Brigitte, la profesora de Macron que se acabó convirtiendo en su esposa

La primera vuelta de las elecciones francesas lo han convertido en el gran vencedor. El centrista Emmanuel Macron tiene todas las papeletas para convertirse, el próximo 7 de mayo, en el presidente de Francia. Los resultados lo colocan, con un 23,9%, por encima de su inmediato competidor, Le Pen. Mientras medio país galo analiza las consecuencias de que él ocupe la presidencia francesa, otro medio ha puesto los ojos en su mujer, Brigitte. La rubia que ocupará el sillón de primera dama en el Elíseo tiene 64 años, 24 más que su marido, y además fue su profesora de secundaria.

La historia de la pareja parece una canción de Jacques Brel y es tan poética y adolescente como una película del primer Truffaut. Como si de 'Los cuatrocientos golpes' se tratase, el joven Macron se enamoró de su chica a los quince años, cuando ella le enseñaba lengua francesa en un instituto de Amiens. Aunque en un mundo aún machista la diferencia de edad de ambos haya supuesto motivo de mofa, lo cierto es que Brigitte influyó sobremanera en el joven candidato a la presidencia del Gobierno francés. En la prensa gala aseguran que fue ella la que lo formó como hombre y como profesional, haciendo bueno el cliché de la gran mujer que se esconde tras todo gran hombre. Brigitte le inculcó al joven Emmanuel su amor por el arte, la cultura y las letras en general. Tanta fue la complicidad que ella acabó abandonando a su primer marido y se fue con él. Para ella fue duro dejar su vida familiar (tenía tres hijos) para entrar en la vida de un adolescente.

En 2007, Brigitte y Emmanuel contrajeron matrimonio y aseguran que él siempre ha tratado a los tres hijos de ella como si fuesen propios. La boda tuvo lugar en Trouquet, pueblo en el que ambos veraneaban. Aunque las similitudes de la pareja son muchas, también hay grandes diferencias. A saber: ella prefiere el 'rock and roll' y él se ha convertido en todo un pianista profesional que le ha valido apodos como el de Mozart del Elíseo. Otra diferencia más: los looks de él siempre han sido mucho más tradicionales que los de ella, que llamaba la atención por sus estrambóticos modelos cuando era una jovencita y jugaba a ser 'la plus belle pour aller danser'.

Complementarios y aparentemente felices, podrían convertirse en la esperanzadora nueva pareja del Gobierno francés después de aquel interminable culebrón de Julie Gayet, François Hollande y Valérie Trierweiler. En este caso, cualquier tiempo pasado no fue precisamente mejor.

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