Iñaki Urdangarin logra esquivar las nuevas restricciones penitenciarias por el covid-19

Poder ver la luz sin mirar hacia arriba, ese pequeño detalle, se ha convertido en todo un mundo en la vida de Iñaki Urdangarin. Siempre los detalles. Las salidas de prisión para realizar su voluntariado, cada lunes, miércoles y viernes, son el momento en el que el marido de la infanta Cristina puede ver el sol de frente, sin buscarlo en el cielo del patio de prisión. Unas salidas que forman parte de su régimen penitenciario por el artículo 117 de la normativa que lo regula, según nos informa Instituciones Penitenciarias, así que podrá seguir con sus tareas de voluntario pese a que el Gobierno ha decidido poner las cárceles en confinamiento.

Urdangarin logra así esquivar las restricciones penitenciarias y podrá seguir mirando al sol de frente tres veces a la semana. Eso sí, no podrá disfrutar ni de permisos ni de visitas.

La dirección general de Instituciones Penitenciarias ha prohibido todo contacto de los presos con el exterior por motivos sanitarios, a excepción de quienes se rigen por el artículo 117 y el 110.2, que les permiten salir de prisión como una manera de cumplir su condena, tal y como nos informan desde la misma dirección general. Esto da un respiro a Urdangarin, quien vive “uno de sus peores momentos”, dicen desde su entorno, tras haber visto cómo el tribunal de Palma de Mallorca le denegaba el tercer grado. Siempre le quedará Don Orione, al menos por el momento.

El lunes, en Don Orione

La norma del Gobierno entró en vigor el lunes 9 de noviembre, el mismo día en el que el exduque de Palma salía del centro penitenciario de Brieva en dirección a Pozuelo de Alarcón, donde está el Hogar Don Orione. Allí estuvo todo el día, tal y como nos confirman desde el centro.

La orden señala: “Se suprimen las comunicaciones especiales de los internos reguladas en el artículo 45 del Reglamento Penitenciario. Es decir: las comunicaciones familiares, íntimas y de convivencia. Se restringen las comunicaciones ordinarias, por locutorio, al 50%, con dos comunicantes por interno como máximo. El horario se extenderá a todos los días de la semana, con obligación de desinfectar los locutorios después de cada turno de comunicación. Se suspenden los permisos de salida y las salidas programadas de los internos”.

Las medidas, según un comunicado de Instituciones Penitenciarias, tienen “una vigencia inicial de tres semanas a contar desde su entrada en vigor el lunes [9 de noviembre]”. Además, “afectan a todos los centros de la Administración General del Estado salvo los de Canarias y Baleares”.

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Desde Vanitatis hemos preguntado a Don Orione y su responsable, Ana María Moral, se ha mostrado sorprendida porque Urdangarin estuvo este lunes en el centro. “Es muy raro, nadie nos ha informado, no por ahora, y suelen decírnoslo con tiempo, para que nos podamos reoganizar -dice-. Ayer [por el lunes] vino un voluntario, bueno, estuvo aquí Iñaki Urdangarin, es muy raro, entiendo que tanto los presos como nuestros residentes tienen que protegerse del virus pero suelen avisarnos con tiempo”. Tras la aclaración de Instituciones Penitenciarias, en el centro han comprendido que se trataba de un malentendido y esperan a Urdangarin este mismo miércoles.

Videollamadas

Para paliar las restricciones carcelarias, por su parte, el Gobierno “ha aumentado el número de llamadas telefónicas a las que tienen derecho los internos y se ha potenciado el sistema de videollamadas”. Además, “a partir del mes de diciembre, comenzará a funcionar en pruebas un sistema de cabinas para poder realizar las videollamadas. Estas cabinas permitirán además enviar mensajes de voz y el pago a cobro revertido. Se espera que a lo largo de 2021 el sistema de videocabinas esté implantado en todos los centros dependientes de la Administración central”.

El último permiso penitenciario de Urdangarin fue hace dos semanas, cuando se reunió con su mujer y sus hijos Pablo e Irene en Barcelona. En ese momento, la familia se alojó en casa de Marta Mas, en Cabrils (Maresme), en plena ola de restricciones de la Generalitat. Sin restaurantes ni bares abiertos, sin entrenamiento para Pablo en el Barça, el matrimonio y sus hijos hicieron vida casera. La última noche de su permiso incluso celebró una cena con amigos para despedirse. Ahora, con el nuevo confinamiento penitenciario, Urdangarin podrá ir a Don Orione, pero no podrá disfrutar ni de sus permisos ni de las visitas de los suyos. No al menos hasta dentro de tres semanas.