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La Casa Real británica avisó a la española de que los cuatro reyes se sentarían juntos unas horas antes del funeral
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ADIÓS A ISABEL II

La Casa Real británica avisó a la española de que los cuatro reyes se sentarían juntos unas horas antes del funeral

Fue la misma mañana del lunes cuando los reyes Felipe VI y Letizia supieron cómo iban a sentarse en la abadía de Westminster: en la segunda fila y con los reyes eméritos a su lado

Foto: Don Felipe, doña Letizia, don Juan Carlos y doña Sofía, en el funeral de Isabel II. (Gtres)
Don Felipe, doña Letizia, don Juan Carlos y doña Sofía, en el funeral de Isabel II. (Gtres)

La Casa Real británica informó a la española, con tan solo unas horas de antelación, de la disposición de los invitados en el funeral de Isabel II. Fue el lunes por la mañana, poco antes de que empezara el sepelio, cuando la Casa Real española fue consciente de que los cuatro reyes se sentarían juntos, tal como ha podido confirmar Vanitatis.

El protocolo, la organización y la logística del funeral correspondían a las autoridades británicas, tal y como señalan desde el Palacio de la Zarzuela. Esta es la idea que han repetido, además, a lo largo de toda la semana previa a la ceremonia. Al menos de forma oficial. De este modo, quedaba claro que todos los detalles habían dependido solamente de la organización. Felipe VI y Letizia se sentaron en la abadía de Westminster en la segunda fila, con los reyes eméritos a su lado.

placeholder Los miembros de la realeza, ante el féretro de Isabel II. (Reuters/Gareth Fuller)
Los miembros de la realeza, ante el féretro de Isabel II. (Reuters/Gareth Fuller)

La Casa Real británica propició así una de las imágenes más esperadas por los medios españoles: la fotografía que creíamos que no íbamos a ver. Nadie pudo hacer nada para evitarlo y tampoco se intentó. Los actuales Reyes y quienes les precedieron conocen el estricto protocolo británico y lo aceptaron sin dudarlo. La presencia de don Juan Carlos en el funeral de la reina Isabel II tampoco ha dependido, insisten desde Zarzuela, de las autoridades españolas. La invitación llegó al monarca vía la embajada española en Londres y él aceptó la cortesía. Y lo hizo, según cuentan desde su entorno más cercano, “ilusionado”. Ilusionado por poder despedirse en persona de su ‘prima’ Lilibeth.

La invitación alteraba, además, la monotonía en su día a día en Abu Dabi. Esta es una de las pocas ocasiones que ha tenido en los dos últimos años para ver de nuevo a los miembros de las casas reales de otros países. Cabe recordar que todos los reyes de las coronas europeas estaban agrupados en la abadía de Westminster. Nada tenía que ver la disposición en la iglesia con los lazos familiares de los asistentes con la difunta reina. Entre todos ellos, destaca Beatriz de Holanda, que abdicó en 2013, lo que justificaba la presencia del emérito en la misma zona del templo.

Foto: Funeral de la reina Isabel. (Reuters)

Los Borbón en los medios británicos

La prensa británica -con sus feroces tabloides a los que Harry y Meghan les han declarado la guerra- siempre ha sentido fascinación por la familia real española. La reina Letizia siempre aparece en la lista de las más elegantes y cuando la princesa Leonor comenzó sus estudios en el Atlantic College de Gales se escribieron varios artículos al respecto.

No obstante, el protagonismo que han tenido durante los días previos al funeral de Estado de Isabel II ha sido más que destacado. Pese a que había alrededor de 500 personalidades invitadas a la abadía de Westminster para despedir a la soberana, los movimientos de la Casa Real española se han analizado con lupa porque incluso los rotativos más serios se han hecho eco de las tensiones que existen entre Felipe VI y don Juan Carlos.

La prensa británica era consciente de que Felipe VI quería evitar a toda costa la fotografía con su progenitor. “Mientras que el presidente de Irlanda compartió autocar con los reyes eméritos de España, el actual rey y reina, cuyas relaciones con su predecesor son más que tensas, compartieron autocar con el rey y la reina de Suecia”, matizaba 'The Times' refiriéndose a los actos del domingo. “Madrid está furiosa por la asistencia del rey emérito exiliado”, recalcaba el rotativo, que explicaba que mientras Felipe y Letizia se habían quedado en la embajada de España en Londres, Juan Carlos y Sofía se habían alojado en un hotel.

placeholder El rey Juan Carlos, durante el funeral de Isabel II. (Reuters)
El rey Juan Carlos, durante el funeral de Isabel II. (Reuters)

Nadie esperaba una fotografía donde se les pudiera ver juntos. Así que cuando llegó la señal de la abadía de Westminster y se les vio en el mismo banco, la imagen causó sorpresa, tanto en España como en el propio Reino Unido. “La decisión de invitar al exrey de España en desgracia Juan Carlos y luego sentarlo junto a su hijo, el rey Felipe VI, y su esposa, la reina Letizia, va a dificultar las cosas para la familia real española en casa”, señalaba 'The Guardian'. “Ya había habido una reacción negativa por la asistencia de Juan Carlos al funeral, pero la Casa Real española había decidido, al menos, no empeorar las cosas permitiendo que saliera una fotografía de los dos reyes juntos, algo que finalmente fue inevitable por las exigencias del protocolo”, matizó.

