Desaparece el obligado perfil bajo de don Juan Carlos en Sanxenxo con el apoyo del presidente de la Xunta

Si para el navegante Cristóbal Colón, su cuarto viaje a América fue el último, para el Rey emérito (también navegante), esta última estancia en Sanxenxo ha marcado un antes y un después. Ya ha recibido el permiso que no tuvo en sus anteriores desplazamientos a Galicia, donde no podía tener visibilidad ni acudir a sus restaurantes preferidos.

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Á. Mora

El mensaje fue claro y así lo recibimos los periodistas que cubrimos las anteriores regatas. Esta vez es diferente y no hay prohibición para este cambio de tercio. Se ha dejado ver con la infanta Margarita y su familia tanto en jornadas marineras como en sus saludos a la prensa y en su visita (por fin) a uno de sus restaurantes preferidos.

Y no solo hay cambios en este sentido. El domingo finaliza la regata que lleva su nombre, con una entrega de premios en el club náutico a las seis y media de la tarde. A diferencia de las ocasiones anteriores, donde esta ceremonia de trofeos era sin la presencia de autoridades, esta vez es al contrario. Las fuerzas vivas y empresariales gallegas estarán presentes. El acto lo presidirá don Juan Carlos y estarán la infanta Elena, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y el vicepresidente primero Diego Calvo. También acudirán el comandante director de la Escuela Naval de Marín, el presidente de la Diputación de Pontevedra, Luis López, y su vicepresidenta, Marta Fernández-Tapias, familiar del empresario del mismo apellido.

Si la edición anterior, el alcalde de Sanxenxo, Telmo Martín, desapareció de la escena y no quería saber nada de la presencia real, el domingo formará parte del protocolo en el club náutico.

Esta nueva estrategia ha pasado de “el rey jubilado no existe” a “don Juan Carlos tiene todo su derecho a estar donde le plazca”. Efectivamente, el cambio lo ha marcado esta visita a Sanxenxo sin restricciones como en los anteriores viajes donde el ex jefe del Estado no podía ni salir de casa de Pedro Campos. El chalé se convirtió en el lugar de encuentro de los amigos gallegos y con la única presencia conocida de Pilariña. La pescadera con mejor producto de la ría se desplazaba hasta el chalé desde su puesto del mercado de Portonovo. Insistimos en que la visita real tenía que ser lo menos pública posible.

En mayo del 2022, fue el primer viaje desde que don Juan Carlos se instaló en Abu Dabi tras los escándalos económicos y amorosos. Todos los días recibía un baño de multitud de los ciudadanos que salían a la calle de la localidad gallega para darle su apoyo. La reacción no se hizo esperar y llegaron las críticas y los toques de atención por parte del Gobierno y, según se dijo, también desde el palacio de la Zarzuela. En los siguientes, ni tan siquiera bajaba la ventanilla del coche cuando se trasladaba desde la casa de Campos al pantalán.

La realidad que confirman a Vanitatis es que estos desplazamientos a España van a ser cada vez más habituales hasta que no sean noticia. Uno de los proyectos de don Juan Carlos que ha comunicado a su entorno más cercano, y que ya adelantamos en Vanitatis, es pasar temporadas en Sanxenxo, mantener la residencia fiscal en los Emiratos y tener una residencia independiente más allá de la vivienda de Pedro Campos.