Los importantes planes a los que ha tenido que renunciar Masako de Japón por sus problemas de salud

El pasado 1 de diciembre, la princesa nipona Aiko cumplió 21 años y se hicieron diversas celebraciones en el Palacio Imperial, en las que no estuvo la emperatriz Masako de Japón por problemas de salud.

Este mismo fin de semana, el emperador Naruhito acudía junto a su única hija a una visita de incógnito al Museo Gakushuin para ver una exposición sobre la vida del príncipe Mikasa, y la emperatriz tampoco les acompañó. Padre e hija estuvieron solos, sin la presencia de Masako, saludando desde el coche a su llegada a la Universidad Gakushuin a quienes allí se congregaron.

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Era este pasado fin de semana el último en el que la exposición seguía abierta y la princesa, como estudiante de tercer año en la misma universidad, no quiso perderse la importante muestra sobre el príncipe Mikasa y su era, que repasa su historia. El emperador quiso acompañar a su hija y ambos bajaron las ventanas del coche muy sonrientes a su entrada a la universidad en el distrito de Toshima en Tokio.

Ha sido esta la primera vez que el emperador Naruhito salía del Palacio Imperial desde que se reveló que no había ningún tipo de anomalía en el examen de tejido de la glándula prostática. El príncipe Mikasa, sobre el que versa la exposición, fallecía a los 100 años y su nieta, la princesa Akiko, les estuvo explicando todos los detalles a los especiales invitados de este fin de semana.

Precisamente, en esta universidad, el emperador visitaba con frecuencia el museo como investigador antes de su ascensión al trono. Allí realizó varias investigaciones sobre la historia medieval de Japón. Aquí estudia la princesa Aiko en la Facultad de Letras en el Departamento de Lengua y Literatura Japonesas.

Masako se perdió, además de esta visita, la celebración oficial del cumpleaños de su única hija, que estuvo visitando a sus abuelos, el emperador emérito Akihito y la emperatriz emérita Michiko. Recibió ese día las felicitaciones del personal del Palacio Imperial, que incluye al jefe de la Agencia de la Casa Imperial, el jefe adjunto y demás trabajadores. No faltó su padre, el emperador Naruhito, que quiso felicitar oficialmente a su hija, pero la emperatriz Masako no pudo asistir.

Todo lo que se ha dicho en los medios de comunicación japoneses es que la emperatriz se encontraba mal de salud ese día sin entrar en ningún otro detalle. Son conocidos los problemas que la princesa Masako acarrea desde hace más de dos décadas en materia de salud mental. Una depresión que la ha llevado a ser conocida como la princesa triste y que fue reconocida en 2004 por la Casa Imperial.

Problemas de salud que han sido provocados por el estrés durante años, y es que la emperatriz desarrolló un trastorno de adaptación después del nacimiento de la princesa Aiko por tratar de tener un heredero varón que nunca llegó, debido a la ley sálica que impera en Japón.

Es cierto que la emperatriz aparece en algunos eventos en Japón, pero ha priorizado su salud y, precisamente, la princesa Aiko es un fuerte apoyo emocional para su madre. Los problemas de una incontrolable ansiedad y estrés que padece desde hace más de veinte años, cuando entró en el Palacio Imperial como prometida del emperador Naruhito, la han mantenido en ocasiones alejada de los actos oficiales de la familia real.

Con la entronización de Naruhito en 2019 y cumplidos los 56 años, los médicos explicaron que su condición había mejorado. Aunque puntualizaron que “ella no se había recuperado por completo y sus condiciones tienen altibajos. Se cansa después de un evento importante o después de una serie de actos”. Incidieron entonces en que “tener expectativas excesivas podría ir en contra de su recuperación”.

El apoyo de su familia y quienes la rodean es muy importante para Masako. Aiko se mostraba muy sonriente al llegar al Palacio Imperial de Akasaka alrededor de las cinco y media de la tarde el pasado día 1. Incluso bajaba la ventana del coche y saludaba. No se olvidó de saludar a sus abuelos, los eméritos, en el Palacio Imperial Sento, donde viven.

La princesa Aiko, que ya es mayor de edad desde el año pasado, confesaba en su 20º cumpleaños que le “gustaría hacer todo lo posible por ayudar a Sus Majestades y otros miembros de la Familia Imperial”.

Para este cumpleaños, la agencia de la Casa Imperial publicaba un vídeo y fotografías tomadas en los establos del palacio. La princesa Aiko daba de comer zanahorias a los caballos de la División de Caballos y Vehículos de la Casa Imperial en los recién terminados establos con motivo de su 21 cumpleaños.