Día del Beso: el recatado (y criticado) de Felipe y Letizia en su boda y los demás
Hay que buscar mucho en las hemerotecas y archivos fotográficos para encontrar imágenes de los Reyes dedicándose gestos de cariño, habitualmente muy tímidos y discretos
Este lunes se celebra el Día Internacional del Beso, una fecha que se estableció después de que una pareja tailandesa se besara durante 58 horas, rompiendo su propio récord de 46 horas, que habían logrado en la misma fecha del año anterior. Unos besos que pasaron a la historia y que no se parecen en nada, desde luego, a los que se dedican los reyes Felipe y Letizia, quienes además lo hacen -al menos en público- en contadísimas ocasiones y siempre mostrando su lado más recatado y casto, sin ceder a los deseos de un público que habitualmente pide más.
Para la historia quedó el beso con el que sellaban su amor aquel 22 de mayo del 2004. Tras convertirse en marido y mujer, salieron al balcón del Palacio Real para saludar a los miles de madrileños congregados en la plaza de Oriente. A pesar de la multitudinaria petición, los Reyes no se atrevieron a besarse en la boca y fue un casto ósculo en la mejilla el que ofrecieron al público. Un beso que fue aún más recatado durante el banquete, a la hora de los brindis, cuando el entonces Príncipe de Asturias posaba tiernamente sus labios en la frente de su ya esposa.
La timidez de Letizia volvía a mostrarse diez años después, el 19 de junio de 2014, cuando don Felipe, ya convertido en rey, salía de nuevo al balcón del Palacio Real para saludar. Tras él, la Reina, exultante y muy cariñosa, aunque no tanto como para besar en la boca a su flamante marido. Así que la escena se repitió prácticamente calcada a la de su boda, con un beso en la mejilla, solo que esta vez Letizia sujetaba el rostro de su marido con una mano, en un gesto que indicaba la seguridad que había adquirido una década después.
No han sido los únicos, pero es cierto que hay que buscar mucho en las hemerotecas y archivos fotográficos para encontrar imágenes de los Reyes dedicándose gestos de cariño, y cuando lo hacen, suelen ser muy parecidos. El último, el pasado noviembre, cuando la reina Letizia recibió un premio por su implicación en la lucha contra la violencia de género. Tras recibir el galardón, precisamente de manos del Rey, don Felipe quiso felicitar a su esposa con dos recatados besos en la mejilla. Una imagen muy parecida a la que habíamos visto nueve meses antes, cuando fue el monarca el premiado, esta vez con el World Peace & Liberty Award, tras el que tuvo una recompensa extra, en forma de abrazo de la Reina.
Bien por cuestiones de protocolo o simple timidez, lo cierto es que dejan los besos en la boca para momentos más privados, con muy pocas excepciones. Una de ellas durante la final del Mundial de Sudáfrica, en 2010. La emoción por la victoria de la selección española y el no sentirse observados hicieron que sus labios se juntaran, en un inusual gesto. Fue un año después, en Mallorca, cuando veíamos por primera vez un beso en la boca de los entonces Príncipes de Asturias con cámaras de televisión y fotógrafos delante. Relajados y disfrutando de sus vacaciones, parece que el Real Club Náutico les parece un buen escenario para demostrar su amor, ya que la imagen se ha repetido en años posteriores, aunque es cierto que sin ser un beso tan explícito como el de entonces.
También se ha convertido casi en una tradición el beso que se han dado cada año en el llamado Día de la Banderita de la Cruz Roja, cuando doña Letizia preside una de las mesas de cuestación y el Rey se convierte en una de las muchas personas que ayudan a la causa con unas monedas en una de las huchas. Y lo mismo de siempre, discretos y castos besos que evidencian la timidez de Letizia en situaciones de este tipo. Una timidez que ha provocado algún que otro malentendido, como la 'cobra' que involuntariamente le hizo en el Día de la Cruz Roja de 2012 y que ambos se tomaron con mucho humor.
Este lunes se celebra el Día Internacional del Beso, una fecha que se estableció después de que una pareja tailandesa se besara durante 58 horas, rompiendo su propio récord de 46 horas, que habían logrado en la misma fecha del año anterior. Unos besos que pasaron a la historia y que no se parecen en nada, desde luego, a los que se dedican los reyes Felipe y Letizia, quienes además lo hacen -al menos en público- en contadísimas ocasiones y siempre mostrando su lado más recatado y casto, sin ceder a los deseos de un público que habitualmente pide más.