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La guerra paralela de Arantxa Sánchez Vicario y Santacana en Miami
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SIN ACUERDO DE DIVORCIO

La guerra paralela de Arantxa Sánchez Vicario y Santacana en Miami

Entre julio y agosto ha habido casi 50 entradas de documentación en los juzgados de Florida. El empresario reclama más dinero a la tenista para la manutención de sus hijos

Foto: Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana en una foto de archivo. (Gtres)
Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana en una foto de archivo. (Gtres)

No es un proceso de divorcio, es un proceso de destrucción con dos partes enfrentadas con un mismo objetivo: saber dónde está el dinero. Lejos de arreglarse con el tiempo, el proceso judicial en el que discurre el divorcio de Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana en Miami se alarga y se complica cada vez más. Los dos se acusan mutuamente de haber escondido la fortuna que la tenista ganó durante toda su carrera y esperan que sea la corte americana la que consiga hacer aflorar el lugar donde se encuentra ese dinero.

Y si existe esa guerra económica en tierras estadounidesnes es porque ambos están estos días en el banquillo de los acusados en el juicio contra el Banco de Luxemburog. La entidad se querelló contra ellos por un presunto delito de alzamiento de bienes al considerar que se habían 'desprendido' de forma ilícita de todo el patrimonio acumulado durante años por Sánchez Vicario. El objeto, no pagar una multa de Hacienda avalada por el banco en cuestión, se les ha girado en contra. Por eso es tan importante saber dónde está el dinero y quién lo tiene en realidad.

placeholder Arantxa Sánchez Vicario a su llegada a los juzgados de Barcelona el pasado martes. (EFE/Alejandro García)
Arantxa Sánchez Vicario a su llegada a los juzgados de Barcelona el pasado martes. (EFE/Alejandro García)

Este verano ha sido, de nuevo, una muestra de lo enrevesado del divorcio y de la guerra encarnizada que disputa la expareja. Los pasados meses de julio y de agosto, sin ir más lejos, han estado llenos de citas judiciales. Sánchez Vicario y Santacana son todavía matrimonio, según la ley, y parece que así será durante un largo tiempo.

En el mes de julio, por ejemplo, ha habido hasta 24 acciones judiciales, entre presentación de documentos, declaraciones y peticiones de comparecencias. En agosto, se han producido 18 entradas de documentación y de peticiones en la corte. Y no ha sido hasta este mes cuando han tenido lugar las citas más relevantes: el día 1 se reclamó la presencia de un omnibus (una figura similar al defensor del ciudadano, en español), y el día 2 se dilucidó acerca de una reclamación de Santacana para que se desestime la petición de Sánchez Vicario de investigar sus cuentas.

Venta de Paraiso Bay

El 3 de agosto se trató un asunto de vital importancia para Santacana, puesto que denunció a su mujer por la venta, según él “fraudulenta”, de su apartamento en Paraiso Bay, contra la propia ley americana. Y es relevante porque es una de las cuestiones que su abogado español, Joan Segarra, presentó el martes en el juicio que ha tenido lugar en Barcelona por alzamiento de bienes. Según su defensa, esta venta sirve para demostrar que Sánchez Vicario sí tiene dinero y ha tenido propiedades hasta hace poco. Como mínimo, porque, según la defensa de Santacana, la tenista tiene sociedades, patrimonio y dinero oculto en paraísos fiscales desde hace décadas.

Con todo, la corte barcelonesa que juzga la querella del Banco de Luxemburgo contra ambos desestimó la documentación americana por estar escrita en inglés. Y el 1 de septiembre, Santacana presentaba una reclamación en la que denunciaba que su mujer no cumple con el acuerdo económico de mantener a sus hijos. Santacana quiere que Sánchez Vicario aporte una cantidad mayor, ya que considera que tiene mucho más patrimonio del que declara. Es, en resumen, una manera de hacer aflorar ese dinero escondido que ambos se acusan de esconder.

Tenemos que matizar que el lenguaje legal estadounidense no es el mismo que el español, como tampoco lo son sus leyes, así que no podemos trasladar lo que allí sucede al público como si sucediera en nuestro país. Lo que sí queda claro es que la batalla es compleja. Como lo es el procedimiento, que se alarga tanto en el tiempo que la próxima cita tendrá lugar el 9 de enero de 2024. Entonces, será el magistrado general quien presida el encuentro.

Vaciar cuentas

Como vemos, cada uno emprende sus cuitas legales contra el otro en un proceso del que no piensan desistir hasta obtener lo que esperan. Sánchez Vicario acusa a su entonces marido de vender todas sus propiedades y vaciar todas sus cuentas sin informarla ni contarle cuál era el destino del dinero. Así, la tenista ha pedido que el juzgado investigue las finanzas de Santacana, que tiene que presentar, cada vez que se lo piden, documentación económica.

Foto: Josep Santacana llegando a los juzgados. (Gtres)

Ahora, ya separados, asegura que quiere recuperar su patrimonio (o la parte que quede ‘viva’) y para ello cuenta con el proceso de divorcio en Miami, donde las capitulaciones matrimoniales que firmaron no tienen valor y Santacana debe informar de dónde tiene su dinero, si es que lo tiene. Porque él asegura que es Sánchez Vicario quien ostenta su propia fortuna.

Un proceso tortuoso

No será el más largo de la historia, pero podríamos decir que es un divorcio que se alarga en el tiempo hasta la extenuación. Todo empezó en 2019, cuando Santacana decidió divorciarse de su entonces mujer. Se fue a vivir a otra casa y empezó una nueva relación, lo que hundió a la tenista. La ruptura de la pareja hizo que Sánchez Vicario viera cómo todo su mundo se desmoronaba.

Foto: Caricatura de Arantxa Sánchez Vicario. (Jate)

Viajó entonces hasta Naples, cerca de Miami, donde vive su hermano Emilio. Llamó a su puerta después de años sin hablarse, le pidió perdón y se derrumbó. De esta forma, la tenista volvía a la casa familiar, la misma de la que había renegado años atrás, cuando acusó a su familia de todos sus males, empezando, como hace ahora, por atribuirles su ruina económica. Este viernes declara Santacana y será ese día cuando conozcamos las dos versiones contrapuestas de la misma historia por boca de sus protagonistas.

No es un proceso de divorcio, es un proceso de destrucción con dos partes enfrentadas con un mismo objetivo: saber dónde está el dinero. Lejos de arreglarse con el tiempo, el proceso judicial en el que discurre el divorcio de Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana en Miami se alarga y se complica cada vez más. Los dos se acusan mutuamente de haber escondido la fortuna que la tenista ganó durante toda su carrera y esperan que sea la corte americana la que consiga hacer aflorar el lugar donde se encuentra ese dinero.

Arantxa Sánchez Vicario
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