Guillermo y Kate llegan a Jamaica: viento, vibrantes estrenos y anfitriones hostiles

Cuarta jornada de los duques de Cambridge en el Caribe y segunda parada de este tour real que están realizando con motivo del jubileo de platino de la reina Isabel II. Dos horas después de despedirse de Belice, el primer alto en el camino de esta gira, el príncipe Guillermo y Kate Middleton llegaban a Jamaica, quizá la etapa más difícil de este viaje. Y no solo por los pequeños problemas que han tenido al aterrizar y con el viento, sino por las protestas que llevan días sucediéndose en diferentes puntos del país ante su visita y que además también se encontraron en el arranque de esta gira.

Pero antes aún nos esperaba una sorpresa sobre su etapa en Belice. Habíamos visto a la pareja en una granja de cacao sostenible, en la residencia del primer ministro, en unas ruinas arqueológicas o en una recepción en la que Kate Middleton, como es habitual, brilló. Pero lo que no sabíamos es que se habían atrevido con el buceo. Las redes sociales del palacio de Kensington han sido las que nos han 'chivado' esta actividad que desarrollaban el pasado domingo en South Water Caye, para poder ver de cerca y bajo el agua la segunda barrera de coral más grande del mundo.

Ha sido un viaje muy intenso que ha tenido su despedida en la tarde de este martes. Guillermo y Kate tenían que decir adiós a sus primeros anfitriones en el aeropuerto para poner rumbo a Jamaica y encontrarse con los segundos. Y allí han sido despedidos con todos los honores, con alfombra roja incluida y flanqueados por miembros de la Fuerza de Defensa de Belice y del destacamento de la Policía, que también interpretaban el himno nacional mientras los Cambridge subían la escalerilla del avión real y saludaban antes de entrar en la cabina.

Para esta despedida, Kate elegía los colores rojo y blanco, luciendo una chaqueta vintage de Yves Saint Laurent que compró durante sus años universitarios. Un pequeño bolso de mano a juego con los zapatos, de la firma Aquazzura, completaba el look. Y dos horas después, hemos comprobado que la duquesa de Cambridge es una mujer bastante práctica, ya que no ha querido sacar otro calzado de su maleta y se ha dejado estos zapatos blancos para su llegada al aeropuerto de la capital jamaicana.

Y si nos deslumbraba con el vestido de gala en color rosa para la última cita nocturna que tuvo en Belice, tampoco es que Kate Middleton se haya quedado atrás en su primera aparición en Jamaica. Su elección, un vestido de la firma Roksanda, ya conocida en su armario, vaporoso y con un original lazo al cuello. Pero lo mejor era el color: un vibrante amarillo con el que estaba espectacular bajo el sol de esta isla caribeña. Por supuesto, era su particular guiño a la bandera del país anfitrión, como ya hizo en Belice con el dos piezas en azul eléctrico en claro homenaje a la tierra que los iba a acoger durante cuatro días.

Eso sí, la tela del vestido le ha traído algún que otro problema a la duquesa de Cambridge. El viento a su llegada era bastante fuerte. De hecho, el avión de la RAF ha tenido que dar dos vueltas antes de conseguir aterrizar, además de que todos los presentes temían por el estado de la carpa donde ha tenido lugar el recibimiento oficial, con discurso del príncipe Guillermo de agradecimiento incluido. Así que ha sucedido lo que suele pasar cuando hay una combinación de viento y tela ligera: la falda parecía que iba por libre y Kate Middleton ha tenido que sujetarla constantemente para no enseñar más de la cuenta durante la recepción, como ya le ha pasado en alguna ocasión.

Mucho más calmada ha sido su siguiente cita, en la residencia oficial del gobernador de Jamaica, que ha recibido a la pareja junto a su esposa. Un encuentro mucho más tranquilo y en el que seguro han tenido ocasión de poner sobre la mesa esas protestas que hacen que esta etapa de la gira real sea la más difícil que les espera. Porque varios grupos han solicitado estos días que la monarquía británica pida disculpas por los años del colonialismo y esclavitud que costaron "sangre, sudor y lágrimas" a los jamaicanos.

La defensora de los derechos humanos de Jamaica, Opal Adisa, organizaba una protesta frente al edificio de la Alta Comisión Británica en Kingston poco antes de que los Cambridge aterrizaran. El objetivo, que la Corona pague por los abusos a los que sometieron en su momento a los ciudadanos del país caribeño. Pero, además, la coalición Advocates Network, que une a políticos, líderes empresariales, médicos y músicos del país ha escrito una carta abierta que detalla 60 razones por las que la monarquía debería compensar a Jamaica para conmemorar el 60º aniversario de la independencia del país.

Así que no se puede negar que a los duques de Cambridge les ha recibido un ambiente un tanto hostil, a pesar de las palabras del príncipe Guillermo en el aeropuerto y del vibrante amarillo de Kate Middleton en homenaje a la bandera en su llegada a Jamaica.