El rotativo recoge incluso el tuit publicado por Gerardo Pisarello, diputado de Podemos: “[Felipe] dice que no quiere tener nada que ver con su padre; que ha renunciado a su herencia y no sabía nada de los desmanes fiscales. Luego van y se sientan juntos como si nada, todo mientras Juan Carlos es investigado en Inglaterra. Vergonzoso”.

El domingo, 'The Sunday Times' ya había publicado una extensa noticia bajo el título 'Los escándalos no mantendrán a la realeza europea fuera de la abadía'. En el texto aseguran que “dada la serie de escándalos económicos y personales que siguen persiguiendo a Juan Carlos desde su abdicación en 2014, no es de extrañar que el que fuera rey de España, de 84 años, pase la mayor parte de su tiempo estos días en un exilio autoimpuesto en Abu Dabi”. “Su invitación causó indignación en España, mientras que el actual monarca, Felipe VI, hijo de Juan Carlos, que también asiste, evitará a toda costa ser visto con su deshonrado padre”, añadían.

Nadie se libra

En cualquier caso, la familia real española no es la única que ocupa titulares. No en vano, la propia Casa Windsor atraviesa uno de sus momentos más críticos con las acusaciones de racismo de Harry y Meghan y la polémica del príncipe Andrés. El que siempre se dijo que era el hijo favorito de Isabel II fue apartado en enero de este año de la agenda y despojado de todos los honores militares y tratamiento de Su Alteza Real.

Isabel II tampoco tenía más margen de maniobra tras el escándalo creado en Reino Unido, después de que un juez de la corte civil de Nueva York rechazara los argumentos del duque de York, que había pedido archivar la demanda de Virginia Giuffre. Desde hace años, esta le acusaba de haber mantenido relaciones sexuales con ella siendo aún menor de edad, cuando era explotada por una red controlada por el millonario norteamericano Jeffrey Epstein, que se suicidó en su celda en 2019 mientras esperaba veredicto por pedofilia.

placeholder Miembros de la familia real, entre ellos Harry y Andrés, en la procesión del funeral de Isabel II. (Reuters/Pool/Henry Nicholls)
Miembros de la familia real, entre ellos Harry y Andrés, en la procesión del funeral de Isabel II. (Reuters/Pool/Henry Nicholls)

Finalmente, se llegó a un acuerdo extrajudicial. Varios medios apuntaron que la cantidad que se había negociado con la supuesta víctima fue de 12 millones de libras, unos 14 millones de euros, que fueron pagados directamente del dinero 'privado' de la propia Isabel II.

Ninguna Casa Real tiene un currículum completamente limpio. El monarca sueco, Carlos XVI Gustavo, de 76 años, se ha enfrentado a preguntas en el pasado sobre su “colorida vida privada” -tal y como lo llama la prensa británica-, ya que durante su juventud, supuestamente, mandaba a sus guardaespaldas a las calles de Estocolmo para conseguir chicas para fiestas y asistir a clubes de 'striptease' clandestinos. Ha negado algunas de las afirmaciones más dañinas, pero también ha hablado de querer “pasar página y seguir adelante”.

Por su parte, el matrimonio de Charlène, princesa de Mónaco, con el príncipe Alberto ha estado envuelto en controversia desde el inicio. Y el matrimonio en 2002 del rey holandés, Guillermo Alejandro, de 55 años, con Máxima, nacida en Argentina, de 51, cuando aún era heredero al trono, estuvo a punto de descarrilar por las revelaciones de que su padre, Jorge Zorreguieta, había servido en la junta gobernante del país hasta poco antes del estallido de la guerra de las Malvinas. Cuando el Gobierno holandés les dijo que su presencia en la boda sería “imposible”, Zorreguieta y su esposa vieron la ceremonia por televisión desde una suite en el Ritz de Londres.

La Casa Real británica informó a la española, con tan solo unas horas de antelación, de la disposición de los invitados en el funeral de Isabel II. Fue el lunes por la mañana, poco antes de que empezara el sepelio, cuando la Casa Real española fue consciente de que los cuatro reyes se sentarían juntos, tal como ha podido confirmar Vanitatis.

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