Del pin al guiño a Leonor: los mensajes ocultos del rey Felipe en el aniversario del 23-F

Era la una en punto de la tarde cuando el vehículo oficial del rey Felipe subía la carrera de San Jerónimo hasta la puerta del Congreso de los Diputados, en una jornada soleada en la que no ha faltado el público arremolinado en frente del hemiciclo. Se cumplen este martes 40 años de aquel 23-F de 1981, del intento de golpe de Estado por el que se tambalearon los cimientos de la democracia, conseguida solo unos años antes. Y el monarca ha querido asistir, en esta ocasión sin la reina Letizia, a este acto conmemorativo, en el que le han acompañado representantes de los tres poderes, así como diferentes líderes políticos. Y aunque ha sido una cita muy protocolaria y solemne, también ha habido hueco para descifrar algunos mensajes ocultos del Rey, dirigidos especialmente a don Juan Carlos y a su hija mayor, la princesa Leonor.

El primero de ellos se ha visto con la llegada del rey Felipe, que lucía un traje negro, con una raya diplomática casi imperceptible y una corbata en azul claro. No es un color elegido al azar: se trata del color del guion y el estandarte militar de la princesa Leonor. Un símbolo que el monarca encargaba a la Real Academia de Historia en 2015, coincidiendo con el décimo cumpleaños de su hija mayor, y que la heredera estrenaba en 2016, luciéndolo en el vehículo que la trasladaba hasta el desfile militar con motivo de la Fiesta Nacional.

Otro detalle que no hemos podido pasar por alto ha sido la insignia que don Felipe llevaba prendida en la solapa. Se trata de una pieza que ya le hemos visto en más ocasiones muy significativas, como el 40º aniversario de las primeras elecciones de la democracia; la última toma de posesión del presidente del Gobierno y los ministros, en febrero del año pasado; o, más simbólico aún, el 40º aniversario de la Constitución, un acto celebrado también en el Congreso y al que asistió el rey Juan Carlos, quien ese día lució la misma insignia que su hijo.

No fue una simple coincidencia ni una elección al azar. Así nos lo cuenta el escritor e historiador Ricardo Mateos Sainz de Medrano, colaborador de Vanitatis: "Se trata de una miniatura de la Real Orden de Carlos III. Es una importante orden dinástica -ahora del Estado- y la segunda en importancia despues del Toisón". Nos aclara el mensaje que quiere mandar Felipe VI a través de esta elección: "Hay que tener en cuenta que un retrato de Carlos III -el rey culto e ilustrado que la creó- es el que ha colocado el rey Felipe en su despacho. Símbolo de prosperidad, concordia, ilustración y buen gobierno".

Colores y guiños a un lado, tampoco nos ha pasado desapercibido el detalle que ha tenido el rey Felipe antes de acceder al Congreso. Tras saludar a las autoridades, entre ellas al presidente del Gobierno y la presidenta del Congreso, ha tenido lugar la foto de rigor en la escalinata principal. Después de posar para los gráficos, el monarca no ha dudado en saltarse ligeramente el protocolo y acercarse unos metros al público, dando las gracias por los gritos de "¡viva el Rey!", llevándose la mano al pecho. También se ha salido ligeramente del guion justo antes de entrar al edificio por la emblemática Puerta de los Leones, girándose de nuevo para saludar.

Pero ha sido durante el acto cuando ha tenido el recuerdo más significativo hacia el rey Juan Carlos. Don Felipe tomaba la palabra tras Meritxell Batet, presidenta del Congreso, y no ha querido obviar la importancia que tuvo el rey Juan Carlos en la defensa de las libertades aquella noche del 23-F: "Asumió como jefe del Estado su responsabilidad y su compromiso con la Constitución", ha dicho el monarca en su discurso, ensalzando una "firmeza y autoridad que fueron determinantes para la defensa y el triunfo de la democracia".