Los reyes de Bélgica, dos obreros más en las obras de renovación del Palacio Real

Un clima de austeridad recorre las monarquías europeas. No es solo Carlos III el que pretende ahorrar y conseguir nuevos ingresos, abriendo durante más tiempo a los turistas el castillo de Balmoral o bajando la calefacción del palacio de Buckingham. También sus homólogos belgas persiguen ser más eficientes y ahorradores. De esta guisa, con sendos cascos –el de ella quizá un par de tallas más pequeño de la cuenta– vimos a Felipe y Matilde de Bélgica mientras visitaban las obras de renovación del Palacio Real de Bruselas.

Desde hace varios meses, los andamios ocultan la fachada de este emblemático edificio, donde se están llevando a cabo unas extensas reformas que pretenden conseguir un mayor aislamiento y eficiencia en el lugar de trabajo del rey de los belgas. Situado al sur del Parque Real, este palacio no es usado como residencia real, ya que el monarca y su familia viven en el castillo real de Laeken, a las afueras de la capital, pero el soberano sí cumple sus funciones de jefe de Estado allí.

Protegidos por cascos, Felipe y Matilde inspeccionaron con atención el avance de las obras subiendo a los andamios para comprobar el trabajo que se lleva realizando desde el pasado mes de marzo. Se prevé que la renovación de las instalaciones dure alrededor de un año y medio y tenga un coste de unos 6 millones de euros.

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La mayor parte de estas reformas consistirán en la instalación de ventanas de doble acristalamiento con la esperanza de ahorrar considerablemente en la factura de la luz. Las obras se llevarán a cabo en dos fases. La primera afectará a las fachadas del lado izquierdo del palacio y al edificio central. Las obras de la fachada derecha se realizarán en la segunda fase.

Los reyes pudieron ver de cerca el trabajo de sustitución de nada menos que 700 ventanas. Según las estimaciones de los expertos, la mejora del aislamiento térmico permitirá reducir la factura energética en un 20%.

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R. R.

Como explicó el Palacio desde sus redes sociales, las obras tendrán desgraciadamente consecuencias para el público, que no se podrá visitar el Palacio Real este año. Las visitas a esta icónica localización son siempre un punto de interés importante tanto para los belgas como para los turistas que visitan Bruselas.

Pero eso no impide a los compatriotas del rey Felipe disfrutar ya de los preparativos para su gran 'jubileo de aluminio'. El monarca cumple el próximo 21 de julio diez años desde su subida al trono, al igual que hiciera recientemente el rey de Holanda, y el país se prepara para celebrarlo con una serie de eventos que ya han arrancado.

Uno de los últimos eventos relacionados con esta celebración fue la visita de los reyes al Senado para recibir un conjunto de dos nuevos bustos con sus efigies.

Las esculturas son obras del artista belga Hans Op de Beeck, que también estuvo presente en la ceremonia. Los bustos representan al rey con su uniforme militar, mientras que la reina está apoyada en una media columna y lleva un vestido sin hombros. Las estatuas se dejaron en su color original, por lo que su parecido con los reyes resalta aún más. "Me dijeron que se sentían incómodos al verse en 3D. Es comprensible por el parecido. Ves una copia de ti mismo y puedes caminar a tu alrededor", fueron las palabras del escultor sobre la opinión de los reyes sobre su obra.