Máxima de Holanda se convierte en la ninfa Dafne en su segundo día en Alemania

No, no estamos ante una recreación del mito de Apolo y Dafne, ni tampoco viendo la famosa escultura de Bernini que se encuentra en la galería Borghese de Roma. Es Máxima de Holanda con uno de esos tocados imposibles que tanto la caracterizan. Los reyes de los Países Bajos están realizando una visita de Estado a Alemania, y para su segundo día en el país la argentina ha demostrado por qué es la reina de estos complementos con un diseño con el que, por unas horas, se ha convertido en una ninfa de la mitología griega.

Si en su primer día la reina deslumbraba con un vestido blanco de Natan con una bonita historia para los actos de la mañana y luego con un diseño de Jan Taminiau y una de las mejores tiaras del joyero de los Orange para la cena de gala, siendo la primera royal que lleva tiara tras el inicio de la pandemia -tenía que ser ella, ¿quién si no?-, este martes Máxima no ha dejado a nadie indiferente en su visita al Bundestag, el Parlamento Federal alemán.

Cuentan que fue un día de primavera del 2019 cuando, mientras iba de compras con su madre por La Haya, Máxima se enamoró de este tocado de Berry Rutjes. No tardó en concertar una cita y pedir que diseñaran el mismo modelo que había visto en color beis para lucirlo en una gran cita: su debut en las carreras de Ascot, acto en el que estuvo con la reina Isabel y los duques de Cambridge, y en el que por primera vez encarnó a Dafne.

El mito en cuestión cuenta que Apolo fue castigado por el dios Eros, el del amor, por burlarse de él y decidió lanzar dos flechas, una de oro con la punta de diamante que incitaba al amor y otra de hierro con la punta revestida con plomo que incitaba al odio. Eros disparó a Apolo con la de diamante y a Dafne con la de plomo. Fue entonces cuando el dios empezó a perseguirla y la ninfa, mientras huía, recibió la ayuda de su padre, quien la convirtió en un laurel. La famosa escultura de Bernini representa el preciso momento en el que Dafne se convierte en un árbol.

La reina ha combinado el tocado con el mismo vestido que lució en Ascot. Un diseño midi de Natan con escote cerrado plisado y manga larga, salones de ante de Gianvito Rossi y cartera de mano a juego. Esta noche volveremos a verla de tiros largos, ya que los reyes han organizado en honor a sus anfitriones un concierto a cargo de la Royal Concertgebouw Orchestra, la ópera de los Países Bajos.

Está claro que Máxima nunca defrauda, ya sea por la noche, luciendo la tiara Stuart y con un impresionante vestido de gala de Jan Taminiau, o de día, con este tocado que solo ella puede defender tan bien.