Eugenia y Coronado dan por finalizado un compromiso que ha durado 30 días
Como cantaba el Dúo Dinámico, “el final del verano llegó”… y con él la dispersión efectiva. La cosa podía haber evolucionado hacia una relación más asentada y equilibrada, pero no fue así
La relación de Eugenia Martínez de Irujo y José Coronado ha durado menos de lo que lo hace una estación del calendario. Ha sido sin duda la noticia del verano. El pasado 13 de julio, Vanitatis daba la primicia de este noviazgo más que sorprendente, porque no se sabía que hubiera trato entre la duquesa de Montoro y el actor más allá del habitual photocall. Las preferencias de ambos a la hora de elegir pareja tampoco tenían nada que ver. A Eugenia le gustaban más jóvenes que ella, con perfil mediático bajo, fieles y con capacidad para el compromiso. Coronado, en cambio, todo lo contrario. Y en cuestión de edades el actor no es hombre de fijar una tabla. Le gustan todas. De hecho a su exnovia la conoció cuando ella tenía 28 años.
Para el actor, uno de los atractivos de Eugenia era que no había necesidad de formar familia porque ambos ya tienen hijos respectivos. Y como decía un amigo de Coronado: “José no es muy impresionable, porque ha estado con señoras importantes, pero ver el mundo a través de los ventanales del palacio de Liria tenía su atractivo”.
Como cantaba el Dúo Dinámico, “el final del verano llegó”... y con él la dispersión efectiva. La cosa podía haber evolucionado hacia una relación más asentada y equilibrada, pero no fue así. Tenían su hoja de ruta marcada, que iniciaron a finales de junio en Formentera con las amistades de él, y como punto de destino en agosto Ibiza. No solo no se cumplió lo que habían planificado, sino que en todo el mes no volvieron a verse. Por cuestiones de trabajo interrumpieron sus citas amorosas, que consistían como cualquier pareja en alternar las casas. El acuerdo era “un día en la mía, otro día en la tuya”.
“Una pésima pareja”
Y así hasta que Eugenia puso rumbo a Marbella y José continuó con su trabajo, pero sin poner mucho interés en tomar un AVE directo a Málaga o después un avión hasta Ibiza, donde Eugenia pasaba el verano en la casa que le tocó en la herencia materna. En estas fechas además estaba sola, porque la hija Tana pasaba esos días con su padre.
La historia se desinfló y lo que podía haber sido una vuelta de verano triunfal con pareja ya en periodo de convivencia estable quedó en nada. Eugenia tiene la suerte de que suele mantener la amistad con sus novios públicos y Coronado igual. Si durante el mes de junio los encuentros se alternaban con los mensajes de WhatsApp, después fue a la inversa. Solo mensajes y alguna que otra llamada.
Cuentan que a diferencia de otras historias amorosas, la hija de la duquesa se encuentra sin bajón emocional y su resumen de vida sería como el dela frase del refrán “que me quiten lo bailao”. Por parte de Coronado tampoco hay bajón y ha continuado manteniendo contacto con su exnovia, con la que sigue llevándose muy bien, aunque ahora la joven ya esté también en la etapa de Paola Dominguín: “José es un excelente amigo y una pésima pareja”.
La relación de Eugenia Martínez de Irujo y José Coronado ha durado menos de lo que lo hace una estación del calendario. Ha sido sin duda la noticia del verano. El pasado 13 de julio, Vanitatis daba la primicia de este noviazgo más que sorprendente, porque no se sabía que hubiera trato entre la duquesa de Montoro y el actor más allá del habitual photocall. Las preferencias de ambos a la hora de elegir pareja tampoco tenían nada que ver. A Eugenia le gustaban más jóvenes que ella, con perfil mediático bajo, fieles y con capacidad para el compromiso. Coronado, en cambio, todo lo contrario. Y en cuestión de edades el actor no es hombre de fijar una tabla. Le gustan todas. De hecho a su exnovia la conoció cuando ella tenía 28 años.