia y ella en Miami y las Islas Baleares– y que en las habituales bonitas estampas familiares de la diseñadora no hubiera ni rastro del empresario desde hace meses ya había hecho sospechar que las cosas no andaban bien entre ellos. Si la pareja decide romper definitivamente, significará el final a seis años de amor que ha dado lugar a una hija común que nació en plena pandemia. Tablada tiene además otra hija adolescente, fruto de la larga relación sentimental que mantuvo con David Bisbal y que ha estado en ocasiones en el foco de la disputa entre ambos por su exposición en las redes.

"El amor y el respeto entre nosotros es profundo y latente y creó un ser maravilloso por el cual estaremos unidos siempre", finalizaba escribiendo la diseñadora de joyas en tono conciliatorio. Elena y Javier contrajeron matrimonio en 2018, primero por lo civil en Miami y meses más tarde por la iglesia en La Habana, en el mismo lugar donde se habían casado los abuelos de ella.

Si la pareja no lograra superar este bache sentimental (aunque últimamente las reconciliaciones están en boga), llegaría el momento de hablar de asuntos legales y económicos. En su caso, la separación de los bienes compartidos sería relativamente sencilla porque no tienen nada en común. Cuando se casaron, ambos tenían ya sus carreras propias y su patrimonio, y en este tiempo no han invertido juntos en ninguna propiedad que pudiera ser objeto de litigio. Otra cosa son las cuestiones familiares y sentimentales.

Javier Ungria es sobrino de la princesa de Tirnovo, Miriam Ungría, viuda de Kardam de Bulgaria, primogénito del rey Simeón. El padre de Javier, con el que comparte nombre, lidera las empresas familiares, con millones de euros en activos y dedicadas principalmente a la gestión de la propiedad intelectual; también tienen intereses en el sector inmobiliario. El joven Ungría ha desarrollado su carrera en las empresas familiares y tuvo una breve experiencia también en el mundo de la consultoría. Pero por lo que se ha hecho más conocido es por su trabajo en el mundo de la hostelería. Regenta junto a otro socio el conocido restaurante Haches, en el madrileño barrio de Salamanca.

Por su parte, Elena Tablada es conocida por su trabajo en el mundo de la moda. A través de su página web vende sus diseños de baño, ropa de niño o accesorios bajo la marca ETNA, que nació en los años 2000. Tras una etapa en la que se asoció con Cristina Hidalgo (hija de Juan José Hidalgo, fundador de Globalia), ha continuado su trayectoria en solitario.