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Rodrigo Rato, desconsolado por la muerte de su hermana Mani: hablamos con amigos de la familia
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FALLECIMIENTO SÚBITO

Rodrigo Rato, desconsolado por la muerte de su hermana Mani: hablamos con amigos de la familia

A la experta en arte y antigüedades, la muerte le sobrevino mientras comía tranquilamente con unas amigas en un restaurante madrileño

Foto: Rodrigo Rato, en una imagen de archivo. (EFE/Rodrigo Jiménez)
Rodrigo Rato, en una imagen de archivo. (EFE/Rodrigo Jiménez)

Rodrigo Rato no daba crédito a la noticia que le estaba transmitiendo su sobrina Ángeles. Su madre acababa de fallecer mientras se encontraba disfrutando de un encuentro con amigas. El lunes a mediodía, María Angeles Rato, a la que familiarmente llamaban Mani, había quedado para comer en el restaurante La Penela.

Este local de la calle Velázquez, en el barrio de Salamanca, se encuentra muy cerca del domicilio que compartió con su marido, José María de la Rosa, que falleció en 2012. Y también de su tienda de antigüedades Itálica, especializada en arte asiático y referente en el sector. A sus 80 años seguía al frente del negocio junto con su hija Ángeles, la sobrina preferida del que fuera presidente de Bankia. Este almuerzo no era diferente al de otras veces y el grupo elegía La Penela porque los empleados ya estaban acostumbrados a recibir a las señoras, que a veces acudían sin reserva.

Era clienta habitual y, como en otras ocasiones, les dieron una buena mesa. Lo que nadie imaginaba era la tragedia que iba a suceder minutos después de que llegara la comanda. Lo que parecía una pequeña complicación al atragantarse, que según confirman a Vanitatis se solucionó, dio paso a un infarto fulminante. “Parecía todo tranquilo y de pronto comenzaron a pedir ayuda. Es lo que hicieron los camareros y aunque hubo gente de otras mesas que no se percataron de lo que estaba sucediendo, sí echaron una mano los que estaban más cerca. Por fin pasó ese primer susto. Lo peor llegó al rato. Cuando parecía que ya se había recobrado, tuvo un infarto fulminante. Ya estaba el Samur, que no pudo hacer nada. Fue terrible”, así lo cuentan testigos presenciales.

Amistades de Mani Rato aseguran que cuando las amigas les contaban lo que había sucedido no entendían cómo una vez que parecía que se había recuperado, lo peor estaba por llegar. Será enterrada en el panteón familiar de Gijón junto a sus padres y su hermano, Ramón Rato, padre de Patricia

placeholder Patricia Rato, junto a su marido, Javier Moro, en una imagen de archivo. (Gtres)
Patricia Rato, junto a su marido, Javier Moro, en una imagen de archivo. (Gtres)

Se da la circunstancia de que un suceso similar de muerte repentina le aconteció a Ramón, que falleció en la finca de Jaime Peñafiel cuando pasaba un fin de semana en el campo de Toledo. “Ha debido ser tremendo, pero si hay que ver la parte buena, es que no ha sufrido. A Moncho, que era para mí como un hermano, le ocurrió lo mismo”, recuerda Peñafiel. "Después de la comida, quiso descansar y se fue a la habitación para echar la siesta. Y ya no despertó. A Mani la traté menos, pero era una mujer muy guapa y muy lista. Tenía adoración por sus dos hermanos y lo pasó muy mal cuando Rato entró en prisión. Era una familia muy unida y muy protectora unos con otros. Ya solo queda el pequeño, que era Rodrigo”.

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Para la hermana, uno de los días más felices fue cuando en octubre pasado el Tribunal Supremo absolvió al que fuera vicepresidente del Gobierno de Aznar por la ruinosa salida a Bolsa de Bankia. Cuentan amistades del mundo de las antigüedades que “Mani era una mujer muy discreta, pero no se cortaba a la hora de apuntar que lo que le habían hecho a Rodrigo era una injusticia total. Que el problema que siempre había tenido era la envidia de los que le rodeaban, empezando por los suyos. Ese día que dieron la información estaba feliz”.

Arte y antigüedades

María Ángeles Rato era una experta en el mundo de las antigüedades de Asia, y en sus viajes solía acompañarla su hijo José de la Rosa, que tiene un máster en Arte Asiático y ha dado conferencias y charlas en el Museo Británico de Londres. Desde 2002, se apuntaba también la hija licenciada en Psicología. Ella se pasó también a ese sector y será la que ahora tenga que sacar Itálica adelante. En estos desplazamientos, Mani Rato solía visitar a su pariente, el sacerdote jesuita Enrique Figaredo, que ejerce como prefecto apostólico en Battambang (Camboya). Durante los días que permanecía, echaba una mano, igual que Rodrigo Rato. Hay imágenes familiares de los hermanos y el sobrino en la misión.

La fallecida estaba considerada como una de las más entendidas en el mundo de las antigüedades. Fue fundadora de Feriarte y presidió la Asociación de Anticuarios de Madrid, donde también fue vocal en todas las juntas directivas. María José Cantudo, experta en arte y una de las fijas en estas ferias, explicaba: “Yo la veía en Feriarte y le he comprado alguna cosa y también he pasado por su tienda de Jorge Juan. Cuando nos veíamos me decía: ‘Sé que ha ido mi madre a verte al teatro, que le gusta mucho’. Y a veces venía con Rodrigo Rato”.

Como publicaba Vanitatis, desde muy joven conocía ese cóctel entre finanzas y escándalo mediático. En su primera boda, en 1965, con Emilio García Botín, primo carnal de Emilio Botín, detuvieron a su padre y a su hermano mayor, Ramón Rato, en una espectacular operación policial en los salones del antiguo hotel Castellana Hilton, hoy hotel Intercontinental.

Se casó en segundas nupcias con José María de la Rosa Alemany, con quien tuvo dos hijos, Ángeles y José. Su segundo marido tenía también familiares mediáticos: era primo del polémico financiero Javier de la Rosa y hermano del también fallecido Antonio de la Rosa Alemany, miembro del Tribunal de Cuentas. Su esposo fue impulsor de las emisoras de frecuencia modulada, que gestionó la familia Rato, además de tesorero de la Asociación Privada de Radiodifusión, y se ocupó de los negocios del exministro cuando dio el paso a la política nacional.

Rodrigo Rato no daba crédito a la noticia que le estaba transmitiendo su sobrina Ángeles. Su madre acababa de fallecer mientras se encontraba disfrutando de un encuentro con amigas. El lunes a mediodía, María Angeles Rato, a la que familiarmente llamaban Mani, había quedado para comer en el restaurante La Penela.

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