El divorcio de Sánchez Vicario y Santacana será en 2026: ella está sola, él tiene nuevo hijo

¿Podría ser el proceso de divorcio más largo de los últimos tiempos? Quizás suena a exageración, pero fue en 2018 cuando Josep Santacana presentó la demanda de separación de Arantxa Sánchez-Vicario en los juzgados de Miami y todavía sigue en marcha.

En Vanitatis, hemos podido saber que todo terminará resolviéndose en 2026, en el mes de mayo, ocho años después de aquel primer gesto. Y mientras tanto, claro, la vida ha seguido su curso, tanto para la extenista como para el empresario. Y sabemos que su estado sentimental es totalmente opuesto.

Ambos llegarán a los juzgados del condado de Miami Dade en situaciones muy distintas: Arantxa, centrada en los dos hijos que tuvo con Santacana y sin pareja estable desde su divorcio, más allá de algún breve escarceo. Lo confirma Vanitatis con fuentes directas de su entorno: la extenista ni tiene ni ha tenido pareja en todo este tiempo. Santacana, por su parte, hace más de un año que fue padre con su nueva pareja, la misma con la que inició una relación cuando todavía estaba casado con la extenista.

Más de un millar de entradas

El procedimiento se instruye en el 11º Circuito Judicial del condado de Miami Dade, donde ambos mantienen abierta desde 2018 una causa civil de disolución matrimonial que ya supera el millar de movimientos en el sistema judicial. Documentos oficiales consultados por Vanitatis confirman que el juicio final se celebrará entre el 18 y el 22 de mayo de 2026, en un proceso sin jurado (‘non-jury trial’) que se desarrollará de forma presencial durante toda una semana.

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Antes de esa cita definitiva, el calendario judicial marca una audiencia clave el 21 de noviembre de 2025, ante el magistrado general del tribunal. En esa vista se examinará una moción presentada por Sánchez Vicario para que la Corte obligue a su expareja a rendir cuentas por incumplir sus obligaciones financieras -la entrega de documentación económica exigida por ley- y para impedirle la venta de bienes conyugales mientras el proceso siga abierto.

El caso se ha prolongado tanto porque el objetivo de Arantxa siempre fue que Santacana tuviera que mostrar su patrimonio ante la justicia. Fue él quien presentó la primera demanda de divorcio en Miami, aunque poco después la retiró para intentar trasladar el caso a Barcelona. Pero el plan no funcionó: apenas cinco horas después de ese desistimiento, Arantxa registró su propia demanda en el mismo tribunal de Florida, decidida a que el proceso se resolviera allí, donde la ley permite investigar y valorar el patrimonio de ambas partes, y no solo acordar la separación.

¿Dónde está el dinero?

En España, el procedimiento quedó finalmente anulado, después de que un tribunal dictara sentencia divorcio, recurrida y que finalmente los tribunales catalanes determinaran que debía ser en Estados Unidos -donde ambos residían- donde se decidieran los términos. Desde entonces, la estrategia de la extenista y su equipo legal ha sido clara: obligar a Santacana a aflorar sus finanzas. Una exigencia que cobra aún más sentido a la luz de la causa penal abierta en Barcelona por el Banco de Luxemburgo, en la que se concluyó que él fue quien gestionó el dinero de Arantxa durante su matrimonio.

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La fortuna de la extenista desapareció al retirarse y casarse. Primero responsabilizó a sus padres de haberla dejado sin dinero, pero lo cierto es que cuando se casó con Santacana y él empezó a gestionar su patrimonio, cifraron su fortuna oficialmente en 30 millones de euros. Ahora, en la ruina, la exnúmero uno del mundo vive un proceso judicial que marca su vida y su reputación.

Ocho años después, Sánchez Vicario se prepara para enfrentarse a su exmarido por última vez, en una batalla legal que ha cruzado fronteras y que promete revelar, por fin, qué fue del dinero que desapareció con el final de su matrimonio.