Así customizó esta novia un vestido antiguo que compró en un mercadillo de París para su boda
La española Sara, residente en París, optó por comprar un vestido sencillo y modificarlo para crear el look nupcial de sus sueños. Descubre su historia
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F678%2F8ed%2F129%2F6788ed129ccb61ec983505f67dc44b99.jpg)
Organizar una boda ya es un reto, una carrera de fondo que arranca con la petición de mano y que termina en el gran día, pero hacerlo a distancia, suma obstáculos extra para llegar a ese sprint final. Sara y Benjamín se enfrentaron a ese desafío.
"Nos conocimos en Francia. Los dos somos ingenieros. Buscábamos una experiencia internacional y, como muchos, encontrar mejores condiciones laborales que las que España ofrece actualmente". El flechazo, al menos por parte de él, llegó enseguida. "La primera vez que nos vimos, Benja aseguró a su amiga que yo sería 'esa chica' y pese al '¡estás flipado!', no se detuvo hasta conseguirlo".
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F9a7%2F3d4%2Fcb4%2F9a73d4cb44e52b9bbd541fb99cc2002a.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F9a7%2F3d4%2Fcb4%2F9a73d4cb44e52b9bbd541fb99cc2002a.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fdcb%2F6db%2Fd6f%2Fdcb6dbd6fb903293a0509f20a9bc2314.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fdcb%2F6db%2Fd6f%2Fdcb6dbd6fb903293a0509f20a9bc2314.jpg)
"No siempre ha sido fácil, al poco de conocernos tuvimos que vivir un tiempo separados. Yo tenía un nuevo proyecto en Inglaterra y Benja seguía su aventura aeronáutica en Francia. Hemos pasado por muchos vuelos, trenes, incluso ver películas juntos a través de videollamadas… pero también toneladas de confianza, amor y horas al teléfono. En ningún momento nos rendimos para buscar la mejor oportunidad que nos permitiera estar juntos y, cumpliendo el cliché, París, la eterna ciudad del amor, nos acogió para seguir viviendo nuestra historia", confiesa la novia.
Una vez tomada la decisión de casarse, Sara y su prometido empezaron a planificar la boda. Marcaron el 6 de julio de 2024 en los calendarios. ¿El lugar? Alicante, en concreto, la finca Jardines de Abril. Allí sería la ceremonia y la celebración.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F21f%2F238%2F5e8%2F21f2385e868a215e03a8bd8f8bae330c.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F21f%2F238%2F5e8%2F21f2385e868a215e03a8bd8f8bae330c.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fdba%2F232%2F672%2Fdba232672f5710882534e3452ca1c36c.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fdba%2F232%2F672%2Fdba232672f5710882534e3452ca1c36c.jpg)
"Seguíamos viviendo en París. La boda podría haber sido un caos con una organización a distancia, la mezcla de idiomas y las ganas de pasar tiempo con todos… pero teníamos a Sarai de Vida Wedding. Ella fue nuestra wedding planner, pero también fue quien recolectó limones conmigo para darle el toque mediterráneo a la decoración, quien midió los tiempos para poder incluir traducciones al francés, quien organizó un día antes la preboda en la playa para poder disfrutar al máximo de nuestros invitados… Eso sí, no pudo prever que las peques de nuestros amigos tomaran tan en serio la custodia de los anillos que no quisieran dárnoslos llegado el momento", recuerda la novia.
En este punto, la ingeniera se lanzó a la búsqueda y captura del vestido de novia perfecto. "Fue una odisea. Encontrar algo que encajase con mi gusto, y entrase en presupuesto y tiempos, parecía imposible. En España tenemos mucha suerte con marcas preciosas y accesibles, pero tenía que coordinar todos los vuelos necesarios para las pruebas, porque vivía en París".
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F0f6%2Ff76%2F7bb%2F0f6f767bbf2ee641c0a052035c63b9c7.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F0f6%2Ff76%2F7bb%2F0f6f767bbf2ee641c0a052035c63b9c7.jpg)
"Gracias a la influencia de mi madre, una fanática de la costura, vi la solución clara: compraría un vestido sencillo en un tejido que me gustara y con una costurera francesa daría esos pequeños detalles que lo convertirían en mi vestido más personal".
Con ese consejo de su madre, la novia se puso en marcha. "Encontré mi vestido en una feria nupcial en París. No estaba buscando nada en concreto, solo iba con la idea de inspirarme un poco, pero entonces lo vi. Fue de esas cosas que sabes al instante: me encantó. Tenía algo especial, algo que me hizo imaginarme con él el día de la boda desde el primer momento. Lo compré allí mismo, sin pensarlo demasiado, y cuando volví a casa lo llevé a una modista de confianza para hacerle unos pequeños arreglos", cuenta.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fef8%2F672%2Fbb6%2Fef8672bb61741f4179624e295c869824.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fef8%2F672%2Fbb6%2Fef8672bb61741f4179624e295c869824.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fa8d%2Fc67%2F512%2Fa8dc6751253060da5305af2b722ca0a4.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fa8d%2Fc67%2F512%2Fa8dc6751253060da5305af2b722ca0a4.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F7a7%2Fe7c%2F25a%2F7a7e7c25a435d9c1c4d6020f2975ea23.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F7a7%2Fe7c%2F25a%2F7a7e7c25a435d9c1c4d6020f2975ea23.jpg)
Sara añade, "a partir de ahí, empecé a personalizarlo yo misma poco a poco. Le añadí unas sombreras que me encantaban, cambié el cuello para que tuviera más carácter y finalmente le puse unas mangas que le dieron un aire completamente distinto".
Tocaba elegir los complementos. Unos zapatos de Flordeasoka, "muy cómodos, que me aseguraron poder bailar y saltar durante todo el día", y unos pendientes con historia, "Llevé unos pendientes muy especiales que compré en una joyería sevillana de la calle Tetuán. Yo estudié en Sevilla y quería llevar algo de esa ciudad que he recorrido en bici de arriba abajo y me ha dado tanto".
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F8e4%2Feb7%2F834%2F8e4eb7834f5bbc1acdecd9377eec2d3b.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F8e4%2Feb7%2F834%2F8e4eb7834f5bbc1acdecd9377eec2d3b.jpg)
Cuando el día de su boda llegó, Sara presumió de un vestido de novia fiel a su estilo. "Al final, siento que el vestido terminó siendo una mezcla entre lo que vi aquel día en París y todo lo que yo soy. Lo hice mío, y eso lo hizo aún más especial", sentencia.
"Llevé unos pendientes muy especiales que compré en una joyería sevillana de la calle Tetuán. Yo estudié en Sevilla y quería llevar algo de esa ciudad que he recorrido en bici de arriba abajo y me ha dado tanto. Y unos zapatos muy cómodos, que me aseguraron poder bailar y saltar durante todo el día".
Organizar una boda ya es un reto, una carrera de fondo que arranca con la petición de mano y que termina en el gran día, pero hacerlo a distancia, suma obstáculos extra para llegar a ese sprint final. Sara y Benjamín se enfrentaron a ese desafío.