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El armisticio fluvial de Ana Obregón, Micky Molina y Teresa Bueyes
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El armisticio fluvial de Ana Obregón, Micky Molina y Teresa Bueyes

Lo que el pasado año parecía una iniciativa novedosa está convirtiéndose poco a poco en una tradición. El asturiano río Sella ha acogido por segundo año

Foto: El armisticio fluvial de Ana Obregón, Micky Molina y Teresa Bueyes
El armisticio fluvial de Ana Obregón, Micky Molina y Teresa Bueyes

Lo que el pasado año parecía una iniciativa novedosa está convirtiéndose poco a poco en una tradición. El asturiano río Sella ha acogido por segundo año consecutivo el descenso solidario y ha habido nuevos famosos, diferente medio de transporte para llegar hasta allí, pero un mismo objetivo: recaudar fondos y atraer la atención del gran público hacia la labor solidaria del padre Ángel con Mensajeros de la Paz, que ahora está inmerso en un proyecto con niños de la Franja de Gaza.(Ver álbum)

El viaje comenzaba en la madrileña estación de Chamartín. Quienes allí acudieron el jueves por la mañana pudieron encontrarse con un grupo de famosos de lo más variopinto, desde la Miss España Verónica Hidalgo hasta una feliz –había llegado a un acuerdo con Cayetano- y minifaldera Ana Obregón, sin duda la mega-star de la convocatoria preparada por Marilé Zaera. Ella, sus paseos por el tren, y por supuesto, sus zapatos de tacón a juego con el traje de neopreno que lució para la fotografía oficial al lado de las piraguas acapararon la atención de los medios y del gran público.

Para Super Anita este no sólo ha sido un viaje solidario, sin también un periplo de reencuentros. El primero, como ya les contamos, con Micky Molina, y el segundo con su -de nuevo- amiga, la abogada Teresa Bueyes. Los tres en amor y compañía, todo besos, abrazos y sonrisas. Micky acompañado de Sandra, su mujer, y haciendo buenas migas con el Moranco César Cadaval y su esposa Patricia.

Cuatro horas y media de tren dieron para mucho, sobretodo para Los Vivancos, centro de todas las miradas femeninas que viajaban en el convoy con destino a Oviedo acompañados por su representante, Fernando Candela. Arantxa de Benito, detrás de sus gafas de sol, formaba parte de la expedición en la que también se encontraban la actriz Fabiola Toledo, el míster José Manuel Montalvo y la ex mujer de Rafi Camino, Natalia Álvarez.

Ya en tierra asturiana, el público se desató. Todos querían fotografías y autógrafos de los famosos. Las señoras de la limpieza de la estación sacaron sus móviles para poder enseñarle a vecinos y familiares que vieron a la Obregón y compañía paseando por Oviedo. Incluso alguno se desplazó unos kilómetros para acudir hasta la cena benéfica en Las Caldas Villa Termal y conseguir que la celebrity en cuestión le firmase la foto que se habían sacado esa misma mañana. Cosas de la fama.

Llegada la noche, Las Caldas se vistió de gala para acoger a la Fundación puentes del Mundo, presidida por Nacho Sandoval. Un grupo de gaiteros rodeaba una alfombra roja que daba acceso al salón del restaurante que el hotel puso a disposición de sus invitados para una cena marcada por el agradecimiento al padre Ángel que, por cosas de los horarios del espacio aéreo, no pudo llegar a la cena, y por el tándem Ana Obregón y Belinda Washinton, encargadas de presentar una gala en la que Los vivancos -sólo seis de los 39 hermanos que son en total- dejaron ver su arte en esto del taconeo sobre el escenario.

Entre los asturianos ilustres se encontraban el propio director del hotel Las Caldas, José Félix Álvarez Cordero, el medallista paralímpico José Andrés Blanco, Carmen Carril y su hija Marta Arenas, casada con el ex jugador del Atlético de Madrid ArmandoRafael Cordero, Carmela Quesada, Blanca Álvarez, su hija Beatriz, José Castro, Esther Cantelli, responsable de comunicación del turismo del Principado, Nieves Tirell y Begoña Cancedo.

Antonio Velázquez, conocido por ser el intérprete de Francisco Rivera en la miniserie Paquirri, emitida hace unas semanas por Telecinco, fue uno de los más fotografiados por las fans asturianas. Lástima que tuviera que abandonar pronto el evento para volver al rodaje de 'Sin tetas no hay paraíso', serie en la que actualmente participa.

Aunque algunos decidieron sacar todo el partido a la noche asturiana, otros como César y su esposa prefirieron retirarse a descansar pronto. No era para menos, puesto que al día siguiente había que madrugar para subirse a la piragua y descender ocho kilómetros por el río Sella para cumplir con el II Descenso Solidario.

Por la mañana, todos preparados con el traje de neopreno y el remo en mano, para conectar en directo con Ana Rosa Quintana al grito de ‘Asturias, patria querida’ y para dar declaraciones a la prensa antes de empezar a remar, aunque alguno de los participantes, como Obregón, se lo pensara mejor y no se sumergiera como sí lo hicieran sus amigos de nuevo amigos Micky y Teresa Bueyes. Parece que la causa solidaria ha hecho que vuelvan a retomar sus conversaciones de otras épocas.

Tras el almuerzo y la siesta de algunos en medio de la pradera vino el camino de vuelta. Otra vez los pasajeros al tren, esta vez con menos ímpetu que a la ida, pero a algunos aún les quedaron fuerzas para amenizar el viaje al resto, como los Vivancos, que se arrancaron a bailar en medio del vagón. Eso sí, la ley antitabaco no ayudó a muchos, que bajaron en cada parada para fumarse un cigarro. Qué alivio sintió alguno cuando llegaron de nuevo a Chamartín. Veremos si el año que viene el vagón solidario es también el vagón antitabaco. Si se entera Mercedes Milá, seguro que se apunta.

Lo que el pasado año parecía una iniciativa novedosa está convirtiéndose poco a poco en una tradición. El asturiano río Sella ha acogido por segundo año consecutivo el descenso solidario y ha habido nuevos famosos, diferente medio de transporte para llegar hasta allí, pero un mismo objetivo: recaudar fondos y atraer la atención del gran público hacia la labor solidaria del padre Ángel con Mensajeros de la Paz, que ahora está inmerso en un proyecto con niños de la Franja de Gaza.(Ver álbum)