Otro divorcio millonario: drogas, infidelidades y 'casoplones' en Silicon Valley

Silicon Valley, la cuna por excelelencia de las compañías de alta tecnología que se concentran a lo largo del área de la Bahía de San Francisco (California), cerraba hace unos días un amargo y controvertido capítulo que la había convertido en carne de cañón para la prensa de sociedad: un millonario divorcio, arduo y largo, al más puro estilo hollywoodiense que bien podía recordar a otras rupturas más recientes y no menos polémicas como las del golfista Tiger Woods, la de Bernie Ecclestone, la de Paul McCarthney o incluso la de Madonna.

El divorcio del Valle del Silicio tiene como protagonista a la que fuera una de las mujeres más poderosas del sector tecnológico y financiero, Susan Decker, quien ocupó el cargo de presidenta de Yahoo en 2007, el mismo año en el que su vida matrimonial comenzó su declive. Dos años después, ya inmersa en una batalla por la custodia de sus tres hijos y por el reparto de una fortuna de 54 millones de euros entre casas, barcos, acciones y hasta un jet privado, dimitía de su cargo al frente del buscador rival de Google, que en aquellos momentos atravesaba un período algo turbulento.

Decker y su ya exmarido, un banquero de inversión en Montgomery Securities llamado Michael Dovey, se conocieron en la Escuela de Negocios de Harvard y se casaron el 4 de julio de 1992. En la guerra que acaban de terminar, acuerdo mediante, y que ha durado cinco años, ha habido acusaciones mutuas de infidelidades, de espionaje y hasta de consumo de estupefacientes, tal y como afirma el Dailymail. Después de que varias cartas que estaban en posesión de los abogados vieran la luz y en las que se desvelaban este tipo de escándalos, Michael Dovey llegó a solicitar a Yahoo correos electrónicos y demás mensajes sobre su mujer con el fin de inclinar la balanza a su favor.

Un lustro después, el extinto matrimonio llegó a un acuerdo en la víspera de su juicio, tras manifestar en una declaración conjunta que "como en cualquier divorcio mordaz, ciertas declaraciones fueron (...) imprudentes e inexactas. Lo lamentamos profundamente. Tenemos tres hijos maravillosos y compartimos la importante tarea de criarlos de manera responsable y amorosamente. Por su bien, queremos zanjar este asunto de una vez por todas". Así, venderán varias de sus propiedades y se repartirán posteriormente el dinero. Además, crearán un fondo de dos millones para sus hijos. 

Entre sus posesiones, se encuentra una mansión en el exclusivo barrio de Belvedere (la residencia familiar, valorada en 3,8 millones de euros), la casa de Laguna Beach (4,5 millones), un abono de 197.000 euros del club de golf de Shady Canyon, dos propiedades más cerca del Lago Tahoe (1,5 millones de euros), una parcela en Napa (750.000 euros), dos veleros, abono para los Gigantes de San Francisco, acciones, cinco motos y nueve horas en jet privado.