Mohamed VI y Lalla Salma, indignados: desmienten juntos el secuestro de su hija

Primero fueron algunos diarios digitales marginales, como Afrik.com, los que sostuvieron la semana pasada que el rey Mohamed VI, de 55 años, había convertido a su hija pequeña, la princesa Lalla Khadija, de 12 años, en “rehén”. Le impedía viajar al extranjero con su madre, Lalla Salma, de 41 años, para garantizar que esta regresara a Marruecos al término de sus vacaciones estivales.

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La prensa griega informó, el 6 de julio, que Lalla Salma y el príncipe heredero, Moulay Hassan, de 16 años, habían llegado a la isla de Eskíatos, en el mar Egeo, para hacer turismo, pero omitió precisar que a bordo del avión militar marroquí que les trasladó hasta allí también viajaba Lalla Khadija.

A las conjeturas sobre la ausencia de la hija pequeña del rey se sumó, el 16 de junio, 'Gala', la principal revista francesa del corazón que aún vende 190.000 ejemplares cada semana y cuya web tiene millones de usuarios únicos. “¿Se impide a la princesa Lalla Salma viajar con sus dos hijos a Grecia?”, se preguntaba en un titular.

'Gala' colmó la paciencia del palacio real marroquí. Por primera vez desde que la revista española '¡Hola!' anunció su divorcio, Mohamed VI y Lalla Salma hicieron algo en común: publicar un comunicado conjunto, el sábado por la noche, a través de Eric Dupond-Moretti, el abogado parisino del monarca. El texto está ante todo dirigido a la prensa francesa empezando por 'Gala'.

En él ambos aseguran al unísono que “los rumores de fuga o de secuestro de niños que circulan desde principios de julio son intolerables”. “El soberano y la princesa, padres de dos adolescentes (…), desmienten formalmente y con rotundidad estos rumores”, prosigue el texto.

Ambos se declaran “escandalizados” por las “afirmaciones extremadamente graves” propagadas con “intenciones maliciosas”, añade. Esas aseveraciones son “difamatorias” y, por tanto, punibles por la Justicia, advierte. El letrado del monarca concluye denunciando el paralelismo establecido por 'Gala' entre Lalla Salma y la princesa Haya de Jordania, de 45 años, esposa del emir de Dubái, Mohamed bin Rashid Maktoum, que a finales de la primavera huyó a Londres con sus dos hijos. “La comparación no tiene ningún fundamento excepto que se trata de dos princesas”, recalca.

Más allá del desmentido, el comunicado dado a conocer por el abogado del rey reviste gran interés por dos razones. Primero, no solo evita emplear la palabra 'cónyuges' o 'matrimonio' para referirse a Mohamed VI y Lalla Salma, sino que en una ocasión habla de la 'exesposa'. Confirma así implícitamente el divorcio, tras 16 años de matrimonio, anunciado por '¡Hola!' en marzo de 2018 y hasta ahora nunca reconocido por el palacio real pese a que Lalla Salma no ha sido vista en ningún acto oficial desde que, en diciembre de 2018, inauguró una exposición en Rabat.

En segundo lugar, deja claro que, pese al divorcio, Lalla Salma sigue ostentando el título de 'princesa' y así se refiere a ella en el texto. Cuando en 2002 la joven ingeniera contrajo matrimonio con Mohamed VI le fue otorgado ese título, lo que constituyó un síntoma de modernidad aunque para que estuvieran en pie de igualdad debería de haber sido reina.

El rey Hassan II, el padre de Mohamed VI, nunca quiso ni siquiera que su esposa tuviese el título de princesa. A Lalla Latifa, de 74 años, se la solía llamar'madre de los príncipes'. A diferencia de Lalla Salma, nunca fue vista en un acto público sola o acompañada por el rey.

Pese a estar ya divorciada, Lalla Salma ya pasó las vacaciones de 2018 con sus dos hijos en varias islas griegas y después en Niza (Francia), desde donde hizo una excursión a Portofino (Italia). Allí fue vista, en julio pasado, por la periodista marroquí de televisión, Mariam Said, que se apresuró en contarlo en las redes sociales. Entonces ningún medio especuló sobre el supuesto secuestro por el monarca alauí de su hija pequeña.

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Este año Lalla Salma, sus dos hijos y algunos amigos adolescentes han efectuado durante diez días un crucero por las islas del Egeo a bordo del lujoso yate Serenity, cuyo alquiler semanal cuesta entre 550.000 y 600.000 euros, según la prensa griega. Mientras tanto el rey estrenaba y navegaba con su nuevo velero, Badis 1, a lo largo de la costa norte de Marruecos. El barco fue puesto a la venta por 88 millones de euros, según el semanario 'Tel Quel' de Casablanca.