La separación secreta de Haakon y Mette-Marit de Noruega antes de casarse

Con motivo de los 50 años que cumplía este pasado verano, el príncipe heredero de Noruega se sinceraba en una extensa entrevista sobre su futuro como rey y el suicidio del que fuera su cuñado, entre otros temas. Pero ahora un libro que acaba de llegar a las librerías, 'Haakon, historias sobre un heredero al trono', revela nuevos detalles sobre su figura. Entre ellos, una separación secreta de Haakon y Mette-Marit que tuvo lugar antes de casarse.

Su autor, el periodista Kjetil S. Østli, lleva siguiendo al príncipe Haakon durante años, y sus conversaciones y confesiones se han plasmado ahora en papel para ofrecernos una visión muy cercana y poco habitual del futuro rey de Noruega. Entre los fragmentos más destacados de la obra están los que tratan sobre los controvertidos inicios de su historia de amor con su actual esposa, Mette-Marit.

Después de que ambos se conocieran en 1999, surgió una chispa inmediata entre ellos, cuenta el príncipe. Describiendo el momento en el que se vieron por primera vez, Haakon dice: "Me impresionó. Te das cuenta claramente cuando Mette entra en una habitación. Hay una fuerza de la que no puedes escapar".

"Teníamos conversaciones largas e intensas. Nos reíamos juntos y éramos capaces de ser sinceros el uno con el otro. Me lo pasé muy bien con ella. Nos vimos varias veces después del verano y en otoño. Me sentía seguro cuando estábamos juntos. Y el hecho de que tuviera un hijo pequeño me decía que no tenía miedo de asumir obligaciones y responsabilidades. No por ello era menos atractiva a mis ojos", recuerda Haakon. Al principio mantuvieron su amor de juventud en secreto, por eso nadie se dio cuenta de algo que hasta ahora había permanecido oculto.

En otoño de ese año, Haakon viajó a Estados Unidos junto a una delegación de la ONU y fue entonces cuando decidieron romper. "Antes de irme, decidimos no estar juntos. No funcionó", confiesa el royal sobre aquel momento que pudo ser el final de su amor. Pero no estaba escrito que su romance terminara así. "Nos reencontramos cuando volví a casa. Fue una época agradable, muy agradable", dice el príncipe heredero en el libro sobre su decisión de darse una nueva oportunidad.

Otro momento especialmente emotivo es cuando Haakon habla sobre la enfermedad crónica que sufre su esposa desde hace años. "Es una enfermedad que no se ve en las fotografías", dice sobre la fibrosis pulmonar que afecta a Mette-Marit y que en las últimas semanas la ha obligado a cancelar varios compromisos oficiales.

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R. R.

En las fotos publicadas por la pareja, se les ve felices y parecen gozar de buena salud, pero la verdad que hay detrás es otra. A sus 50 años, la princesa Mette-Marit está sometida a una vigilancia médica constante. Su precario estado de salud limita mucho sus capacidades físicas. "Se agotaba subiendo una pequeña colina", cuenta Haakon al hablar de los síntomas que dificultaban la vida de su esposa.

Este nuevo panorama cambió por completo su forma de entender el mundo y, aunque contaba con medicación y vigilancia constante, la princesa Mette-Marit sabía que nunca se curaría de la fibrosis y solo podía limitarse a intentar controlarla durante el resto de sus días. "Nunca sabes cuándo llegarán esos días malos. Hace que la vida sea diferente de lo que es", reflexiona su esposo.

"Sigue habiendo incertidumbre. Pero eso también forma parte de la vida, la enfermedad y afrontar juntos las dificultades", dice en el libro, añadiendo que prefieren no arriesgarse a enfrentarse a situaciones que puedan superar su condición mental y física. Un ejemplo de los eventos que tuvieron que cancelarse fue la celebración del Jubileo de Oro de Carlos Gustavo como rey de Suecia.

La propia Mette-Marit también tiene voz en este volumen y por ejemplo habla del momento en el que la prensa noruega se volcó contra ella tras no considerarla como la heredera adecuada al trono. "El malestar de aquel año sigue conmigo", asegura la royal sobre las informaciones que coparon los titulares aquel 1999. "Desde que se supo que Haakon y yo éramos novios hasta nuestra boda, me sentí perseguida", confiesa contundente.

Ese amargo trance la ha marcado incluso hasta hoy en día. "La experiencia de que se hable en público de la parte más vulnerable de mi vida es algo que no consigo asimilar", afirma a medio camino entre la resignación y la tristeza.