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El Palacio Real de Aranjuez: el sueño de Felipe II que ensombrece a Versalles
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El Palacio Real de Aranjuez: el sueño de Felipe II que ensombrece a Versalles

Descubre qué se esconde tras este espectacular escenario, digno de reyes y reinas. El Palacio Real de Aranjuez es un tesoro histórico que ya deberías conocer

Foto: Historia, arte y leyendas se unen en el espectacular Palacio Real de Aranjuez. (Cortesía/Patrimonio Nacional)
Historia, arte y leyendas se unen en el espectacular Palacio Real de Aranjuez. (Cortesía/Patrimonio Nacional)

A lo largo de los siglos, las residencias reales han estado a disposición de unos cuantos visitantes privilegiados. Por suerte, esto ha cambiado en los últimos años, convirtiéndose en focos turísticos abiertos a todos los ciudadanos. Así, podemos disfrutar del encanto de espacios casi desconocidos como la Casita del Infante, donde vivió su soltería el rey Juan Carlos, o descubrir el origen del palacio de Buckhingham (que se mantiene en sus tareas oficiales).

Una ruta cultural y palaciega nos lleva hoy hasta el sur de Madrid para conocer la historia del Palacio Real de Aranjuez. Un espacio de increíble valor artístico, cultural y ecológico que aún es un gran desconocido para muchos. Un 'Real Sitio' que forma parte del Paisaje Cultural de Aranjuez, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO.

placeholder Descubre el Palacio Real de Aranjuez. (Patrimonio Nacional/Cortesía)
Descubre el Palacio Real de Aranjuez. (Patrimonio Nacional/Cortesía)

A orillas del río Tajo y del río Jarama, esta localidad madrileña estuvo muy influenciada por el poder religioso, ya que los grandes maestres de la Orden de Santiago tenían aquí varios palacios desde el siglo XI y XII. Por ello, cuando la reina Isabel la Católica asimiló para ella (y sus herederos) el título de gran maestre de esta orden, todos los territorios de Aranjuez quedaron unidos a la corona. Incluyendo los diferentes palacios y casas de campo.

Un enclave que su nieto, Carlos I, quiso convertir en una villa de campo al estilo italiano. Aunque sería el hijo de este, Felipe II, quien comenzaría el gran Palacio Real que tenemos hoy. Para ello, encargó al arquitecto Juan Bautista de Toledo el trazado de zonas arboladas, jardines y cultivos en torno al edificio central: el palacio.

placeholder Óleo del Palacio Real de Aranjuez original del Museo del Prado. (Aranjuez Turismo/Cortesía)
Óleo del Palacio Real de Aranjuez original del Museo del Prado. (Aranjuez Turismo/Cortesía)

Felipe II ordenó construir este espacio sobre la antigua Casa Maestral de la Orden de Santiago para pasar la primavera aquí. A medio camino entre Madrid y Toledo, cercano al río y rodeado de cultivos, era el lugar perfecto para que la corte huyera del calor. Bautista de Toledo comenzó a diseñar en 1564 un palacio de estilo clásico renacentista castellano. Alternó la piedra blanca y el ladrillo, que tanto se ve en los edificios de la dinastía de los Austrias.

Un plan que continúo Juan de Herrera (el mismo arquitecto del monasterio de El Escorial) tras el fallecimiento de Juan Bautista de Toledo. Aunque el sueño de Felipe II en Aranjuez iba más allá. Además de crear el espectacular palacio de campo, los jardines y campos se diseñaron bajo su total supervisión, se introdujeron muchas plantas de América y creó un sistema de presas para el Tajo. Un río que quiso convertir en navegable para unir Aranjuez con el océano Atlántico.

placeholder Las escaleras principales del Palacio Real de Aranjuez. (Patrimonio Nacional/Cortesía)
Las escaleras principales del Palacio Real de Aranjuez. (Patrimonio Nacional/Cortesía)

Los posteriores monarcas continuarían usando la 'discreta' casita que Felipe II mandó construir. Aunque fue Felipe V, que encargó el Palacio Real de Madrid, quien devolvió todo su esplendor a esta zona. Comenzó una reforma en el año 1715, Carlos III le encargó a Francisco de Sabatini dos nuevas alas que le dan su característica forma de 'U' y finalmente se completó con Fernando VII.

