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Don Juan Carlos y sus amistades peligrosas: de Mario Conde al rey de Baréin
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FAMILIA DEL REY

Don Juan Carlos y sus amistades peligrosas: de Mario Conde al rey de Baréin

En Zarzuela existían listados con los nombres de las personas que necesitaban un permiso previo para acceder y otras para las que bastaba su propia presencia

Foto: El rey Juan Carlos, con el emir de Baréin. (Getty)
El rey Juan Carlos, con el emir de Baréin. (Getty)

Sabino Fernández Campo, jefe de la Casa de Su Majestad, fue el Pepito Grillo de don Juan Carlos hasta que lo relevó por ejercer su censura ante ciertos personajes que rodeaban su vida privada. Los definía como “las amistades peligrosas”. Durante años fueron una especie de corte en paralelo que compartía negocios poco claros y, en algunos casos, eran incluso los administradores de la economía no pública del anterior jefe de Estado, caso de Manolo Prado y Colón de Carvajal.

El último en aparecer en esta lista de amigos y conocidos, poco recomendable para un monarca, ha sido Hamad bin Isa Al Jalifa, rey de Baréin, que supuestamente le obsequió con un maletín dentro del cual había 1,9 millones de dólares. Este dinero se consignó en una cuenta suiza en 2010 que ahora está siendo investigada por la Fiscalía suiza.

Esta relación del sultán del país del golfo Pérsico ha actualizado los nombres de esos 'amigos entrañables' que estuvieron tan cerca del monarca. Unos, como Mario Conde, facilitando la vida a parte de los miembros de la familia real como eran el conde de Barcelona y la infanta Pilar. El exbanquero y hombre todopoderoso en los años 90 tuvo una gran amistad con el padre del Rey, e incluso se llegó a decir que era quien se encargaba de pagar las facturas de la clínica de Navarra donde estuvo ingresado hasta su muerte don Juan.

placeholder Mario Conde, en una imagen de 2016. (EFE)
Mario Conde, en una imagen de 2016. (EFE)

Los enemigos del hoy comentarista televisivo aseguraban que era una manera de adorar el santo por la peana. El periodista José García Abad da por bueno esos pagos en especies a familiares directos en su libro 'La soledad del rey'.

Pase sin llamar

La infanta Pilar formó parte de la fundación de Banesto, una presencia que no era retribuida, pero antes él ofreció a la hermana del Rey ser consejera del banco. De nuevo, fue el general Fernández Campo el que se opuso a esa 'contratación' especial y el Rey, en esa ocasión, aceptó el consejo del funcionario. Don Juan Carlos tuvo una cuenta en una de las sucursales de Banesto que, cuando fue intervenido, tenía un descubierto de 150 millones de pesetas de 1993.

Conde, Javier de la Rosa, el príncipe Zourab Tchokotoua, Manolo Prado (conocido como el banquero del Rey) y los primos Alberto Alcocer y Alberto Cortina formaban parte de ese grupo poco recomendable que en su día rodeaban a don Juan Carlos. Ninguno de ellos necesitaba pedir audiencia: llamaban y entraban en palacio para sus encuentros con el monarca ahora jubilado.

placeholder Alberto Alcocer, en la Feria de San Isidro. (EFE)
Alberto Alcocer, en la Feria de San Isidro. (EFE)

En Zarzuela existían desde siempre (y ahora también) listados con los nombres de las personas que necesitaban un permiso previo para acceder al recinto y otras para las que bastaba su propia identificación presencial, como sucedía con Manolo Prado, al que definían como “jefe de la Casa de la Moneda”, en referencia a su influencia en la Casa.

Todos estos empresarios tuvieron problemas con la Justicia y acabaron con sentencias inculpatorias. Desde los gobiernos del PSOE y el PP se conocían ciertos desmanes, pero nunca se actuó para separar a esas amistades que traspasaron la legalidad. En aquellos años, los propios dirigentes aseguraban, con la boca pequeña en varias entrevistas en la revista 'Tiempo', que “regalar dinero al Rey no es delito, salvo que quien lo hace espere algo a cambio”.

Uno de los rumores que circulaban aquellos años fue cómo la presencia de don Juan Carlos en la inauguración del Club Las Lomas en Boadilla del Monte, invitado por su amigo Camilo Mira, que fue presidente de La Unión y el Fénix, hizo que la promoción de los terrenos y chalets se revalorizara.

Un Porsche y dos barcos

Javier de la Rosa y el escándalo KIO fue una de las situaciones más graves que se vivieron en Zarzuela por la relación del empresario con don Juan Carlos. Sabino Fernández Campo supo manejar la situación para que salpicara lo menos posible a la institución. No consiguió que determinados regalos importantes, como relojes para su colección o coches, fueran devueltos. Uno de ellos fue un Porsche deportivo que De la Rosa regaló al Rey por su cumpleaños. En este automóvil viajaban don Juan Carlos y la infanta Cristina en las navidades de 1990 camino de Baqueira cuando tuvieron un accidente. Fue entonces cuando se supo la identidad del dadivoso que le había regalado el coche de altísima gama al monarca.

Y si ahora ha llamado la atención el regalo del rey de Baréin, antes que él fue el rey Fahd de Arabia Saudí quien quiso tener atenciones con su “hermano” de España. Los dos primeros barcos en los que navegaba don Juan Carlos en sus veranos de Mallorca eran un obsequio de Fahd bin Abdelaziz al-Saud, que pasaba los meses de agosto hasta septiembre en su impresionante palacio de Marbella.

placeholder Sabino Fernández Campo, junto al Rey. (EFE)
Sabino Fernández Campo, junto al Rey. (EFE)

Otro de los nombres que formaban parte (y también en la actualidad) del listado de amigos complicados es el magnate libanés Abdul Rahman El Assir, excuñado de Adnan Khashoggi, ya que estuvo casado, en primeras nupcias, con la hermana de este, Samira. Contrajo matrimonio por segunda vez con María Fernández Longoria, de la que se divorció. A este personaje se le ha relacionado, en la prensa nacional e internacional, con el tráfico de armas a gran escala y tuvo problemas judiciales con la Hacienda española. El Confidencial publicaba la noticia: estaba acusado de dos delitos fiscales por los que habría defraudado 14,78 millones de euros. Don Juan Carlos era uno de los invitados preferentes en las monterías organizadas por él y por los primos Cortina-Alcocer.

Durante todos esos años no era un secreto cómo esas amistades peligrosas se beneficiaban de su amistad con el jefe del Estado y a la inversa. El rey de Baréin es uno más.

Sabino Fernández Campo, jefe de la Casa de Su Majestad, fue el Pepito Grillo de don Juan Carlos hasta que lo relevó por ejercer su censura ante ciertos personajes que rodeaban su vida privada. Los definía como “las amistades peligrosas”. Durante años fueron una especie de corte en paralelo que compartía negocios poco claros y, en algunos casos, eran incluso los administradores de la economía no pública del anterior jefe de Estado, caso de Manolo Prado y Colón de Carvajal.

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