El cambio radical de Marius Borg, hijo de Mette-Marit de Noruega

Han pasado ya más de 20 años desde que Mette-Marit Tjessem se convirtiera en la esposa del príncipe Haakon de Noruega y, por tanto, conociéramos a su hijo, Marius, fruto de una relación anterior. E igual que hemos visto crecer a los hijos del matrimonio, Ingrid Alexandra y Sverre Magnus, también lo hemos visto crecer a él, ya que ha participado en muchas citas públicas con los príncipes, especialmente aquellas que tienen una carácter más familiar. Por eso, especialmente en los últimos años, hemos sido testigos del cambio radical del hijo de Mette-Marit.

Marius contaba con cuatro años cuando fue testigo de la boda de su madre con el príncipe heredero noruego y fue un protagonista más del gran día, ya que Mette-Marit así lo quiso y no dudó en hacer que su hijo saliera al balcón de palacio con ellos, recién casados, tomándolo en brazos para que saludara al público. Era un antes y un después en las monarquías europeas, ya que el hecho de que la novia llegara al altar con un hijo de una relación anterior era hasta entonces algo impensable dentro del Gotha.

Desde entonces, Marius ha llevado una vida más que discreta, a excepción, como decíamos, de ciertas apariciones públicas relacionadas con acontecimientos familiares. Los príncipes noruegos han querido establecer una línea clara entre la vida institucional y la del propio Marius. Por eso, no es habitual que se informe de los movimientos o decisiones que atañen al hijo de Mette-Marit, como ciudadano privado que es. Y esos movimientos no han sido pocos en los últimos años, especialmente los que se refieren al plano laboral y el plano sentimental.

En lo laboral, Marius probó suerte hace unos años con una pasantía para el diseñador alemán Philipp Plein en Milán. También lo intentó en los medios de comunicación con una colaboración en la revista británica 'Tempus Media Limited', que tampoco duró mucho. Y no falta en su currículum su colaboración con una aplicación para manejarse por la vida nocturna del país y que facilita desde encontrar nuevos amigos con los que compartir salidas hasta información sobre los transportes públicos y taxis. Así que el hecho de que encontrara un trabajo estable hace un par de años fue una tranquilidad para Mette-Marit.

El empleo actual de Marius es como mecánico de motocicletas en un taller, gracias al que ha cumplido uno de sus sueños, ya que el mundo de las motos es una de sus grandes pasiones. El idilio empezó hace unos años, cuando puso a la venta una Harley Davidson que, por su edad, no podía conducir. Así, no solo se está dedicando a lo que más le gusta, sino que además no está muy lejos de Skaugum, la casa donde viven Haakon y Mette-Marit, acortando así la distancia que había establecido con su madre al recorrer el mundo, viviendo en diferentes lugares como Londres, California o Milán.

Y tal y como ha evolucionado su vida laboral, así ha evolucionado su estética. Lo que no cambia, desde luego, es el característico pelo rubio, casi platino, con el que le conocimos aquel agosto de 2001, cuando su madre se convirtió en princesa heredera consorte. Pero sí la forma de llevarlo: lo ha lucido completamente hacia atrás, con la frente despejada, pero también con flequillo, dándole un aire muy diferente y favorecedor.

Pero quizá lo que hace que su estética actual sea más diferente son los tatuajes. Como la mayoría de jóvenes de su edad, comienza a tener los brazos plagados de tatuajes. Una flor, un puñal... Son varios los dibujos que cubren su brazo izquierdo y de los que presume siempre que puede, y cuando no participa en algún acto en el que se requiere un aspecto más formal, como las últimas ocasiones en las que se ha dejado ver en público, caso de las confirmaciones de sus dos hermanos, Ingrid Alexandra y Sverre Magnus, o las fiestas a las que, como toda una celebridad noruega, le invitan.

Y está claro que, lleve la estética que lleve -últimamente más cercana a ese mundo de las motocicletas que tanto le gusta-, la princesa Mette-Marit está más que orgullosa de su hijo y aprovecha para compartir fotos de él en redes sociales siempre que puede. Aunque Marius lleva una vida tranquila y discreta, habitualmente alejada de los flashes, seguro que no falta a la cena de gala para celebrar la mayoría de edad de su hermana Ingrid, prevista para el próximo junio. Veremos entonces con qué look nos sorprende.