Aunque fue otro rey el que tuvo mucha importancia en la historia de Aranjuez. Fernando VI sería quien convirtió este emplazamiento en ciudad. Hasta entonces su vida se veía supeditada a la corte.

placeholder Descubre los encantos del Palacio Real de Aranjuez. (Instagram/@aranjuezturismooficial)
Descubre los encantos del Palacio Real de Aranjuez. (Instagram/@aranjuezturismooficial)

Apenas unas cuentas casas rodeaban el palacio, todas ellas dedicadas al servicio del mismo, y por orden de Felipe II no se podía construir. Por lo que sus habitantes originales vivían en condiciones muy difíciles. Sería el monarca, marido de la reina Bárbara de Braganza (gran impulsora de la construcción del Convento de las Salesas Reales de Madrid), quien comenzaría a permitir su urbanización legal.

Así, el Palacio Real de Aranjuez ha sido protagonista de multitud de eventos políticos, culturales y sociales en sus más de 450 años de historia, como la primera llamada de la telefónica de la realeza, realizada entre Alfonso XII y María de las Mercedes en la víspera de su boda. Además de ser la residencia para los jefes de Estado extranjeros en sus visitas oficiales, que después pasó a ser el Palacio de El Pardo.

placeholder La sala de porcelana del Palacio Real de Aranjuez. (Patrimonio Nacional/Cortesía)
La sala de porcelana del Palacio Real de Aranjuez. (Patrimonio Nacional/Cortesía)

Hemos hablado de su arquitectura, pero no de su rico interior. La marcada sobriedad de la época de los Austrias cambió con las modas de la dinastía de los Borbón, como se puede ver en muchos otros espacios. Así, la decoración que ha llegado a nuestros días (y que se puede visitar) es sobre todo en la etapa borbónica. Destacan espacios como los del tocador de la reina, el salón de baile, el gabinete árabe, el chinesco o el de porcelana.

Precisamente este último es uno de los espacios más espectaculares del palacio real arancetano. Realizado por la Real Fábrica de Porcelana del Palacio del Buen Retiro, el gabinete de porcelana fue encargado por el rey Carlos III a Giuseppe Gricci, aunque su origen se remonta a la reina Isabel de Farnesio.

placeholder Descubre la sala de los espejos del Palacio Real de Aranjuez. (Patrimonio Nacional/Cortesía)
Descubre la sala de los espejos del Palacio Real de Aranjuez. (Patrimonio Nacional/Cortesía)

Destaca también la enigmática sala de los espejos, o pieza de vestir del rey. Una cámara de Carlos II repleta de pinturas mitológicas y alegóricas de Luca Giordano que resalta por (como su nombre indica) sus grandes espejos. Decorados con piezas de orfebrería que son joyas en sí mismas.

Sin olvidarnos del Museo de la Vida en Palacio, donde se recogen ropajes, utensilios, juguetes, coches o joyas desde la época de Felipe V. Un espacio que cobró protagonismo recientemente por la visita de 'Maestros de la Costura' para rendir homenaje al armario de la reina Victoria Eugenia. Allí también encontramos el vestido de novia de la reina Letizia o el traje que lucía el rey Felipe VI cuando juró la Constitución.

placeholder La Casa del Labrador, dentro del conjunto arquitectónico y verde del Palacio Real de Aranjuez. (Patrimonio Nacional/Cortesía)
La Casa del Labrador, dentro del conjunto arquitectónico y verde del Palacio Real de Aranjuez. (Patrimonio Nacional/Cortesía)

Podríamos hablar mucho más sobre el interior de este precioso edificio palaciego, pero es que este conjunto guarda muchos más secretos. Por ejemplo, la Casa del Labrador, una casa de campo, dentro de los Jardines del Príncipe, y creada del modo más lujoso por Juan de Villanueva para Carlos IV. Sin olvidarnos de mencionar el Museo de las Falúas reales. Las embarcaciones fluviales de ocio que los reyes y los nobles usaban como atracción para navegar por el Tajo.

