El ganadero Samuel Flores, íntimo amigo del rey Juan Carlos, alquila su finca El Palomar

Samuel Flores, además de ser uno de los ganaderos más representativos de nuestro país, es uno de los fieles amigos del rey Juan Carlos. Compañeros en inolvidables jornadas cinegéticas, el Rey emérito solía visitar su finca El Palomar, en la provincia de Albacete, para practicar su deporte favorito o disfrutar del campo y el descanso que las más de 3.000 hectáreas propiedad del ganadero le proporcionaban.

Allí mató don Juan Carlos sus dos trofeos de venado récord en los años 1998 y 2000. Unos trofeos muy valiosos entre los cazadores, récords que le arrebató más tarde otro de sus amigos, Juan Abelló, también en El Palomar, mientras él no pudo acudir a cazar por atender labores institucionales.

Caza, ganadería y familia

Famosa por los trofeos de venado, El Palomar también lo es por sus exclusivas cacerías de perdiz roja, que hacen que hasta allí acudan grupos de cazadores extranjeros, a los que la familia Flores atiende cuidando hasta el más mínimo detalle. Unas labores cuya parte doméstica supervisan personalmente Isabel Santos-Suárez, esposa del ganadero, y su hija Isabel Flores. La finca también cuenta con una famosa ganadería de toros de lidia y otra de caballos pura raza española.

Samuel Flores y su mujer son padres de tres hijos: Samuel, el hijo mayor, está casado desde junio de 2003 con Olga Payá. Carlos, el mediano, es ganadero como su padre y hace poco se hacía responsable de uno de los hierros de la ganadería de reses bravas. Isabel está casada con Adolfo Suárez Illana, hijo de Adolfo Suárez. La pareja se conoció precisamente en una montería en El Palomar cuando ella tenía dieciocho años, y se casaron en julio de 1998. Entre los testigos de su boda estuvo el entonces príncipe Felipe; y entre los asistentes, los Reyes eméritos, Jaime Mayor Oreja, Javier Arenas, Calvo Sotelo o José Bono, quien era por aquel entonces presidente de Castilla-La Mancha. El matrimonio es padre de dos hijos, Adolfo y Pablo.

Se alquila

Desde 1982, organizan en El Palomar durante los meses de verano un campamento para niños. Para ello construyeron un pabellón independiente de la casa principal. La idea es que los pequeños aprendan cuestiones sobre animales y estén en contacto directo con la naturaleza. Cada año acuden grupos de sesenta niños españoles y extranjeros que disfrutan practicando idiomas, deportes náuticos como la vela o el piragüismo en su pantano privado, pesca, capeas, hípica, fútbol o baloncesto. Se trata de uno de los campamentos más exclusivos de España, donde han acudido entre otros cuando eran niños Felipe Marichalar y su hermana Victoria Federica o los hijos de Rocío Jurado y Ortega Cano. Los padres desembolsan unos 1.500 euros por dos semanas de estancia.

Pero el mantenimiento de una finca de estas características requiere una gran inversión económica, por lo que el ganadero y su familia han decidido alquilar la finca a huéspedes fuera de la temporada de caza. La idea es ofrecer diez habitaciones en suite para que quien lo desee disfrute del campo albaceteño y pueda también practicar actividades como paseos a caballo, avistamiento de aves, deportes náuticos en su pantano privado, pícnics en el campo, etc. Una oferta que aún esbozan, pero que ya han anunciado en sus redes sociales.

Dominguín, el Cordobés, Ponce...

El Palomar no es la única finca de Samuel Flores, pero sí la más representativa. Situada a 250 kilómetros de Madrid, está situada en Povedilla (Albacete), aunque lindando con la provincia de Ciudad Real. Es un lugar que lleva en la familia desde 1900, cuando se la compraron a los Montijo. La casa se construyó en 1904 y ha sido reformada en varias ocasiones. Incorpora todo tipo de comodidades y una decoración ‘country chic’ que la hace muy acogedora.

El propio Samuel Flores abandonó sus estudios de Económicas para tomar las riendas de la empresa familiar siendo muy joven, cuando esta no vivía su mejor momento. Su padre había fallecido (él ni lo conoció), su tío abuelo envejecía y se necesitaba un nuevo gestor que se responsabilizara de aquello. Él, apoyado por su madre, Manuela Agustina López Flores, pieza fundamental en su vida, fue tomando acertadas decisiones que le convirtieron en uno de los ganaderos y propietarios de fincas más prósperos de España.

Querido por muchos y admirado por todos, situó la ganadería familiar en primera línea. En 1944, Luis Miguel Dominguín tomaba la alternativa con sus toros en A Coruña. En 1963 haría lo propio el Cordobés en Córdoba, cortando las dos orejas y el rabo, en una jornada histórica.

Pero no todo se remonta a la historia. En los años 90 fue premiada en varias ocasiones como mejor ganadería en San Isidro (Madrid). Logró que se abriera la puerta grande a figuras del toreo como Ortega Cano, César Rincón, Enrique Ponce o Joselito, entre otros. Durante años, Flores también ocupó el cargo de consejero de Caja Castilla-La Mancha cuando esta la presidía el socialista Hernández Moltó. Un cargo que le hizo codearse con miembros de la jet patria como Cristian Abelló Gamazo, hijo de Juan Abelló, o Carlos Falcó, el desaparecido marqués de Griñón.