Así es la espectacular finca de Extremadura de Felipe González y Mar García Vaquero donde recibieron a Feijóo

Ahora que El Confidencial ha sacado a la luz el fin de semana que Alberto Núñez Feijóo habría pasado en la casa extremeña de Felipe González, en plena crisis interna del Partido Popular, en 2021, la propiedad del mandatario y su mujer, Mar García Vaquero, es noticia. Un enclave desde el que el sevillano sigue muy de cerca la vida política y empresarial de nuestro país y donde recibe a algunos de los personajes más poderosos de España.

Porque, aunque según la información de El Confidencial, la reunión sucedida en noviembre de 2021, justo en pleno derrumbamiento de Casado dentro de la formación azul, no sería la única visita que el matrimonio ha recibido en su finca de Cáceres, sí es una de las más llamativas, dado que Felipe González es militante del PSOE y Alberto Núñez Feijóo representará al PP en las elecciones generales del 23-J.

Entre estas importantes visitas también estaría la de algunos miembros de la Corona, porque, tal y como publica 'El Debate', Juan Carlos I visitó la zona en la que se asienta la propiedad de González días antes de su abdicación y se pudo ver al monarca en compañía del político.

Dejando a un lado ese fin de semana entre las dos familias de los políticos, podemos suponer que serían días de descanso para ambos dadas las comodidades y espacios que presenta la casa de González en Extremadura. Una propiedad llamada El Penitencial, en la que el sevillano y su segunda mujer, García Vaquero, se refugiaron en plena pandemia y en la que disfrutan de los hobbies que más gustan a la pareja.

50 hectáreas y 600 metros cuadrados

Felipe y Mar adquirieron los terrenos en 2012 y, según recogen algunos medios como 'ExtraConfidencial.com', la envergadura de la finca sería de 50 hectáreas que formarían parte de un terreno con un total de 2.000 hectáreas, que eran propiedad de Joaquín Vázquez, amigo personal del político. Se dice que la mili es una etapa muy importante en la vida de una persona y puede ser precisamente el hecho de que el socialista la hiciera en la sierra cacereña lo que llevó a que se enamorara de los parajes y geografía de la zona.

Por eso, a la hora de disfrutar de la vida y su retiro, Felipe y Mar tuvieron claro que querían construir la casa de sus sueños en la Sierra de Guadalupe. En 2013 empezaron la construcción de la casa, que contaría con 600 metros cuadrados distribuidos en dos plantas, con 5 habitaciones con baño en suite. Además, la casa tiene un comedor, una amplia zona de estar con chimenea, el despacho y la cocina que sirve también para las reuniones familiares.

Precisamente, a la hora de construir el hogar de sus sueños, el expresidente y su mujer tuvieron claro que la propiedad debía contar con espacios que sirvieran para que la pareja pudiera llevar a cabo sus hobbies y pasiones. Por eso, cuentan que la cocina es uno de los puntos neurálgicos en los que ver a González como cocinillas, cuando reciben alguna visita.

El hogar también contaría con un taller en el que, según parece, el expresidente realizaría las labores de artesanía que más le gustan, como realizar joyas o muebles que después regalaría a sus amigos. Otra de las pasiones de González es el cultivo y cuidado de bonsáis y los olivos, por eso en la propiedad son muchas las macetas que se reparten a lo largo de toda la finca.

Además, a la hija del político, María, le gusta tanto esta zona como a su padre, ya que junto a su marido, Eric Bergasa, emprendieron un proyecto de turismo rural sostenible en un terreno muy cercano a la finca El Penitencial.