¿Qué ha sido de la marca de ropa de Paula Echevarría? Analizamos las cifras (y su llamativo éxito)

Paula Echevarría durante varios años fue una de las mujeres más seguidas del cuché. Su divorcio de David Bustamante la colocó en portadas semana sí y semana también de revistas en papel y digitales, en tertulias de televisiones y radios y en corrillos de todo tipo. No había fiesta a la que no acudiese ni marca que no la llamase. Era la auténtica espuma de la actualidad.

Un boom mediático y social que con el tiempo (y para su tranquilidad) se fue poco a poco apaciguando. Conoció a su pareja actual, Miguel Torres, tuvieron un hijo en común y ahora vive feliz y tranquila compaginando su papel de jurado en ‘Tú sí que vales’ con las colaboraciones que durante años ha mantenido con algunas de sus marcas de cabecera.

Una vida, como decíamos, mucho más sosegada, que le dejó algo más de tiempo para invertirlo en su futuro. Hace cuatro años decidió abrir nuevos horizontes y dar el paso a montar su propia marca de ropa.

Si analizamos su trayectoria, ese momento tenía que llegar tarde o temprano, ya que durante los años anteriores, muchas fueron las marcas (Pantene, Tous, Lodi…) que la asturiana viralizó gracias a la repercusión que poco a poco fue ganando en redes. Un tirón que aún hoy continúa y donde acaba de alcanzar los 3,6 millones de seguidores.

En su perfil, donde aún intercala la publicación de sus apariciones en televisión con retazos de su vida privada junto a sus hijos y su pareja, continúa ofreciendo a sus seguidoras detalles de sus looks de diario, donde, por supuesto, las prendas de su marca, Space Flamingo, siguen estando presentes.

Aunque el aspecto del logo nada tiene que ver hoy con el que presentó en exclusiva en Vanitatis hace ahora cuatro años, lo cierto es que la esencia de la firma sigue siendo la misma. Sus socios en esta aventura también continúan: su representante y amiga Ana Tenorio y el empresario Rubén Fernández. Los tres siguen ostentando los cargos de administradores mancomunados que tenían cuando registraron la empresa un año antes de su lanzamiento, en 2018.

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Quizá ahí resida el secreto más que silencioso del éxito de esta marca que factura cantidades ingentes de dinero en cada ejercicio. En el último, según los datos del registro mercantil a los que ha tenido acceso Vanitatis, ha facturado más de 373.000 euros en ventas y acumula un activo total de casi 300.000 euros.

La reinvención, una de sus claves

Unas cifras nada desdeñables que se deben, entre otros factores, al buen ojo de la actriz para darle a su clientela lo que buscaba en cada momento. Si ahora ha sabido adaptar tendencias de la pasarela como las chaquetas militares o la logomanía a sus prendas, en 2019, poco después de su lanzamiento y en plena pandemia, supo reaccionar rápidamente sustituyendo las prendas de salir que abundaban en su oferta por una colección compuesta por artículos cómodos más orientados al homewear.

En aquel momento, quizá el más duro para el sector de la moda, sin necesidad de solicitar ayudas o subvenciones, la actriz, según publicamos en su día en estas páginas, facturó casi medio millón de euros en ventas. Una cifra que, según los expertos, avalaba su capacidad para generar beneficios de explotación, “superior a la de su sector”. Sin duda, uno de los más castigados por la pandemia.

Ahora, con un nivel de repercusión menor al que tenía cuando lanzó la marca, es la única de las que puso en marcha negocios en ese momento que continúa manteniendo su empresa a flote por sus propios méritos. Eugenia Silva, por ejemplo, vendió The Crew a un fondo, mientras que Tamara Falcó y Sara Carbonero vendieron hace dos años TFP y Slow Love respectivamente al gigante textil Tendam, al que continúan vinculadas como imagen de las marcas que un día crearon.

Todo un hito en la carrera de esta asturiana que se ha consolidado como toda una empresaria de éxito.