Kate Middleton, tras el objetivo: analizamos sus fotografías

El hecho de que la propia Kate Middleton se ponga tras el objetivo para las fotografías que sus tres hijos protagonizan en cada uno de sus cumpleaños ya no es una sorpresa. Cada 23 de abril, 2 de mayo y 22 de julio, Louis, Charlotte y George se convierten en los mejores modelos para que la duquesa de Cambridge dé rienda suelta a la que es su mayor afición. La última vez, esta misma semana, cuando Kensington Palace celebraba el cumpleaños de su hijo pequeño con una serie de retratos en los que solo hizo falta la sonrisa del niño y ver sus manos embadurnadas de pintura para que toda la prensa británica se pusiera a los pies de ambos.

Fue en 2011 en Canadá, durante su primer viaje oficial como marido y mujer, cuando descubrimos la afición de Kate Middleton, ya que se la pudo ver cámara en mano, intentando no perder detalle de los lugares que visitaban. Pero las fotografías que pudiera tomar se quedaron para el ámbito privado. No fue hasta 2012, cuando los Cambridge viajaron a Asia, cuando quiso compartir algunas de las instantáneas que había realizado de los paisajes de Borneo en la que entonces era su web oficial. Unas imágenes de paisajes que le llamaban la atención y que fueron tomadas con una Canon Powershot G12, una cámara compacta ya descatalogada y que ahora solo podría comprarse de segunda mano.

Pero aunque ahora es una costumbre, Kate no se atrevió a publicar las fotografías realizadas por ella misma de sus hijos hasta que el príncipe George tenía un año y medio, para la felicitación navideña de 2014. Pero desde entonces ha sido la tónica habitual. De hecho, suyos fueron los primeros retratos oficiales de sus dos hijos pequeños, a los pocos días de nacer. Y, aunque no se puso tras el objetivo para las primeras imágenes del príncipe George, los Cambridge no quisieron que las hiciera un fotógrafo profesional y se lo pidieron a Michael Middleton, haciendo que el momento quedara dentro de la intimidad familiar.

Ahora bien, los retratos familiares no es el único ámbito donde Kate Middleton se siente cómoda. De hecho, gracias a su afición, la reina Isabel la nombró patrona de la Royal Photographic Society, un cargo que la monarca había ostentado durante 67 años y que quiso dejar en manos de la mujer de su nieto. Uno de sus trabajos más significativos fue su participación en un proyecto para honrar el 75 aniversario de la liberación de Auschwitz, realizando dos de las fotografías que componían la muestra, protagonizadas por diferentes supervivientes del Holocausto. Unas imágenes de gran peso y significado y que consiguieron el aplauso unánime de la prensa, no solo por la estética, sino por su valor.

Para ir más allá de las cuestiones sentimentales que hay en las fotografías que realiza Kate Middleton, hemos querido hablar en Vanitatis con algunos fotógrafos profesionales para que analicen su estilo de trabajo, su evolución durante estos años y si ha cambiado o mejorado.

Uno de ellos es Jorge Ogalla, fotógrafo con más de 30 años de profesión: "Hay una diferencia clara en las fotografías de Borneo y las del Holocausto. Las de Borneo no dicen absolutamente nada. Primero, porque está tirando en blanco y negro en una selva y no es la mejor idea. Además, tienen unos contraluces que no tienen mucho sentido. Hay paisajes espectaculares y estas fotos no les hacen justicia. Sin embargo, estas últimas están muy bien, porque también expresan mucho sobre su significado. Mete una luz directa artificial, semicenital, y se ve una composición y un trabajo, con una luz muy adecuada. Podrían publicarse en cualquier revista".

En cuanto a los retratos de sus hijos, aunque sí aprueban este particular examen, también tienen pegas: "No tiene el concepto del encuadre muy claro. El aire de la fotografía tiene que estar hacia donde el niño mira y cortarse por el lado al que no está mirando. Así se da mucha más prioridad al protagonista. La última de Louis hubiera sigo mucho mejor en vertical. No hace falta sacar tanto aire a los lados, cuando realmente vamos a ver el suelo y la pared, que es una tabla. Se nota que las que hace en el exterior son algo más improvisadas. Pero sí le va cogiendo el truco".

Hablamos también con Jon Eztala, fotógrafo y profesor de fotografía: "Hay fotógrafos que no tienen claro qué es lo que quieren contar, y ella sí. Encuentra momentos muy particulares para ser concreta, sin buscar la típica pose del niño repeinado, un niño en su ambiente que actúa como tal. Sí ha habido una evolución en su fotografía. Exactamente no sé cuáles son sus conocimientos, pero queda claro que tiene nociones de luz y composición. Eso es algo que se ve en las dos fotografías del Holocausto. Son imágenes muy pictográficas, que recuerdan más a pintores del barroco. Utiliza una luz suave y natural, que está bastante dirigida y da un toque amable. Normalmente asociamos las imágenes del Holocausto a la dureza de lo que fue aquello, el horror, la delgadez... Y ella busca el lado amable, con fondos oscuros para resaltar al personaje. Es muy concreta en el plano, en lo que quiere contar".

Por último, hablamos con Roberto Aranda, fotógrafo de Limited Pictures: "Observando las fotografías de Kate Middleton podemos ver cómo la educación visual está más desarrollada que la técnica, aunque ambas partes tienen un peso importante. Además, se nota su formación en Historia del Arte. En las fotos realizadas en 2012 en Borneo, hay que tener en cuenta que están tomadas durante un viaje en el que su agenda no le permitiría dedicarle el tiempo necesario y, aunque hay algunas carencias técnicas, las fotos tendrían un aprobado alto y apuntan a un futuro prometedor con la dedicación adecuada. Pero en las fotografías de sus hijos vemos un cambio sustancial, se centra en la belleza que ella percibe de sus hijos. Las composiciones se pierden, las fotos están torcidas, la luz no está meditada, porque lo único que pretende Kate es que veamos la belleza de los momentos, la alegría y la felicidad que le transmiten sus hijos, sin importar nada más que eso. Y esto se pone más de relieve cuando fotografía a los supervivientes del Holocausto, con la conclusión clara de que está mejorando como fotógrafa. En resumen, como cualquier artista, Kate Middleton nos cuenta a través de su obra un poco de sí misma: una mujer curiosa, con un ojo artístico educado, que ha sabido usar en su favor y atesorar los conocimientos de las diferentes etapas de su vida, que sigue intentando superarse en todo lo que hace y sobre todo que sus hijos son lo que más la siguen inspirando y conmoviendo".