Así son los Postigo, la otra familia que cuidará de las hijas de Bimba Bosé

Si hay una persona que vino a revolucionar la vida de Eleonora Salvatore (Bimba Bosé), ese fue Diego Postigo Breedveld, un músico y compositor que tocaba el bajo y formaba parte del grupo que ella lideraba, The Cabriolets, junto con Manuel Cabezalí (guitarra) y con Pablo Serrano en la batería. En las tardes que grababan en pleno campo segoviano, en una casita rústica aislada cerca de Somosierra que ellos llamaban El Molino del Feo, surgió el amor de la mano de grandes dosis de complicidad artística.

Una boda en un convento y un nuevo clan

La relación con Diego iba en serio y se acabó casando con él en el hotel Rocamador, en la provincia de Badajoz, a un paso del vecino Alentejo portugués. El establecimiento era de la madre de Bimba, Lucía Dominguín, el hogar de sus hermanas menos mediáticas -Lucía (Palito) y Jara- y el del segundo esposo de su madre, Carlos Tristancho, un proyecto que acabó fracansando y que acabó además con el matrimonio de Lucía. El lugar, un mágico convento de franciscanos, también había servido de escenario para la boda de otras personas afines a la saga de los Dominguín como Aitana Sánchez-Gijón. Allí, en la localidad de El Almendral, se casó en 2006 Bimba con Diego. Y Bimba, que se había criado en el seno de la mediática y creativa saga de los Dominguín Bosé, entró a formar parte de otro clan familiar, más discreto, pero igualmente apasionante: los Postigo.

Los padres de Diego vivían tradicionalmente en la elitista La Moraleja, en Alcobendas, Madrid. El suegro de Bimba, Jorge Postigo Silva, es un poderoso empresario donostiarra ligado en su día a La Zagaleta, una de urbanizaciones más caras del mundo, situada en Málaga. Jorge centró su actividad en el sector inmobiliario y el mundo del seguro. Se enamoró en una playa de San Sebastián de una bella holandesa nacida en Róterdam llamada Martha Breedveld, uno de los nombres del coleccionismo de arte contemporáneo en España. Una mujer elegantísima, una suerte de Carolina Herrera, amante de la alta costura en la que Bimba siempre encontró apoyo.

Su adorado cuñado

El hermano de Diego, Gorka Postigo, también fue fundamental en el nuevo equipo creativo de los Bosé-Postigo. Fotógrafo editorial y artístico que ha encontrado en la imagen su vocación después de estudiar arquitectura (es el creador y alma mater del estudio AKA, habitual de la revista 'AD'). Su relación de pareja con el diseñador David Delfín llevó a los cuatro a apostar fuerte y crear la marca David Delfín, de la que Bimba era su musa y su mayor incondicional. Gorka tiene una relación muy estrecha con Dora y June, las hijas de Bimba, y él junto con Diego fueron este verano con las niñas y otros primos a pasar unas inolvidables vacaciones a África.

Al margen de la separación de su hermano, Gorka ha seguido retratando a Bimba y demostrando su cariño y su amor incondicional hacia ella. Un sentimiento que comparte con David Delfín, que aunque rompieron su relación de pareja, siempre han estado unidos por la devoción de los dos artistas a Bimba. A lo que se une la especial conexión de Delfín con la fallecida modelo y cantante al estar él también librando su batalla contra el cáncer y compartir la misma fuerza y optimismo.

Los padres de Diego y Gorka siguen manteniendo una sólida relación con David Delfín. Prueba de ello es que fueron ellos los que llevaron al diseñador y a Pablo, su actual pareja, al funeral de Bimba en su coche. Ejemplar.

Déborah Postigo es la menos mediática de este clan vasco holandés. Se unió al proyecto familiar y era la encargada de comunicación de la marca David Delfín, ya que es periodista de formación. Abandonó el proyecto después de casi siete años y se retiró de los photocalls. Actualmente es terapeuta, está centrada en su hijo y se ha hecho con éxito un hueco como instructora de Mindfulness e imparte cursos y talleres, tanto online como retiros de fin de semana.

El complejo divorcio de sus padres

Diego y Bimba rompieron en 2011. Los recuerdos de su amor quedan grabados en tinta en los tatuajes del cuerpo de la modelo. Bimba abandonó sin ruido la casa que compartía con Diego en el madrileño barrio de El Viso, un chalecito situado no muy lejos del de su cuñada Déborah y el hijo de esta. Eleonora se salió sin salirse del círculo de los Postigo. Ella siempre quiso que su divorcio fuera civilizado y que prevaleciera el amor incondicional por las dos pequeñas, Dora (13) y June (5), a las que ambos adoraban y estaban maravillados por el talento innato de las niñas para la música.

Bimba sabía lo que era sufrir el divorcio de unos padres. Su padre era el ingeniero italiano Alessandro Salvatore, de quien nació también su hermano Rodolfo (Olfo). Cuando Lucía se separó de su marido, las leyes italianas otorgaron la custodia al padre y su madre estuvo un año y medio sin verlos. Lucía removió medio mundo y tiró de contactos familiares (sobre todo de su padre, el mítico torero Luis Miguel Dominguín) para lograr que se celebrara el juicio en España y tener ella la custodia de Bimba y Olfo.

Alessandro terminaría casándose nuevamente, se instaló en Puerto Rico, tuvo otros dos hijos y falleció en 2008. Nunca llegó a saber que su hija enfermaría ya que a Bimba le detectaron su cáncer en 2014. Bimba, en la última etapa de su vida, estaba muy unida a su madre -fuera de los focos eran habituales los encuentros con los nietos- y con su padre siempre tuvo palabras de admiración y cariño. Por eso luchó y consiguió una relación perfecta con su exmarido, que nunca puso problemas, a pesar de sus lógicas diferencias. Sus hijas para ambos eran y son lo primero.

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Vanitatis / Agencias

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