El sobrio y breve bautizo de la princesa Charlotte

A las 5 y media de este domingo, hora española, comenzaba la ceremonia de bautismo más esperada del verano: la de la princesa Charlotte, hija de Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton. La iglesia de Santa María Magdalena situada en Norfolk, acogía el bautismo de la pequeña con la presencia de la familia real británica y la familia de la madre de la niña, incluyendo a Pippa y James Middleton. La gran ausencia, sin lugar a dudas, ha sido la del príncipe Harry, que se embarcó en un viaje de tres meses a África y no ha podido estar presente en la celebración de este sacramento.

La ceremonia, oficiada por el arzobispo de Canterbury, el reverendo Justin Welby, apenas ha durado unos cuarenta minutos, a juzgar por el tiempo que los invitados han estado dentro del templo. Ha sido una liturgia privada pero, pese a ello,se ha habilitado una zona para que losciudadanos y miembros de la prensa pudiesen tener visibles a los invitados cuando entrasen o saliesen porlos alrededores de la iglesia.

Con un traje de chaqueta de color blanco acompañado de un tocado del mismo color, Kate Middleton llevaba a su hija, la pequeña protagonista del día, en un carrito de bebé de color oscuro. El príncipe Guillermo era el encargado de coger de la mano al pequeño príncipe George, que despertó las ovaciones y la complicidad de esos británicos que contemplaban el ir y venir de los Windsor. El 'truco' del pequeño para ganárselos ha sidoel del graciosopantalón corto de color rojo que llevaba. Muchos fueron los que pensaron, erróneamente, que se trataba del mismo vestuario que el príncipe Guillermo llevó al bautizo de su hermano Harry hace ya casi treinta años, pero sólo se trataba de una similitud al jugar con los colores blanco y rojo de la camisa y el pantalón.

Pocas horas antes del acontecimiento eran anunciados los nombres de los padrinos de la pequeña. Se trata de Thomas van Straubenze, amigo del colegio del duque de Cambridge, Adam Middleton, Laura Fellowes, James Meade y Sophie Carter. La gran sorpresa es que ni Eugenie ni Beatrice York, primas de Guillermo, estaban en la lista de padrinos. No sólo eso: ni siquiera han acudido a un bautismo que ha vuelto a mostrar el regio carácter británico en apenas cuarenta minutos.