El divorcio silencioso de Rafael Spottorno

Un mal año que finaliza con una separación. Rafael Spottorno, el que fuese jefe de la Casa del Rey y secretario general de Zarzuela, ha iniciado un proceso de separación de la que ha sido su esposa durante más de cuarenta años, Pia Rubio d’Hyver, hija de los marqueses de Valdeflores, tal y como confirman a Vanitatis fuentes cercanas al ya extinto matrimonio. Al parecer, el reciente escándalo de las tarjetas 'black', con las que Spottorno desembolsó 223.900 euros en peleterías, masajes tailandeses, electrodomésticos o tiendas de golf, habría sido determinante a la hora de que el matrimonio se haya desintegrado tras más de cuatro décadas de unión. Según el círculo más cercano de la pareja, Rubio, regente de una conocida tienda de porcelanas situada en el barrio de Salamanca de Madrid, está afligida por la ruptura. Este portal ha intentado ponerse en contacto con la expareja, pero ambos han declinado hacer cualquier tipo de declaración.

Este no ha sido el mejor año para la antigua mano derecha de Don Juan Carlos. En octubre presentó su renuncia como consejero del Rey ante el escándalo de las tarjetas ‘black’. Durante la década en la que fue director de la Fundación Caja Madrid, utilizó una de las famosas tarjetas para gastos que excedían los límites de los destinados a la representación de la organización.

El matrimonio formado por Spottorno y Rubio finaliza así una relación que comenzó a principios de los años 70. Durante todo este tiempo, Pia ha sido una compañera infatigable en la vida nómada del exconsejero real, cuya carrera como diplomático lo llevó a ser cónsul en La Habana y en Río de Janeiro. De hecho, la hija más conocida de la pareja, Blanca, nació en la ciudad brasileña en 1973, cuando la pareja ya llevaba tres años de casados.

Una vida "desarraigada"

Fue en el mes de mayo de 1970 cuando la señora viuda de Spottorno Manrique de Lara, madre de Rafael, pidió a los marqueses de Valdeflores la mano de Pia Rubio d’Hyver. Los Spottorno estaban por aquel entonces de luto tras la muerte de un familiar y eso influyó en la decisión de que la boda fuese de carácter íntimo y se celebrase en el mes de junio en San Sebastián. El enlace acabó siendo un festival de discreción que dio paso a la formación de una familia de dos hijas con las que también viajarían por todo el mundo.

Aquella vida nómada hizo que Spottorno declarase en alguna ocasión su deseo de volver a España, ya que no quería una familia "desarraigada", según dijo a sus amigos. Hombre divertido y amante de las imitaciones, tal y como lo describen ellos, su querencia por el Madrid tradicional hizo que, nada más volver a la capital, se instalase con su familia en la castiza Plaza de la Paja. Desde 1993 hasta 2002 sería designado secretario general de la Casa del Rey.

En ese tiempo, Pia también decidió mantener una ocupación en la capital, abriendo en 1995 su tienda de porcelanas. Su hija Cristina se acabaría convirtiendo en su socia en 2007. “No fue un capricho. Mi madre siempre tuvo idea de abrir algo”, declararía la después conocida como la ‘perfecta anfitriona’ de la televisión, ya que tiene un programa con ese nombre en Canal Decasa.

Tras la etapa en Caja Madrid, Rafael Spottorno fue designado jefe de la Casa del Rey en sustitución de Albert Aza Arias el 30 de septiembre de 2011, cargo que ha ocupado hasta el 24 de junio de este mismo año, cuando la proclamación de Felipe VI como nuevo Rey hizo que Jaime Alfonsín le sustituyese. El siguiente cargo de Spottorno como consejero privado del nuevo monarca fue fugaz, ya que el escándalo de las tarjetas ‘black’ le hizo dimitir el pasado 7 de octubre. Fue en ese momento y con la posterior sucesión de escándalos relacionados con Caja Madrid cuando se fraguó la separación de Spottorno y su esposa, que viene a cerrar su particular annus horribilis.