La intrahistoria de las felicitaciones navideñas de la familia real

Todos los años las felicitaciones que envían los titulares de la familia real se analizan con lupa. Y desde que don Juan Carlos y doña Sofía se convirtieron en eméritos, el protagonismo también les afecta. En su caso, y por primera vez después de muchos años, han aparecido juntos deseando lo mejor a los españoles que recibían la postal navideña. Esta imagen es una manera de rehabilitar al matrimonio real que en ediciones anteriores preferían representar estas fechas con pinturas de grandes artistas españoles como Velázquez, Murillo y El Greco.

En 2017, cuando el perfil de de la monarquía estaba bajo mínimos con la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin imputados, don Juan Carlos eligio 'La adoración de los pastores' de Juan Martínez Montañés. Así no había posibilidad de interpretaciones. Este año, en cambio, ha sido diferente y el mensaje que posiblemente han querido enviar es el de unidad matrimonial, aunque sea solo para remarcar el espíritu navideño.

Hace unos años, cuando el asunto Botsuana estaba en todo su esplendor, la felicitación era un ejemplo de lo que sucedía en casa. Como la elección de la postal se hace con bastante tiempo, los responsables de organizar esa logística no calcularon lo que se venía encima y la imagen navideña enviada por los titulares de la Corona era poco tranquilizadora. Aparecía el palacio de la Zarzuela en blanco y negro y solo un farol alumbrando la entrada. Los comentarios no se hicieron esperar y el que no tituló 'Solo en casa' o 'Abandono del palacio de invierno' se preguntaba si había que buscar a Wally como en el conocido libro. Una elección poco acertada, según se dijo aquel año, dada la situación de invisibilidad del titular de la Corona, que había llegado meses antes de su periplo africano como si regresara de las Cruzadas.

Experimentando con el Photoshop

Quizá uno de los mejores christmas y que más chascarrillos produjo fue la felicitación de 2005. En esa edición aparecían don Juan Carlos y doña Sofía con todos sus nietos. La Reina tenía en sus brazos a Leonor y el resto de niños sentados. Resultó sorprendente porque se pretendía que fuera un posado familiar cuando en realidad era un corta y pega. La niña Victoria no tenía brazos, el Rey empequeñecido, Pablo Urdangarin con su hermana Irene a punto de caerse de sus brazos... Un despropósito.

Hasta tiempo después no se supo que el desbarajuste gráfico era obra de la reina doña Sofia, que había hecho un curso de Photosop y ningún responsable del equipo de Zarzuela se había atrevido a decir que la obra era un horror. Una especie de silencio administrativo.

Ocurrió algo parecido con la infanta Leonor unos años después. La niña aparecía cerca de una chimenea llena de velas y sin una pierna. Se había elegido un fondo cálido y superpuesta la imagen de la heredera. Quien fuera el artista se 'olvidó' de colocar la imagen completa y el resultado también fue poco logrado.

La infanta Elena también fue protagonista indirecta de algunos comentarios poco considerados sobre la imagen navideña que quería transmitir. Aún estaba casada con Jaime Marichalar y el matrimonio se decantó por una foto dentro del agua en la piscina interior del palacio de la Zarzuela donde, salvo Victoria, nadie de la unidad familiar salía favorecido. Los duques de Lugo consideraron que era perfecta y así la enviaron a las amistades y a los medios, que se sorprendieron con la foto que ningún ciudadano habría enviado a los suyos, salvo que fuera 'El Grinch'.

Este año, los reyes Felipe y Letizia tampoco se han esforzado en representar el espíritu navideño. Hay quien dice que para no molestar sensibilidades. Una imagen que lo mismo serviría para felicitar un cumpleaños que para anunciar a la familia el principio de las vacaciones de primavera.

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