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Paloma Cuevas: "Me gustaría que Enrique se retirara"
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"NO VOY A VERLE TOREAR PORQUE LO PASO MUY MAL"

Paloma Cuevas: "Me gustaría que Enrique se retirara"

Hija y esposa de torero, la guapa mujer de Enrique Ponce no oculta que vive intranquila y con el miedo en el cuerpo cuando su marido se encuentra cara a cara con el toro

Foto: Paloma Cuevas y Enrique Ponce (Gtres)
Paloma Cuevas y Enrique Ponce (Gtres)

Para Paloma Cuevas las vacaciones de verano se organizan en torno a la agenda profesional de su marido. Ponce sigue siendo unos de los toreros con más tardes contratadas durante los meses de julio, agosto y septiembre. Sus próximas corridas le hacen recorrer miles de kilometros. Cuenca, Almagro, Málaga, Ciudad Real, Bilbao y Francia, donde un cartel con su nombre asegura a los organizadores el lleno de la plaza. Paloma, hija de torero, nunca ha acudido a verlo torear, igual que tampoco lo hizo con su padre. “Hay mujeres que sí lo hacen, pero yo lo paso muy mal. Prefiero quedarme en casa o, si lo acompaño, en el hotel”, asegura Cuevas a Vanitatis. No oculta que es dura la vida de mujer de torero y vive intranquila y con el miedo en el cuerpo cuando su marido se encuentra cara a cara con el toro: “La verdad es que me gustaría que se retirara. Empezó muy joven y lleva toda la vida toreando. Pero es su vida y por eso nunca se lo pediré”.

Como en años anteriores los Ponce Cuevas tiene su cuartel general en Córdoba, en la finca en la que siempre han vivido hasta que las niñas empezaron a ir al colegio. Se trasladaron a Madrid, pero “en cuanto podemos nos escapamos al campo. A Palomita y Bianca les encanta montar a caballo. Vienen mi familia, los primos y amigas del colegio con sus hijos y lo pasan genial. Hasta que me fui a estudiar fuera de España viví aquí en Córdoba. Para mi es la ciudad de mi infancia, de mi adolescencia, donde he sido y soy muy feliz y por eso quiero que las niñas disfruten como lo hice yo”.

Salvo alguna salida excepcional, como ha sido la presencia del matrimonio en la gala Starlite de Marbella, donde Enrique recogió un premio que se le concedió, no suelen tener mucha actividad social. Ponce ha toreado toreo 465 tardes a beneficio de AECC, Síndrome de Down y Esclerosis Múltiple y de ahí la elección como personaje solidario. Allí se encontraron con Carlos Slim, con el que la pareja mantiene amistad. “Hemos coincidido con él en México. Siempre ha sido muy cariñoso y además canta muy bien rancheras y boleros. En una fiesta lo hicieron juntos Enrique y él y resultó muy bonito”, explica Paloma, que ha puesto de moda la definición de “rojo España” en vez de “rojo Valentino”.

La mujer de Ponce cuenta cómo el propio modisto le explicó que era su color fetiche y que por eso siempre lo utiliza en sus desfiles, aunque sea sólo con un par de diseños. “La historia sobre la pasión de Valentino por el rojo es preciosa. Acudió al Liceo en Barcelona y todo el mundo, señores y señoras, iban de oscuro. De pronto vio a una señora con un traje rojo que le impactó y a partir de entonces el rojo se convirtió en su inspiración porque tiene esa imagen grabada en la retina. Su inspiración fue la dama del Liceo”, relata Paloma Cuevas, que suele elegir ese color para sus trajes de fiesta. Hasta septiembre no lo volverá a utilizar. “Ahora toca disfrutar de la naturaleza, con la cara lavada y una coleta”, indica Paloma refiriéndose al aspecto que luce en casa, que es como se encuentra más a gusto.

Para Paloma Cuevas las vacaciones de verano se organizan en torno a la agenda profesional de su marido. Ponce sigue siendo unos de los toreros con más tardes contratadas durante los meses de julio, agosto y septiembre. Sus próximas corridas le hacen recorrer miles de kilometros. Cuenca, Almagro, Málaga, Ciudad Real, Bilbao y Francia, donde un cartel con su nombre asegura a los organizadores el lleno de la plaza. Paloma, hija de torero, nunca ha acudido a verlo torear, igual que tampoco lo hizo con su padre. “Hay mujeres que sí lo hacen, pero yo lo paso muy mal. Prefiero quedarme en casa o, si lo acompaño, en el hotel”, asegura Cuevas a Vanitatis. No oculta que es dura la vida de mujer de torero y vive intranquila y con el miedo en el cuerpo cuando su marido se encuentra cara a cara con el toro: “La verdad es que me gustaría que se retirara. Empezó muy joven y lleva toda la vida toreando. Pero es su vida y por eso nunca se lo pediré”.

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