El último plan de Carmen Martínez-Bordiú en Madrid: con amigas y en un conocido restaurante
Según ha podido conocer Vanitatis a través de fuentes solventes, la que fuese duquesa de Franco se ha trasladado a la capital para disfrutar del tiempo en familia y con sus amigas
Hacía tiempo que no se sabía nada de Carmen Martínez-Bordiú, la cual decidió instalarse en Portugal años atrás. Aunque visita a menudo Madrid, siempre lo hace de una forma discreta. La socialité no quiere complicaciones en su vida. Cuando murió su madre, Carmen Franco, su agenda pública cambió por completo y dejó de aparecer en reportajes y en la prensa en general. Sin embargo, no ha abandonado su mayor afición: viajar. Ahora no necesita financiación ajena. Por lo tanto, sus desplazamientos son privados y, por tanto, casi imperceptibles ante los ojos de los medios.
No obstante, Vanitatis ha podido conocer uno de sus planes durante su última estancia en la capital. Como es costumbre en sus viajes a España, citó a su grupo de amigas este mismo miércoles en el restaurante El Qüenco de Pepa, su sede gastronómica por excelencia. Con la fecha cerrada desde hace tiempo, Nuria González, Cary y Miriam Lapique, la empresaria y diseñadora Sonia Bolín y Tita Muñoz se encargaron de ponerla al día tanto de los asuntos familiares (nietos, maridos..) como de las noticias más frívolas.
Isabel Preysler, que forma parte de la vida de Martínez-Bordiú desde que se conocieron cuando la socialité filipina llegó a Madrid a los 18 años, fue la gran ausente. Seguramente, la boda de Tamara y el bombazo que ha supuesto que su hija se haya quedado sin vestido de novia a un mes y medio del enlace la tiene ocupada en otros menesteres.
La única vez que estuvieron distanciadas durante varios años fue cuando Chábeli acudió al programa 'Tómbola'. La 'reina de corazones' consideró que la amiga, que también formaba parte del elenco de personajes a entrevistar, no la había defendido lo suficiente. Con el tiempo, ese desencuentro se solucionó y la madre de la marquesa de Griñón fue una de las invitadas especiales a su boda en Cantabria con José Campos en el año 2006.
La nueva vida de Carmen Martínez-Bordiú
En Sintra, donde vive actualmente Carmen Martínez-Bordiú, no hay mucha actividad social y la que hay se centra en cenas en casas de amigos y almuerzos de señoras en algún club privado. Nada tiene ver con la actividad a la que estaba acostumbrada en España. Según sus amistades, esa etapa ya la cubrió con creces y se encuentra en otro momento. La que fuera duquesa de Cádiz ya no tiene la visibilidad de antes por decisión propia.
Ahora, lo principal en su agenda es ejercer de abuela, también en Madrid, con sus cuatro nietos, hijos de Luis Alfonso y Margarita Vargas. Como ya el edificio familiar de la calle Hermanos Becquer está puesto a la venta, suele quedarse en el chalé de La Finca.
Sin embargo, no renuncia a nuevas experiencias vitales. Uno de los últimos vuelos largos fue a Australia, el país de su pareja, Tim McKeague. Aunque han pasado alguna crisis emocional, ambos han logrado respetar sus espacios personales con un entendimiento mutuo excelente. Además, Carmen sigue manteniendo una buenísima relación de amistad con Luis Miguel Rodríguez, dueño de Desguaces La Torre, con quien mantuvo un romance de varios años e incluso aseguró había sido el “hombre de mi vida”.
Otro de sus periplos viajeros se centra en Burdeos, donde vive Cynthia Rossi, su hija pequeña, desde que se casó con el médico francés Benjamin Rouget. Estos son padres de Joseph, que ya tiene siete años.
Esta sería, a grandes rasgos, la vida estable de la que fuese duquesa de Franco. Ha dejado atrás polémicas afectivas y no hace declaraciones relativas a los asuntos más complejos de su familia. Cada vez que se requiere su opinión respecto a estos temas, responde con educación como la última vez a Vanitatis: “No hago declaraciones de ningún tipo. Gracias, pero he desaparecido de los medios”.
Hacía tiempo que no se sabía nada de Carmen Martínez-Bordiú, la cual decidió instalarse en Portugal años atrás. Aunque visita a menudo Madrid, siempre lo hace de una forma discreta. La socialité no quiere complicaciones en su vida. Cuando murió su madre, Carmen Franco, su agenda pública cambió por completo y dejó de aparecer en reportajes y en la prensa en general. Sin embargo, no ha abandonado su mayor afición: viajar. Ahora no necesita financiación ajena. Por lo tanto, sus desplazamientos son privados y, por tanto, casi imperceptibles ante los ojos de los medios.
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