Un embuste en vísperas de Nochevieja, la razón que llevó a Haya a huir de Dubái
La ruptura se produjo poco después de la Nochevieja pasada, cuando la princesa puso su prestigio al servicio del emir. Para sacarle de un apuro tuvo que mentir
Primero fue la princesa Shamsa, en el verano de 2000 en Surrey (Reino Unido); después lo intentó la princesa Latifa, en marzo de 2018 a través de Omán; y luego llegó el turno de la princesa Haya. Al menos tres mujeres de la familia real de Dubái se han escapado en los últimos años de ese boyante Estado integrado en la federación de los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
Las dos primeras fueron secuestradas y repatriadas a la fuerza por su padre, el emir Mohamed bin Rachid Al Maktoum, primer ministro y ministro de Defensa de los Emiratos. Por ahora, la princesa Haya bint Hussein, de 45 años, la sexta esposa del emir y la más conocida de todas, le ha ganado la batalla judicial en la que la imagen del emir ha quedado denostada, ya que se ha dado por cierto el secuestro de sus dos hijas.
Hija del difunto rey Hussein de Jordania y hermana de padre del actual, el rey Abdalá, Haya contrajo matrimonio con el emir en 2004 y quizás por ser la más preparada de sus esposas –estudió en la Universidad de Oxford- o la más joven de todas, se convirtió en su preferida. Por algo la revista de Dubái 'Emirates Women' aseguraba, en un reportaje lisonjero, que el emir y ella formaban “la pareja perfecta”. Las fotos que lo ilustraban demostraban, añadía, “que un auténtico romance puede aún existir”.
¿Pero qué pasó para que la princesa Haya, a la que se ve sonriente en tantas fotografías tomadas con el emir o desarrollando sus actividades sociales, se diera a la fuga? Hervé Jaubert, un sexagenario exespía francés que conoce bien Dubái, señala que la ruptura se produjo poco después de la Nochevieja pasada, cuando la princesa puso su prestigio al servicio del emir. Para sacarle de un apuro “se vio obligada a mentir descaradamente”, añade en conversación con Vanitatis. “Sospecho que está arrepentida”, deja caer el ex agente secreto.
El secuestro de Latifa
El 'apuro' al que alude Jaubert es el secuestro, en marzo de 2018, en aguas territoriales indias de la princesa Latifa Al Maktoum, de 34 años, una de las 23 hijas del emir. Las fuerzas especiales de los Emiratos asaltaron el Nostromo, el velero con pabellón estadounidense en el que el exespía había recogido, en la costa de Omán, a esta joven empeñada desde los 16 años –cuando llevó a cabo su primer intento- en desertar de la corte de Dubái.
Todos fueron trasladados a la fuerza al emirato, pero Jaubert, su tripulación y una amiga finlandesa de la princesa fueron puestos en libertad y expulsados a las dos semanas de su apresamiento, mientras que la joven Latifa desapareció. El escándalo fue de tal calibre, con una intervención del Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre Desapariciones Forzadas e Involuntarias, que al final el emir decidió, a finales de 2018, apaciguar los temores sobre la suerte corrida por su hija.
Para ello echó mano de Haya, la más glamurosa y célebre de sus esposas. Le encargó que invitase a Dubái, en vísperas de Nochevieja, a Mary Robinson, expresidenta de Irlanda y que también fue alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Robinson se reunió y se fotografió con la princesa Latifa, que había sido secuestrada por su padre nueve meses antes.
Es “una joven con problemas” que atraviesa “una determinada situación médica”, explicó Robinson, a su salida del encuentro, en una nota y en un par de declaraciones a la prensa en la segunda quincena de diciembre. Confirmó haber sido invitada a Dubái por la princesa Haya. Aseguró haber “podido comprobar que su excelencia la jequesa Latifa recibe los cuidados y el apoyo que requiere”. Dio así por bueno el trato que le dispensaba su padre.
Unos días después, el 5 de enero, fue la propia princesa Haya la que subió a la palestra para secundar a Mary Robinson. Concedió una entrevista a RTE, la radio pública de Irlanda, en la que explicó que había invitado a su expresidenta porque necesitaba los consejos de una mujer “íntegra con un historial impecable”. Recalcó que la princesa Latifa es una joven “vulnerable” a la que su familia intenta proteger para que no pueda ser manipulada.
Hervé Jaubert, que ha estado en tratos discretos con Latifa durante años para preparar su fuga, puso en duda aquellas palabras tranquilizadoras de Mary Robinson. La princesa es una mujer resuelta, dotada de un “carácter fuerte” a la que “presumiblemente están intentado modular con una determinada medicación”, afirma. Lo único que, según él, probó Robinson con su visita a Dubái es que Latifa está viva.
Tras seguir los pasos de Latifa huyendo de Dubái, aunque con bastante más suerte, Haya ha aclarado algunas de las numerosas incógnitas del secuestro de la princesa a las puertas de la India y de su desaparición a las que ella contribuyó a dar cierta apariencia de normalidad invitando a Robinson y hablando después en la radio.
* Este artículo fue publicado originalmente en julio de 2019 y ha sido actualizado
Primero fue la princesa Shamsa, en el verano de 2000 en Surrey (Reino Unido); después lo intentó la princesa Latifa, en marzo de 2018 a través de Omán; y luego llegó el turno de la princesa Haya. Al menos tres mujeres de la familia real de Dubái se han escapado en los últimos años de ese boyante Estado integrado en la federación de los Emiratos Árabes Unidos (EAU).