El día de diciembre en que Arantxa se presentó destrozada en casa de Emilio
La extenista llamó a la puerta de su hermano mayor sin avisar, llorando desesperada. Pasó las Navidades con ellos y poco a poco retoma las relaciones con el resto de su familia
A mediados de diciembre, Emilio Sánchez Vicario estaba en su casa de Naples, con su familia, cuando recibió la visita más inesperada de todas. Era su hermana pequeña, Arantxa, totalmente destrozada. Llegó llorando, perdida y con una historia de miedo que contar. Su marido, Josep Santacana, le había pedido el divorcio y quería quitarle incluso la custodia de los niños.
La relación de Aranxa y Emilio siempre había sido maravillosa. Ella admiraba al mayor con idolatría y todo lo que él decía se cumplía en la vida de Arantxa. Pero esa relación se rompió en primavera de 2008, cuando Emilio fue el designado por la familia para comentarle a la pequeña que su futuro esposo no era el hombre perfecto que ella pensaba. Emilio le contó que la familia había encargado un informe a una agencia de detectives y Arantxa se revolvió contra él.
Emilio siempre fue su ídolo
Así que la visita del pasado diciembre era mucho más que una sorpresa. Emilio supo que algo en la vida de su hermana se había roto por completo. La situación era (y sigue siendo) muy compleja para todos los implicados, así que decidieron guardar silencio e informar al resto de la familia de manera paulatina.
Arantxa pasó las Navidades en casa de Emilio. Ambos hermanos volvieron a esa relación estrecha que se había roto y así siguen, unidos. Emilio se ha convertido en el gran apoyo de ella. El mayor vuelve a proteger a la pequeña, como siempre había sido, como debía haber seguido siempre.
Hace unos días quien esto escribe contaba que toda la familia se enteró por la prensa del divorcio de Arantxa, una información que tiene matices, tal y como hemos podido confirmar después. Porque Emilio sabía lo que sucedió y se ha convertido en el gran apoyo de su hermana.
Llamadas entre madre e hija
La madre de Arantxa ya sabe ahora lo que ha sucedido y se ha convertido en otro de sus apoyos. “Es su hija, ¿cómo no va a perdonarla?”, dice una amiga de Marisa Vicario. Se llaman y hablan, y Marisa intenta no dar consejos y sí apoyo. Hace casi un año, la madre se lamentaba con sus amigos de que no sabía nada de su hija desde el fallecimiento del padre. Estaba triste, con la salud muy debilitada y la mente frágil.
El proceso de disputas públicas y judiciales en las que se vieron envueltos con su hija menor dejó a los padres de Arantxa muy tocados. Él, Emilio, fue diagnosticado de un cáncer al mismo tiempo que su hija le retiraba los poderes. Y su fallecimiento fue motivo de nuevos enfrentamientos en lugar de provocar la paz. Porque Arantxa se presentó en el funeral con su marido, al que pidieron que se marchara y acabaron echando a empujones.
Porque no todos los familiares y amigos de Arantxa están dispuestos a ser tan comprensivos como su hermano mayor. Se sienten dolidos con ella y esperan algo más que una llamada para volver al punto de partida, aquel en el que todos eran felices y estaban unidos. Pero ahora, en su frágil estado, poco pueden pedirle.
“Están muy preocupados por la chica, porque es frágil y no tiene herramientas para encarar una situación tan dura”, dicen desde el entorno de la familia. “Todos sabíamos que esto iba a pasar tarde o temprano, estaba cantado, nadie se ha sorprendido. Josep Santacana ha actuado como un auténtico profesional. Es increíble lo bien que lo ha hecho -añaden-. Hasta le pide la custodia, algo que no le interesa nada, es solo una manera más de desestabilizarla”.
Según ha podido saber Vanitatis, es el 3 de enero de 2018 cuando Santacana presenta la demanda de divorcio conjuntamente con una petición urgente ("emergency motion") para que le devuelva a sus hijos ("to pick-up minor children"), de los que también pide la custodia, según los datos del juzgado de Florida a los que ha tenido acceso Vanitatis.
Vecinos sin hablarse
Emilio Sánchez Vicario vive en Naples desde hace años, cuando fundó la escuela de tenis Academia Sánchez Casal, con Sergio Casal, otro campeón español del tenis de la misma época. Arantxa ha vivido en Miami en los últimos años. Se mudó cuando las relaciones con su familia estaban totalmente rotas y decidió buscar nuevos aires con su marido y sus dos hijos.
La extenista es profesora de tenis en una escuela international en Miami, donde vive. Pero aunque ambos hermanos hayan tenido su residencia a unos pocos kilómetros de distancia, no se veían nunca. Es más, cuando el padre falleció, en febrero de 2016, los hermanos viajaron por casualidad en el mismo avión y ni siquiera se saludaron.
Ahora la batalla se ha trasladado a otro frente. Los Sánchez Vicario, esta vez al completo con Arantxa en el centro, contra los Santacana. Los padres del marido han hablado con la prensa abriendo una brecha no explorada todavía: los suegros (o exsuegros, podríamos decir ya) atacando a la nuera, las familias enfrentadas, todo público y ruidoso. Todo lejos de la discreción con la que han llevado siempre su vida los Sánchez Vicario.
Los suegros entran en la pelea
La madre del supuesto empresario, Encarnación Blanch, dijo a los medios esta semana que “cuando salga toda la mierda” se demostrarán las nobles intenciones de Josep. “Llevamos callados once años y nadie sabe lo que hemos pasado. Ellos quieren lavar la imagen de la familia. Nunca han querido a Arantxa, a la que consideraban su gallina de los huevos de oro”, lamentó a 'Look'
Mientras, Arantxa sigue en su calvario interno. Hace ya años que despojó a sus padres de todos los poderes y los transfirió a su marido. Santacana se convirtió en el gestor de todo el patrimonio de la extenista, aunque esta aseguraba que sus padres la habían arruinado. La pareja firmó un acuerdo de capitulación meses después de casarse pero, según fuentes conocedoras de la firma, "si después crearon sociedades conjuntas, de nada sirve el documento que firmaron". Con deudas con Hacienda y entidades bancarias, Arantxa no está en una buena situación financiera.
Muchos frentes abiertos
Es más, tal y como adelantó Vanitatis hace unos meses, el Banco de Luxemburgo se querelló contra Arantxa y Josep, una acción judicial que, al tratarse por la vía penal, puede terminar con el ingreso en prisión de la pareja.
La querella fue admitida a trámite en el Juzgado de Instrucción número 4 de Barcelona y ampliada hace unos meses contra Josep Santacana, marido de la tenista, y contra varias empresas. Los abogados de la extenista pidieron al juzgado que no la hicieran viajar a Barcelona para declarar por su frágil estado de salud, un estado el que ahora se quiere aprovechar en la demanda de divorcio el que ha sido su marido durante 10 años.
A mediados de diciembre, Emilio Sánchez Vicario estaba en su casa de Naples, con su familia, cuando recibió la visita más inesperada de todas. Era su hermana pequeña, Arantxa, totalmente destrozada. Llegó llorando, perdida y con una historia de miedo que contar. Su marido, Josep Santacana, le había pedido el divorcio y quería quitarle incluso la custodia de los niños.
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