Queda demostrado que las numerosas construcciones y espacios que rodean el Palacio Real de Aranjuez son espectaculares, como el Embarcadero Real o el Castillo 1806 (antiguo refugió para las cacerías y ahora un restaurante), por mencionar solo unas cuantas.

placeholder Disfruta paseando por los jardines del Palacio Real de Aranjuez. (Patrimonio Nacional/Cortesía)
Disfruta paseando por los jardines del Palacio Real de Aranjuez. (Patrimonio Nacional/Cortesía)

Sin embargo, si algo brilla por encima de este palacio ribereño son sus jardines. Los del Palacio de Versalles o el Palacio de la Granja de San Ildefonso son espectaculares, pero el tamaño y diferentes estilos de los de Aranjuez hacen que sea difícil no sentir predilección por ellos.

Regresamos a Felipe II, un rey muy aficionado a la jardinería y el estudio de la agricultura, para hablar de su especial hincapié en crear jardines en esta zona. Él comenzó con la creación del Jardín del Rey. Un área verde de estilo italiano que está oculto tras los muros del palacio, quedando para el uso exclusivo del monarca. Un rincón que cuenta con un gemelo, el Jardín de la Reina, en la zona norte del palacio.

placeholder Piérdete por los jardines del Palacio Real de Aranjuez. (Instagram/@aranjuezturismooficial)
Piérdete por los jardines del Palacio Real de Aranjuez. (Instagram/@aranjuezturismooficial)

Felipe II fue también el artífice del Jardín de la Isla, junto al Palacio Real de Aranjuez. De estilo renacentista italo-flamenco, fue su padre, Carlos I, quien quería construir aquí un espacio verde. Cuenta con especies florales de todas las partes del mundo, diversas fuentes originadas a lo largo de los siglos y un mirador sobre el río Tajo (entre otros detalles).

Nos encontramos también con el Jardín del Parterre, de diseño francés, con paseos e islas de vegetación de estilo romántico. Original de la época de Felipe V, es una zona de transición entre el palacio y la ciudad, en la que destaca su famosa fuente de Hércules y Anteo. Aunque es el Jardín del Príncipe el más extenso de este conjunto palaciego y de todo Aranjuez.

placeholder Descubre los encantos del Palacio Real de Aranjuez. (Instagram/@aranjuezturismooficial)
Descubre los encantos del Palacio Real de Aranjuez. (Instagram/@aranjuezturismooficial)

Creado por Carlos IV, en su etapa como heredero a la Corona, se incluye en su interior el área de la huerta (de la época de Felipe II), el Gran Pabellón, el embarcadero de falúas o los chinescos (edificaciones que unen el mundo clásico con el oriental) y la mencionada Casa del Labrador. Todos ellos, con una increíble riqueza de floral y de fauna, como el árbol singular Plátano de la Huerta del Infante, en el Jardín de la Isla, con más de 220 años de antigüedad.

Podríamos seguir enumerando muchas más razones para descubrir o redescubrir el Palacio Real de Aranjuez, pero no queremos hacerte más spoilers. Llegó la hora de ver por ti mismo este enclave de reyes y reinas. Casi 500 años conquistando a lugareños y visitantes que se acercan hasta este enclave Patrimonio de la Humanidad.

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A lo largo de los siglos, las residencias reales han estado a disposición de unos cuantos visitantes privilegiados. Por suerte, esto ha cambiado en los últimos años, convirtiéndose en focos turísticos abiertos a todos los ciudadanos. Así, podemos disfrutar del encanto de espacios casi desconocidos como la Casita del Infante, donde vivió su soltería el rey Juan Carlos, o descubrir el origen del palacio de Buckhingham (que se mantiene en sus tareas oficiales).

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