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El marido de Eugenia de York no es el único: las otras grandes pilladas 'royals'
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El marido de Eugenia de York no es el único: las otras grandes pilladas 'royals'

Ha habido muchas y muy grandes pilladas royals en la realeza europea. Todas tienen en común que acabaron en una portada e hicieron temblar, e incluso destruyeron, relaciones

Foto: Jack Brooksbank y Eugenia de York, el día de su boda. (EFE)
Jack Brooksbank y Eugenia de York, el día de su boda. (EFE)

Un viaje a Capri en solitario, una jornada en yate y tres modelos como compañía. Han bastado estos elementos para que salte el escándalo en Reino Unido, a pesar de que al protagonista de las fotos de la polémica no se le puede acusar de ningún desliz, al menos delante de los objetivos. Hablamos del marido de Eugenia de York, Jack Brooksbank, que se lo ha pasado muy bien durante un viaje para promocionar su marca de tequila. Hasta ahí todo en orden, si no fuera porque esas imágenes en las que se lo está pasando tan bien han servido para poner en duda su comportamiento, recordando el hecho de que su mujer se ha quedado sola con su bebé de apenas seis meses.

Claro que Jack sabe muy bien cómo va eso de las 'pilladas reales' y seguramente sabe por boca de su propia pareja que es algo habitual. Los objetivos están ahí casi siempre o casi siempre que hay una celebridad, y si es un royal, el premio parece doble. La propia Eugenia ha ha sido víctima de los objetivos indiscretos, así como muchos otros miembros de la familia Windsor. Pero no son los únicos: ha habido muchas y muy grandes pilladas en la realeza europea. Y todas tienen en común que acabaron en una portada e hicieron temblar, e incluso destruyeron, relaciones.

placeholder Jack Brooksbank y Eugenia de York. (Reuters)
Jack Brooksbank y Eugenia de York. (Reuters)

Sin salirnos del hogar de Eugenia de York y Jack, no podemos olvidar cómo los fotógrafos captaron un día de playa de la princesa junto a una amiga. Una amiga que no quiso quedarse con las ganas de saber qué tacto tenían los pechos reales de la nieta de Isabel II. Así que la foto, más allá de que no indicaba que hubiera ninguna relación entre ellas, no podía ser más explícita. Mucho más polémica fue la de su primo, el príncipe Harry, sorprendido mientras jugaba al billar completamente desnudo en Las Vegas. Y el siempre admirado príncipe Guillermo tampoco se ha librado: en 2017, se desató bailando en un club nocturno de la estación suiza de Vebier. El problema es que hubo clientes del club que quisieron hacer negocio con sus fotos. Y lo lograron, ya que se publicaron en los principales tabloides británicos.

Pero quizá la gran pillada royal, siguiendo en suelo británico, fue la que protagonizó Sarah Ferguson hace casi tres décadas. Los duques de York se habían separado en marzo de 1992 y, solo unos meses después, Fergie protagonizó uno de los grandes escándalos de la monarquía británica, cuando fue sorprendida de vacaciones en una villa en Francia, junto al millonario John Bryan. Además de que era la primera vez que se la veía con otro hombre que no era el príncipe Andrés, la imagen del millonario chupándole el dedo gordo del pie fue y sigue siendo muy comentada.

placeholder La portada de Sarah Ferguson.
La portada de Sarah Ferguson.

Un escenario parecido al de la imagen que hizo temblar los cimientos de la casa principesca de Mónaco. Porque junto a los Windsor, son los más prolíficos en cuanto a pilladas. Y hay una que aún se recuerda, la madre de todas las pilladas. Estefanía de Mónaco y Daniel Ducruet eran una pareja feliz, a pesar de las reticencias que el príncipe Rainiero siempre tuvo hacia el que fuera guardaespaldas de su hija. Llevaban un año casados y tenían dos hijos. Todo era perfecto hasta que se publicaron unas fotografías de él con una bailarina de striptease en una piscina. Y no estaban bailando precisamente. La ruptura de la pareja tras este escándalo fue inminente.

Otro que protagonizó unas imágenes que dejaban poco lugar a las dudas, pero que no tuvieron el mismo resultado fue Pierre Casiraghi. Llevaba pocos meses casado con Beatrice Borromeo, cuando los paparazzi le captaron con una morena muy cariñosa. Más que el beso en sí que le daba la chica, lo sospechoso eran las circunstancias de la imagen, tomada con nocturnidad.

placeholder La portada de Pierre Casiraghi.
La portada de Pierre Casiraghi.

Y si los Grimaldi son prolíficos en esto de las pilladas in fraganti, quizá la que más es Charlène de Mónaco. En 2014, en un viaje solidario al Caribe, también tuvo tiempo para pasárselo muy, muy bien. Y fue sorprendida, cómo no, en alta mar, disfrutando de una divertida fiesta en un yate, en la que no faltó el alcohol y mucho cariño para sus anfitriones. La imagen no hubiera ido más allá si no fuera porque Charlène ya apuntaba maneras en lo de no molestarse en disimular que lo de la vida pública de Mónaco no le gustaba nada.

placeholder La portada de 'Bunte' con la fiesta caribeña de Charlène.
La portada de 'Bunte' con la fiesta caribeña de Charlène.

Lo mejor de todo es que no es la primera vez que ha hecho algo así. Otra fiesta, en 2018, también dio mucho que hablar. El escenario fue otro yate, esta vez propiedad de Philip Green, dueño de Topshop. Bailó con los invitados, derrochó simpatía -esa que no le salía en actos oficiales- y no paró de beber un líquido transparente -no seremos nosotros los que digamos que era alcohol-. Y claro, su actitud junto a Alberto de Mónaco y en Palacio era bien distinta a la de esta fiesta, de ahí que estas imágenes fueran tan comentadas. Tanto como lo fue el vídeo en el que aparecía disfrutando de un partido de rugby de la selección de Sudáfrica en un bar, en el que incluso llegó a tirar alguna que otra cerveza.

Otra portada polémica fue la que protagonizaron Mary de Dinamarca y su cuñado, con una foto en la que parecían a punto de darse un beso. Si fue una 'cobra', una imagen producto del ángulo en el que fue tomada o realmente hubo acercamiento, solo ellos lo saben. Pero dio pie a que se hablara de que el príncipe Joaquín estaba enamorado en secreto de la esposa de su hermano.

Un viaje a Capri en solitario, una jornada en yate y tres modelos como compañía. Han bastado estos elementos para que salte el escándalo en Reino Unido, a pesar de que al protagonista de las fotos de la polémica no se le puede acusar de ningún desliz, al menos delante de los objetivos. Hablamos del marido de Eugenia de York, Jack Brooksbank, que se lo ha pasado muy bien durante un viaje para promocionar su marca de tequila. Hasta ahí todo en orden, si no fuera porque esas imágenes en las que se lo está pasando tan bien han servido para poner en duda su comportamiento, recordando el hecho de que su mujer se ha quedado sola con su bebé de apenas seis meses.

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